Empezó la 6ª Semana del Cine Francés: aquí comentamos cuatro películas de la muestra


La memoria ante la ausencia se ve acentuada en Castillos de arena (Les châteaux de sable, 2015), luego que una hija pasa un fin de semana junto a su ex pareja en una casa que fue la propiedad de su padre recién fallecido. Por un lado, es el padecimiento de un duelo. Es la hija recordando al hombre que fue crucial en su vida y oficio. Por otro lado, es la añoranza ante un amor frustrado. Es la mujer aun estremeciéndose por un hombre que ya cuenta con una nueva pareja. Para ambos casos, ese fin de semana es señal de despedida; la venta de un domicilio que encierra recuerdos vitales y la última excusa para estar junto a su anterior amor. La película de Olivier Jahan consta sobre una mujer experimentando un punto alto de su sensibilidad ante la pérdida.

Es un filme que dialoga en base a los conflictos internos, y no exclusivamente los de su protagonista principal. Un detalle de ello es la presencia de ese tercer personaje. Una especie de outsider que lleva una intimidad propia que conmueve y le provoca un giro contrario a la pareja que ha comenzado a tensar sus emociones. Otro asunto a valorar de «Castillos de arena» es esa cuota de sensualidad que se expande en el ambiente que rodea a la antigua pareja, la cual llega a propósito de las intenciones de una mujer que “juega con fuego”. Hay una mezcla de deseo, fragilidad y deseos por expurgar lo reprimido.

Golpe de calor (Coup de chaud, 2015) relata la historia de un pequeño pueblo agobiado por el calor y la sequía que ha comenzado a echar a perder sus sembríos. En paralelo, las diabluras de un adolescente han comenzado por irritarlos. El director Raphael Jacoulot retrata un crimen anunciado. Para esto, primero observa lo rutinario y luego lo empuja a la crisis, cuestión que se expande de forma colectiva a propósito del inhabitual comportamiento de un muchacho que comienza a ganarse la apatía incluso hasta de los que un día fueron sus simpatizantes.

«Golpe de calor» es un filme que con poco éxito intenta encumbrar a la paranoia; por un lado, a consecuencia de que se antecede a los hechos haciéndolo predecible, y, además, porque carece de la paciencia para agrietar el nerviosismo. Jacoulot opta también a una estructura muy fragmentada. Hay una parte en que se vuelve una pesquisa. Saca una perspectiva interesante que empuja al mea culpa. Lastimosamente, esta es muy corta, finalizándose con una resolución muy modesta.



En alerta (Qui vive, 2014) retrata el testimonio sobre un personaje migrante intentando redimirse. Este es un tópico muy expuesto en un circuito del cine francés, especialmente el destinado para festivales. En la historia, un hombre posee un futuro incierto luego que ciertas costumbres del pasado lo “revisitan”, esto a pesar de que se ha comprometido a llevar una nueva rutina de superación personal y laboral. En paralelo, encuentra el amor en una profesora de escuela, pero también se hace de enemigos pequeños que de pronto han comenzado a ser realmente molestos.

La directora Marianne Tardieu crea un equilibrio en la rutina de su protagonista principal. El drama se desata para cuando este personaje se canse del ritmo lento que está llevando su situación. Se podría decir que los momentos de tensión (sobre si el protagonista procederá con cordura o no) son los únicos incentivos de esta ópera prima, la cual suma además a una Adèle Exarchopoulus casi como un personaje accesorio, a pesar de que la trama quiere convertirla a un factor transcendental para el temple del protagonista. Es una película destinada al discurso moral de inicio a fin.

qui-vive - Adele Exarchopoulus

De no ser porque existe una trama en paralelo, El caso SK1 (L’affaire SK1, 2014) sería una película más sobre un asesino en serie y persecutores al borde de la crisis tropezando con pistas y sospechosos erróneos. En referencia a esta trama, es una pesquisa policial; en cuanto a la otra, es un drama judicial. Lo cierto es que la balanza se inclina más por el relato detectivesco, además de que este mismo no encuentra más que un hilo que lo relacione con esa otra historia.

El director Frédéric Tellier parece juntar dos películas que tranquilamente tendrían un mismo significado de forma independiente. La integración de ambas no invoca pues a una significado adicional, salvo alguno forzado.


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