BAFICI 2014: Palabras sobre «El mudo»


Mensaje en el parabrisas. ‘El mudo’ de Daniel y Diego Vega.

Usted, paisano, tal vez recuerde la siguiente frase: «para cojudos, los bomberos». ¿Qué contiene? La ideología, más o menos, se podría definir como una que usa tal adjetivo cuando alguien se pone en riesgo a sí mismo por otro, y también, complementando la perspectiva, si no existe beneficio en la acción, la acción es una cojudez. ¿Qué clase de personas se arrojan a la sociedad si han sido nutridas con la educación de tal concepto?

Los hermanos Daniel y Diego Vega han puesto en un decorado esta frase acuñada por un gobierno: «El Perú avanza». Entonces haciendo cuentas si el Perú avanzaba ya lo hizo. ¿En qué? Luego, ¿cómo? Si en el libro de Hernando De Soto, El otro sendero, se habla de una ontología de lo informal para conformarse un mercado y luego una estructura formal con pies informales, la película de los Vega habla de un avance del Perú que se ha conformado en la normalización de niveles de corrupción, y que luego se ha desplazado a un sistema de valores sobre el beneficio, y finalmente el beneficio económico como norte moral universalizado hasta en las familias.

Además de la fase de los publicistas del partido aprista, el guión ha sabido dosificar la información sobre el avance económico del Perú, acaso lo más comentado por un limeño promedio seguido de la comida criolla (tema que temo pronto se convertirá en el primer género propio de la cinematografía nacional). La Marca Perú abriendo la jornada en el nido de especulación más grande del mundo con sede en Wall Street, la esposa que emite un comentario tal como que no le interesa de dónde llegue el dinero siempre y cuando llegue, o por último la hija que decide no estudiar para ponerse a trabajar. Del mismo modo el guión ha sabido llevar el asentamiento de la corrupción consciente a través del protagonista.

El juez recto, que suele otorgar las penas más altas, es silenciado. En la búsqueda de justicia primero, y por culpables después, accede entrar en una maraña de perversiones de los códigos morales con que fue construido el personaje desde un inicio: aceita policías, busca tener una amante que le facilite información del poder judicial, y acepta que su justicia no le llegará pero se conforma con un chivo expiatorio de su rabia o su miedo. Deforma todo lo que es, pero curiosamente eso es lo que se le plantea que debería hacer: la familia ya está quebrada en su conformación y economía, el Poder Judicial se maneja por amiguismos y él ha sido reacio a frecuentar a los bien relacionados amigos de su padre que pondrían a su carrera en una mejor plataforma y así de algún modo pegar los platos rotos de su vida. Su posición lo deja fuera de juego en todo sistema, luego acaso su propio sentido de justicia o rectitud estén fuera de juego; su entorno siempre comenta sus pesares, económicos sobre todo, para justificar su subversión espiritual, o acaso lo acusan a él de exagerado o de solo pensar en el derecho. Es simpático que cuando el personaje se vea al borde de aceptar el besamanos de los amigos de su padre, antes ponga en over que algunos estudiantes universitarios han tomado la justicia por sus manos con un ladrón, como para evidenciar la ética de una consecuencia.

Se puede estar en desacuerdo con las formas de El mudo y sería comprensible. No me ha parecido una película precisa y he encontrado desencajadamente artificiosos varios de sus momentos. Pero hay que ser poco observador para no notar qué es lo que persiguen los Vega con esta película y ello no es una pretensión menor en un país que gusta celebrarse a sí mismo como ocurre con sus símbolos, sus «progresos» y hasta su religión, tal y como se describe en El mudo. Recuerdo otra frase, «el Perú duele». Antes he apuntado de cómo cualquier película peruana se convierte en política dado que, probablemente por la corta filmografía, una remite a la otra. Entonces quizá sea una combinación de este aspecto y el rigor oligofrénico de la acción de la peruanidad de mis muchos años viviendo en donde nací lo que me lleve a pensar que es el caso de una película necesaria aún con sus fragilidades.


Una respuesta

  1. […] El Mudo (2014) / Dir: Daniel y Diego Vega / Comedia / 86 min Constantino Zegarra es un juez que busca hacer las cosas bien, alejado de la corrupción del Poder Judicial y que mete preso a quien cree culpable. Pero dos hechos cambian su vida: es degradado a un juzgado menor y, una noche, recibe un balazo que lo deja mudo. Seguro de que se trata de un complot para acabar con su vida, Constantino no descansará hasta encontrar al que cree responsable por atentar contra su vida. […]

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