En una entrevista que publica hoy El Comercio, el director peruano Fabrizio Aguilar anuncia que el rodaje de su segundo largometraje, Tarata, «comenzará de todas maneras en octubre», posiblemente en locaciones en los distritos limeños de Magdalena, Pueblo Libre y Lince.

Con la seguridad de contar con el financiamiento obtenido a través del concurso Conacine 2008 y la coproducción con una empresa venezolana, entre otros, Aguilar decide luego de 5 años filmar su segundo largo, la historia de una familia de clase media alta limeña, cuya vida se trastocará en el contexto de los atentados terroristas sucedidos en Jesús María y Miraflores en 1992. Una realidad que, como él mismo afirma, es más cercana al director, que aquella presentada en Paloma de papel, su primer filme:

¿Por qué contextualizar el filme entre estos dos ataques subversivos?
Cada atentado sirve solo para contextualizar la película. El atentado de Tarata, que sucede a la mitad de la historia, marca un cambio dentro de cada uno de los miembros de la familia que afrontan la realidad de distinta manera. Es importante ver esto porque golpeó a la sociedad limeña y capitalina. Además, no es una película sobre el atentado de Tarata. Sino un filme de cómo éramos como sociedad limeña en 1992. Quiero resaltar la indiferencia, el miedo, los coches-bomba, las velas y las ventanas de Miraflores cubiertas de cinta en las ventanas. Todo esto es parte de la historia.

Me imagino que la mayoría de estas imágenes las has vivido en carne propia.
Yo he sido parte de toda una generación que ha crecido con esta sensación de constante violencia. Ahora los terremotos parecen más preocupantes que el terrorismo, pero en esa época era algo normal escuchar una bomba como si fuera un temblor.

Luego de la visión del campesinado retratada en «Paloma de papel», ¿ahora con «Tarata» planeas cerrar el círculo con la visión urbana?
Sí, claro, cierro el círculo. No creo que en la próxima película hable sobre el terrorismo y la guerra interna. Igual creo que la visión del campo (de «Paloma de papel») siempre va a estar traicionada por el enfoque de un limeño, mientras que lo de Tarata es más cercano a mí, porque tengo muchas vivencias dentro de la historia.

¿Qué opinas sobre las personas que prefieren olvidar?
Bueno, es lamentable. ¿Cuántos peruanos habrán enterrados y olvidados? Se siguen encontrando fosas en la sierra, y no puede ser que el ejército no sepa quién comandó una determinada área y quiénes han sido los responsables de haber matado a pueblos enteros. No me quiero ir contra nadie, solo quiero intentar que las personas tomen cierta conciencia a través del filme.

Lean la entrevista completa.