A propósito de la reciente desaparición de Dennis Hopper, el periodista José Puga publicó un artículo en El Comercio sobre el mítico rodaje de su segunda película como director, la delirante The Last Movie, realizado en Chincheros, Cuzco. El texto recordaba el impacto de la estancia del realizador, el elenco de estrellas, la logística hollywoodense y sus declaraciones atrevidas, cuando todavía se oían los ecos de Easy Rider, su opera prima convertida en manifiesto generacional, arma contracultural y fulgurante éxito de taquilla.

«En pleno gobierno militar, la llegada de Hopper y su alocada comuna hija del verano del amor del 67 fue un «shock», sobre todo después de unas declaraciones que Hopper dio al diario La Prensa. En el semanario Siete Días dijo no considerar como drogas ni el LSD ni la marihuana, que el matrimonio debía durar 5 o 7 años para tener un hijo —»como hacen los animales»— y declaró no tener problema con levantarse de la misma cama con homosexuales. Sin duda, palabras de plomo para una sociedad pacata y de hippies de la boca para afuera», decía la nota.

Puga encontró en la Biblioteca Nacional dicha entrevista, publicada el 28 de diciembre de 1969, semanas antes del inicio de la filmación. Hopper dialogó con Alfonso Delboy –uno de los periodistas que la revista Hablemos de Cine cuestionó desde mediados de los 60–, Roberto Cores y Elsa Arana Freire, sobre un abanico de temas: Vietnam, Nixon, Luther King, la decadencia de los estudios de Hollywood, su admiración por el Buñuel de Viridiana, el Ford de Viñas de ira, «las actrices fuertes» como Simone Signoret, Jeanne Moreau, Anna Magnani, y hasta Marilyn Monroe. Vean un extracto y la conversa completa:

Estuve tres horas en Lima. Entonces odié Lima. Tomé un avión para Arequipa, aterricé en Arequipa; pasé la noche y a la mañana siguiente para ir a Puno. Fantástico. Pero no me gustó Puno. Me gustó el viaje, no me gustaron las vibraciones del sitio. Dejé Puno a la mañana siguiente para ir al Cuzco. Cruzamos el Valle Sagrado de los Incas, es fantástico. Llegamos y dimos una vuelta en busca de la aldea que tratábamos de encontrar, pero no la hallamos. Salimos a tomar unas fotos y perdimos el tren. Me mandaron a Lima Tours porque tal vez ellos podrían ayudarme. Fuimos a ese lugar llamado Chincheros y encontré el lugar donde vamos a hacer la película.