Crítica: «Las sufragistas» es tan solo una película correcta


Las Sufragistas es una película con un mensaje valioso: el trabajo que hizo un grupo de mujeres durante uno de los primeros movimientos feministas en Londres para ganar mayores derechos y, más importante, lograr el voto femenino. Es una historia real presentada con cuidado, excelentemente actuada y por momentos bastante emotiva, que sin embargo contiene una serie de fallas que evitan que se convierta en una cinta excepcional.

El filme se desarrolla en 1912. Nuestra protagonista es Maud Watts (Carey Mulligan), una lavandera que no se involucra inicialmente en el movimiento liderado por la Sra. Parkhurst (Meryl Streep). Habiendo tratado métodos pacíficos, las Sufragistas han decidido volverse algo más violentas y extremas, con seguidoras de la Sra. Parkhurst como Edith Ellyn (Helena Bonham Carter), Violet Miller (Anne-Marie Duff) y Emily Davison (Natalie Press) tomando las calles para pelear por su causa. Es a través de Violet que Maud, poco a poco, se va involucrando más con las Sufragistas, primero dando una declaración frente a David Lloyd George, y luego participando en una marcha.

Las sufragistas

Sus nuevas actividades molestan a su conservador esposo, Sonny (Ben Whishaw), y llaman la atención del Inspector Steed (Brendan Gleeson), quien le advierte que debería dejar de formar parte del grupo mientras pueda. Predeciblemente, Maud lo ignora, lo cual resulta en problemas familiares relacionados con su esposo y su pequeño hijo, y en que se vaya involucrando en actividades cada vez más peligrosas.

Las Sufragistas puede resultar chocante para algunos porque enfatiza aspectos de una sociedad muy parecida a la peruana, que sin embargo le negaba derechos básicos a la mitad de su población y que, en muchos casos, consideraba a las mujeres como inferiores tanto física como intelectualmente. Es la recreación de esta época en la historia humana lo que le otorga mucho poder a la historia, y lo que hace que la película se parezca mucho a cintas relacionadas a derechos civiles o temas raciales, por ejemplo como «Selma».

No obstante, quizá el mayor problema de «Las Sufragistas» es que sabe que está tratando un tema importante y valioso, razón por la que decide enfatizarlo por sobre la narrativa y los personajes. Maud, por ejemplo, es un personaje inventando para la película; es cierto que sirve como los “ojos” del público dentro de este contexto algo ajeno para nosotros, pero a la vez su presencia la resta algo de dramatismo e inmediatez a la trama. Por otro lado, aparte de ella y del Inspector Steed (quien es humanizado en un par de escenas sorprendentemente bien logradas), la mayoría de personajes están poco desarrollados o, como en el caso de Sonny, son caricaturas.

Las sufragistas Carey Mulligan

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Felizmente muchos de estos problemas son superados (o al menos no se sienten demasiado graves) gracias a las sólidas actuaciones. Carey Mulligan está, como siempre, excelente. Su acento británico es perfecto, y la manera en que logra transmitir los sutiles cambios en su personaje, comenzando como una mujer tímida que no se quiere involucrar, y terminando como alguien mucho más valiente y extrovertida, hace que resulte creíble. Brendan Glesson logra que Steed no se convierta en el típico Inspector de Policía Siniestro, y Ben Whishaw hace lo que puede con un personaje estereotípico. La presencia de Helena Bonham Carter es bienvenida, y Meryl Streep no tiene más que un cameo glorificado.

Visualmente, la directora Sarah Gavron toma algunas decisiones cuestionables. Su cámara es muy nerviosa, moviéndose constantemente, grabando (casi) todo en primeros planos, otorgándole una cualidad claustrofóbica a la película que no estoy muy seguro beneficie a la historia. De hecho, escuché a algunos espectadores en el cine quejándose del manejo de cámara, cosa que estoy seguro muy pocos directores quieren que suceda al presentar su película. Sin embargo, la recreación de la época a nivel de producción, desde los escenarios hasta el diseño de vestuario, es impecable.

«Las Sufragistas» es una película interesante que logra presentarnos momentos importantes del movimiento sufragista de principios de siglo. Sus principales problemas son que no logra desarrollar personajes suficientemente interesantes (aparte de un par) como para que el drama se sienta más inmediato, y que el estilo visual de la directora se interpone en el camino de la historia. «Las Sufragistas» está bien actuada, y le da importancia a un momento de la historia que debería ser recordado por más personas, el problema es que es una película simplemente correcta, y que pudo ser mucho más.

Las sufragistas helena bonham carter

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2 respuestas

  1. Avatar de maz
    maz

    Cómo no iba a ser perfecto el ‘acento británico’ de Carey Mulligan si es su acento nativo?

  2. Avatar de figueroa
    figueroa

    Es igual excepsional debido al fondo del asunto, no es solo el voto es la desencia y dignidad de la que adolesemos por aca, lo de camaras nerviosas es ponerse nada mas que ahi en 4 paredes, creo que si es buena

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