El BAFICI llegó a su fin y, como se imaginarán, tenemos mucho (mucho!) material que no hemos podido publicar, hasta ahora, debido al desenfrenado ritmo que mantuvimos durante la fiesta cinematográfica. Lo primero que quiero mostrarles es un extracto de la velada mágica que pasamos (muy cerca a él, desde la puerta del recinto, ja) con el maestro Tom Waits.

Fue una noche preciosa, no solo por la sencillez, soltura y simpatía del músico, sino también por el humor -involuntario- que le agregaron los dos periodistas que fungieron de entrevistadores (este blog hace una exquisita parodia de lo ocurrido). Sucede que la amable pareja parecía haber rebuscado hasta el último rincón de Wikipedia, haciéndo preguntas larguísimas, aburridas, de eventos que el mismo Waits no recordaba. A lo más, el compositor atinaba a responder cosas como «sí», «no», «bien», «mal» e, inmediatamente, dirigía su mirada al público que, desde sus asientos, se reía con él de las «curiosas» preguntas hechas.

Nosotros, desde la calle, pudimos presenciar todo a través de una pantalla que los organizadores colocaron. Al final de la conversa, el músico coge el piano y hace lo que mejor sabe: nos regala dos canciones. Aqui pueden ver Tom Traubert’s Blues. Provecho Lucho.