Muchos reclaman sobre lo malas que son las películas que están dando en el cine. En la actualidad, dicho reclamo bastante razón tiene. Pero ni modo; algo hay que ir a ver, y entre tanta opción que no interesa, siempre se puede encontrar algo más o menos decente. O al menos buscarlo.

We’re the Millers funciona y funciona; es una buena comedia que funciona. O sea, al verla me reí a gritos en variadas ocasiones. Tiene chistazos, el bebé, la mejor clase de besos de la historia, el casi swing, y otros que no quiero spoilear. ¿Por qué entonces The Heat no funciona? Aunque me parece que también es una buena comedia, no me gustó nada. Sí, volvemos una vez más a la doble dualidad, el “me gusta/no me gusta” y el “es buena/mala”. No creo que «The Heat» sea una mala película, pero no me gustó. A su vez, «We’re the Millers», es y no es buena, pero es divertida a carajo.

Uno de los ingredientes básicos para una buena comedia está en su elenco. Actores y actrices que queramos, en rigor, comediantes que queramos (qué profesión… deberían darle el Nobel de la Paz a alguno). Jason Sudeikis siempre ha sido muy querible, sobre todo ahora que es el tipo que tendrá un bebé con Olivia Wilde. Nick Offerman, quizás el hombre más masculino de todos. Jennifer Anniston es una buena comediante, más querible incluso que Sandra Bullock, en efecto. Si bien la lista se puso larga, hay que continuarla: Emma Roberts es linda, rara y se ve algo dañada, lo que casi siempre es atractivo. Kathryn Hahn, a su vez, debe ser la mejor comediante de la actualidad. Sí, porque, en buena, la mejor comediante actual NO es Melissa McCarthy. ¿Qué hizo Melissa M para llegar tan lejos? O sea, es buena, buenísima, pero hay que decir que está un poquito sobrevalorada.

No tantos la conocieron en sus orígenes, como la acelerada y adorable Sookie en «Gilmore Girls». ¿Qué más ha hecho McCarthy? «Mike and Molly» me parece deplorable en tantos sentidos, que soy incapaz de ver más de un episodio. Qué impactante es el efecto que UNA película buena puede tener: Bridesmaids lo hizo todo. Esa obra maestra, sí, la mejor comedia del 2011, es tan buena que hace creer que Melissa M es la mejor comediante de la actualidad. Si bien Identity Thief logra sobrevivir -casi sin mérito- no es solo por ella, sino que también por Jason Bateman, ese otro cuarentón que no podemos no querer. «The Heat» no funciona, no porque sea esquemática y con una estructura súper probada y clásica. No funciona porque le falta ese algo; por un lado le faltan muchos chistes mejores, pero sobre todo… ¿qué diablos le falta?, ¿amor, acaso? Me cuesta aceptar que eso es lo que creo. Quizás sí. «We’re the Millers» funciona y es querible, ya que finalmente se trata sobre lo necesaria que llega a ser la familia. «The Heat» trata de… ¿una tipa engreída y egoísta que deja de serlo? Creo que sí. Y esa es la diferencia. No sé. No llego a conclusión al respecto.

Sigamos. Paul Feig dirige The Heat pero también fue el que hizo Bridesmaids. ¿Qué tiene una que la otra no? ¿Kristen Wiig? ¿El guión? ¿Maya Rudolph? Todas las anteriores, probablemente. Pero hay algo, ¿hay una-solo-una diferencia? No la logro descifrar. Ambas tratan de la amistad femenina. A riesgo de sobre insistir en la sensiblería: creo que es porque una tiene corazón y la otra no. Debe ser, sí, este es my best guess: que una la escribieron en tono personal y con cariño, y la otra como un trabajo más. Probablemente, para «The Heat», alguien dijo ¿hagamos una cop buddy movie entre chicas? Para Bridesmaids, me imagino, quiero imaginarlo, debe haber sido algo más así como ¿hagamos una comedia sobre la rareza (empapada en alegría) que da cuando una amiga se casa?

Por otra parte, Kick-Ass 2 es horrible por todos lados. El propio Jim Carrey se dio cuenta rápidamente, intuyo debe haber sido en los sneak previews. Una película violenta, vacía, innecesaria. No porque las secuelas lo sean, sino porque KA2 carece de lo que su antecesora tenía. Una vez más, creo que es corazón. KA1 era sobre un chico que quiere ser superhéroe y no puede. Toda la emoción producida por esa estúpida pero atractiva idea permeaba toda esa película, y se intensificaba una vez que, luego que fuera físicamente imposible, lo empezara a ser, gracias a una pendeja de 11 años y su papá. ¿De qué se trata KA2? Creo que es algo así como volvamos a ser súper héroes de nuevo porque eso es lo que realmente somos. Aquí no hay sorpresa, no hay emoción. Solo hay mucha violencia coreografiada.

Elysium, por su parte, tampoco funciona. Convengamos, tampoco me gustó. En parte por su excesiva violencia, pero me parece que también por otros motivos. Una premisa fascinante es un gran gancho, pero una golondrina no hace verano, ya nuestros abuelos decían. No es suficiente con una premisa de la puta, atractiva y existencial. Algo similar sucedió con Sector 9, cuando todo esa exquisita historia inicial se deja de lado y se convierte en un corramos y vamos matando, para lograr sobrevivir. «Elysium» tiene una premisa buena-buena; pero en cierto punto se diluye y se transforma, nuevamente, en el ya mencionando vamos matando al que se cruce. Incluso se repite la idea del villano que se transforma en súper villano, lo que produce una pelea aún-mucho-más-grande-que-la-anterior-porque-te-juro-que-ésta-será-aún-mejor-que-la-anterior. Qué cansador… Tanta pelea que uno se olvida porqué está sucediendo todo y porqué era que Matt Damon iba al espacio. Igual quizás la peli sí anda bien, y era yo el que andaba mal genio ese día; recibí un comentario de alguien que sí le fascinó, emocionó y gustó mucho. Debe decirse, además, que Matt Damon es un actorazo; aunque parece que más cuando sus personajes son aproblemados y dañados, y no cuando está de héroe. En Behind the Candelabra está tan bien; Matt Damon cuando actúa de personaje atribulado se parece a Mark Wahlberg (quien además es un gran comediante). Y aclaremos que eso es un elogio para ambos.

Pero hay que ir cerrando, con qué más que con el espacio. Gravity es un espectáculo que deja boquiabierto, a pesar de las manipulaciones dramáticas. Cuando una manipulación funciona, ¿está bien, es correcto hacerlo? Tomos de filosofía sobre cuál es la respuesta correcta, pero por el bien del disfrute de una película digamos que sí. A ver, sin spoilear nada (lo juro), «Gravity» se trata de Sandra Bullock en el espacio, toda novata y pasándolo más o menos tenso, acompañada del experimentado George Clooney, cuando algo sale mal.

Obvio que algo sale mal y todo se pone peligroso. En el espacio, TODO es peligroso. Entonces Sandra B tiene que tratar de sobrevivir, pase lo que pase. Y pucha que le pasan cosas. No detallaré para no arruinar a nadie que no la haya visto aún. «Gravity» emociona y conecta porque no hay nada más existencialista que tratar de sobrevivir. NO, NO es una obra maestra, y afirmarlo es exagerado. Pero sí es una peliculaza, que entretiene a millón, y que además emociona, todo inmerso en un espectáculo audiovisual de la puta madre. En 3D, XD, IMAX o 4D, creo que esta es la primera vez que una película vale realmente la pena gastar ese extra. La razón, creo, es que la historia sucede en otro tipo de “universo” o dimensión. En este caso, el what-the-factor es que en el espacio, como no hay gravedad, todo flota. Y cuando algo explota -porque obvio que algo explota- esos miles de pedazos FLOTAN HACIA UNO, el espectador. Además, los cambios de cámara y puntos de vista son espectaculares. El plano inicial, (¿cuánto es que dura, 17 minutos?), el plano más amplio del mundo, con la Tierra de fondo, y un puntito que se agiganta y, afírmate que viene la nave. Alrededor están esos otros dos puntitos, estos dos lolitos que flotan por el espacio. Así, Emmanuel Lubezki y los Cuarón juegan, arriesgan y experimentan, y nos pasan de esta amplitud hacia la intimidad más íntima adentro del casco, con la Tierra reflejada en el visor. Belleza pura.

Octubre fue un mes difícil. Largo. Pero ya se fue, y algo se pudo ver en el cine. En una época donde está costando mucho elegir qué ver en el cine, esperemos que el comienzo del awards season mejore un poco este asunto. Fue un largo invierno. Pero lo visto y lo bailado…