También conocida como Viva Italia, es un ensayo-documental del mítico autor hecho para la TV en 1958. En su duración aproximada de 30 minutos, Welles, a título personal, opina sobre varios aspectos de la cultura italiana. Asimismo coge testimonio de varias celebridades de la época como Vittorio de Sica, Rosanno Brazzi, Paola Mori (su tercera esposa) y Gina Lollabrigida, la que aparece al final del documental y con quien se sostiene una polémica sobre la prohibición de la proyección pública de la película que hasta hoy se mantiene. Aquí le sacamos la vuelta.

El mito urbano, como tantos que protagonizan las películas de Welles, cuenta que a finales de 1950 el autor dejó las latas de su película en su habitación del Hotel Ritz de París. Recién en 1986 fueron descubiertas en el departamento de objetos perdidos para luego ser trasladadas a una instalación de almacenamiento. Portrait of Gina nunca fue difundida por la ABC que financió el proyecto.

Tras su primera proyección pública en un festival de cine italiano, la aludida Lollabrigida pudo verla, acudiendo de inmediato a algún recurso legal para prohibir su difusión. Veremos, pues, qué es lo que tanto le disgustó a la actriz.

Welles realizaría más filmes de ensayo de corte similar como Fountain of Youth (1958) y F for fake (1974), filmes menos manoseados que sus largos de ficción, los cuales sufrieron más de una mutilación, iniciando la historia negra con el lamentable caso de su The Magnificent Amberson (1942), cuyo metraje fue recortado y su final modificado y re-filmado por «otro».

Portrait of Gina/Viva Italia en tres partes, narrada en una voz en inglés de las más inteligibles que haya oído, la del propio Orson Welles.