Entrevista a Jonatan Relayze director de «Rosa Chumbe»


Rosa Chumbe es una de las cuatro películas peruanas en competencia en la edición N° 19 del Festival de Cine de Lima. Conversamos con el director, Jonatan Relayze Chiang, sobre su primer largometraje, la historia de una mujer policía que debe encargarse de su nieto, cuando su hija se fuga repentinamente de la casa. A través de su punto de vista, se muestran distintos rincones de Lima, una ciudad en la que conviven la fe y la desesperación.

Dato: La última función de «Rosa Chumbe» en el Festival es este viernes 14, a las 7:30 p.m. en Cineplanet Alcázar.

Rosa Chumbe, con Liliana Trujillo

Jonatan, el nombre original de la película era «Etransrosa», pero ahora se llama «Rosa Chumbe». ¿A qué se debió el cambio de título?
Básicamente se debió a la percepción que tenía la gente a la que le contaba sobre la película. El nombre original significaba “Empresa de Transportes Santa Rosa”, pero claro, a estas alturas, muchos limeños ya no viajan en micro y no manejan ese código que hace quince años se hubiese entendido rápidamente. El primer problema era con el público local, cada vez que les contaba el nombre, perdía mucho tiempo en explicar su significado. Además, en el extranjero no funcionaba para nada, en inglés no hay forma de traducirlo. Les remitía a «Transamerica» y películas de ese corte.

Este es el primer papel protagónico de Liliana Trujillo, quien siempre ha tenido roles secundarios. ¿Por qué la elegiste para este papel?
La primera vez que trabajé editando una película con ella fue en Tarata. Recuerdo que pensé en cómo esta buena actriz no tenía todavía un papel protagónico. Pero en ese momento, el guion era mucho más oscuro que la versión final y ella no era la indicada para el papel. Luego, cuando el guion fue madurando, la volví a ver en otra actuación y la contacté. Al principio ella no quiso aceptar porque la historia le parecía muy fuerte. Luego conversamos, le expliqué las sensaciones que quería lograr con la película y finalmente aceptó.

¿Cómo fue la dinámica de trabajar con ella?
Ha sido genial. Es una actriz que no tiene ninguna pose, es totalmente humilde, no quiere imponer sus puntos de vista, a diferencia de muchos actores, que quieren imponerse sobre el director de alguna forma. Liliana es una gran actriz y mejor persona.

En la película se siente una fuerte presencia de la ciudad como un personaje más: hay postales de Lima como las señoras que conversan en los micros, los vendedores ambulantes, los restaurantes de menú. ¿Qué características querías mostrar de Lima?
Yo he vivido en 11 distritos muy variados de Lima y lo que quería era mostrar diversas cosas que he visto en todos mis recorridos por la ciudad. De hecho, si había una cuestión por mejorar en la mayoría de películas peruanas era la falta de realismo. Yo quería se muestre con respeto las distintas sociedades que existen en Lima, es decir, sin maquillar ni alterar las zonas donde hemos filmado. Todas las locaciones han sido 100% reales, la única que hemos construido un poco es la casa de Rosa. Incluso la mayoría de gente que sale ha sido reclutada allí mismo.

La fe juega un papel importante en la película. ¿Qué te motivó a enmarcar la historia en el mes de octubre e incluir una secuencia en la procesión del Señor de los Milagros?
El tema de la fe se puede ver desde dos aspectos: la necesidad de la gente por creer en algo y por otro lado, el aprovechamiento de otros para que crean en algo. Si bien esta película en realidad trata el tema de la fe, no es específicamente sobre el Señor de los Milagros. Sucede allí porque es una gran concentración de gente que tiene la fe en ese momento. Es una tradición en la que una gran cantidad de gente sincera está yendo a buscar algo. Es también uno de los pocos lugares donde se mezclan todas las clases sociales, allí no hay Zona VIP.

Otras cintas peruanas recientes como Octubre y El evangelio de la carne también utilizan la procesión como un rito de redención para sus personajes. ¿Cómo sientes que tu película se diferencia de aquellas en este aspecto?
Las diferencias son mucho más grandes que el solo hecho de la procesión. «Octubre» no es orgánica, está construida sobre todo estéticamente. De hecho, la película me gustó mucho y curiosamente el mismo año que los hermanos Vega ganaron, nosotros estuvimos finalistas con el proyecto. «El evangelio de la carne» va por otro estilo, allí han tratado de unir distintas historias, pero no todas terminaron de cuajar. La que más me gustó fue la de los dólares falsos, todo ese submundo. Para mí, fue una sorpresa cuando salieron ambas películas. Cuando vi «Octubre» en ciertas escenas me dije “¡No puede ser! ¡Me han hackeado!” (risas). Y luego cuando Diego Vega (director de «Octubre») leyó mi guion me dijo: “Qué loco cómo el universo se confabula para que salgan historias cercanas”. Yo creo que tiene que ver con una cuestión generacional, de haber pasado de la Lima oscura a una Lima que es ahora más light, con hartas caretas, es una Lima distinta a la que teníamos hace 15 años.

Rosa Chumbe es una mujer policía con un gran vacío afectivo y una presencia casi invisible para los demás. ¿Por qué escogiste que fuese policía?
Por la dualidad que tiene ella al ser un organismo de control y no poder controlar su propia vida. Es una dualidad muy marcada, en la noche su vida es un torbellino y al día siguiente tiene que estar bien puesta en la comisaría. Ahora, el hecho de que sea un personaje invisible, se aplica a casi todos los limeños, mucho depende de qué piensa el que está mirando a alguien que camina en la calle. Si tú te detienes a ver, encuentras que cada persona tiene su propia historia. En cuanto al personaje de Rosa, yo no quería ahondar en qué le pasó antes, a mí lo que me interesaba contar era el punto inicial y el punto final de la película, su estado de depresión, de ruptura familiar, la tensión en la relación madre-hija.

Los momentos más divertidos de la cinta tienen que ver con las apariciones del Gordo Casaretto como el conductor de un programa de TV. ¿Por qué decidiste incluir esa cuota de humor?
Porque las primeras versiones del guion eran mucho más oscuras, eran un golpe demasiado fuerte para el espectador. Por otro lado, necesitábamos las fugas de Rosa, como la comida y el humor, porque dentro de nuestra vida de sufrimiento, los peruanos siempre dejamos espacio para reírnos. Cuando vas a comer a un restaurante y está prendido el televisor, puedes ver cómo la gente se pega.

Participaste en el Talent Campus de la Berlinale hace 7 años. ¿Cuáles son los principales aprendizajes que rescataste de esa experiencia?
Más que aprendizajes puramente cinematográficos han sido aprendizajes sobre cómo moverse en un festival. Conversé con algunos productores que me decían “¿Cuánto de tu presupuesto ya tienes?” y yo les decía “No, todavía estoy buscando”. Descubrí que no te prestan atención si no tienes presupuesto, distribuidor asegurado o actores famosos. Caí en cuenta que no es más que un negocio: es lo mismo que Hollywood pero a otra escala. Cuando estaba en la universidad yo pensaba que si tenías una buena película podías llegar a donde sea, pero es mentira, depende de tus agentes de venta, de los actores, de cuántas marcas estén auspiciando el proyecto. Y luego está la competencia: por cada festival se mandan más de cinco mil largometrajes.

¿Cuál es el siguiente destino de «Rosa Chumbe»? ¿Piensas mandarla a otros festivales?
Estoy en la competencia de óperas primas del Festival de Montreal, en dos semanas viajo a Canada. Después estamos esperando a ver dónde nos lleva esto. Sabemos que al Festival de Lima ha venido gente de otros festivales a los que he postulado también, pero la competencia es muy dura y hay una lista de espera. Me parece un honor postular en este festival con películas que tienen 20 productores u otras que han ganado festivales importantes y estar allí dándoles la lucha.

¿Tienes fecha de estreno comercial para la película?
No tenemos fecha de estreno todavía. Estamos esperando a ver cómo nos va aquí. Sabemos que los distribuidores funcionan en base a respuestas de otra gente más que de ellos mismos. Cuando hablé con los dos distribuidores más grandes ni siquiera quisieron ver la película, me dijeron: “Drama no nos interesa, sólo queremos comedia o terror”. Y en verdad, es una falta de respeto porque son 8 años de mi vida. Si bien hay un boom del cine peruano, eso está volviéndose un problema para los que no hacemos comedia ni terror.

¿Cuál es tu siguiente proyecto?
Estoy escribiendo dos en paralelo: una comedia del tipo parodia y el otro tiene que ver con viajes en el tiempo y con una Lima post apocalíptica, es una combinación entre ciencia ficción y road movie. Son proyectos totalmente diferentes a lo que he hecho antes. Siempre trato de no repetirme.

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Entrevista realizada el 11 de agosto, en el Festival de Lima 2015.
Fotos: Rolando Jurado


5 respuestas

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