Entrevista a Juan Alejandro Ramírez


Juan Alejandro Ramírez nació en Arequipa y estudió antropología en la Universidad de San Marcos pero prontó alzó vuelo y luego de visitar distintos continentes fijó residencia en Nueva York. Posee un particular sistema de trabajo, donde produce, rueda, edita, narra y musicaliza sus películas. A la fecha cuenta con la siguiente producción: Hecho a mano (1990), Todo y nada (1993), Me dicen Yovo (1995), Muy lejos de aquí (1999), Sólo un cargador (2003) y Alguna tristeza (2006). Hace algunos años nos visitó y entonces pudimos conocerlo y entablar amistad, esta vez también estará con nosotros en el Festival de Lima para presentar su última película.

Juan Alejandro: sabemos que hace tiempo resides en Nueva York, pero también has vivido en otros países ¿Cómo así has construido tu carrera fuera del Perú?
Mientras estudiaba antropología visual, me di cuenta que en ese campo no haría películas. Sin embargo, vi muy buenas películas en un curso en particular que me convencieron que debía entrenarme más en el cine de ficción y fué lo que emprendí poco mas tarde en New York. Anticipe que el “estilo” que empezaba a delinear me obligaba a tener una sólida autosuficiencia técnica que es vital al filmar en celuloide y con muy pocos fondos.

Vienes de la fotografía ¿Porqué comenzaste a hacer películas y cuál fue la primera?
Al no practicar una ciencia “dura” con resultados perentorios sino antropología que es “blanda” (soft-science) y con gran margen de especulación, opté en vez, por un medio que se acerque a lo poético. Y donde uno sin pretensiones puede acercarse a una “verdad” que no se basa enteramente en cifras o “hechos” sino por el contrario, en destellos de emotividad y en la capacidad de inspirar sensaciones pasajeras de claridad.

Mi primera película Hecho a Mano sin embargo, no tuvo mucho de lo anterior: fue sobre un amigo que fabricaba puntas de flecha usando tecnología del paleolítico (guijarros, cuernos de venado, etc.) hechas de fondos de botellas de vidrio. La ejecución de esta, estaba contrapuesta al paisaje urbano de Nueva York.

¿Consideras que tu trabajo audiovisual es algo así como una expresión de tu carrera de antropólogo?
No lo sé. Sin duda hay un efecto acumulativo al practicar muchas aficiones e intereses como la música, la fotografía y las humanidades. Algo más gravitante para mí ha sido la literatura peruana y sudamericana.

¿Por qué casi siempre tomas referentes peruanos en tus obras?
Por que es lo que conozco mejor y lo he vivido desde siempre. El vivir en otras partes del mundo solo me ha recordado de donde vengo. Esto, al tropezar continuamente con referentes muy similares a los nuestros en lugares muy distantes y remotos. Así, no es un misterio que mis trabajos terminen apuntando siempre a una serie de universales del ser humano, más que a hechos específicos, personas, o temas coyunturales de algún país en particular.

¿Definirías tus trabajos como documentales?
Nunca me he puesto a pensar sobre esto pues el término documental desde mediados de los ‘50 se convirtió en un término “sombrilla” bajo el cual se cobijan un número de modalidades de hacer cine. A mis películas las han llamado de todo: ensayo, diario, narrativa personal, autobiografía lírica, film experimental, etc. Han ganado premios en una serie de categorías, como ficción, documental y como película experimental . . . lo que de alguna manera demuestra más o menos lo anterior.

Hablemos de «Alguna Tristeza» ¿Cómo así concibes esta historia, cómo la llevas a cabo?
Como mis proyectos anteriores: escribiendo un guión que me conmueve y en donde empiezo a ver inmediatamente las imágenes que filmaré. Para Alguna Tristeza grabé muchas horas de conversación con mi padre y me di cuenta que de alguna manera él era un registro vivo, un “mapa” de como las cosas y los hombres se van perfilando de cierta manera al crecer pobre, en un país que siempre fue pobre.

¿Te vales de experiencias propias al narrar esta historia?
Algunas veces si. Y otras veces, me imagino como se miraría algo y luego, cómo se procesaría esa mirada.

¿»Alguna tristeza» fue realizada en cine?
Si, en 16mm color.

¿Por qué prescindes casi siempre del audio ambiental y usas sonidos de guitarras predominantemente?
El sonido ambiental esta allí, aunque con poco volumen y mucho es construido durante el montaje ya que no uso sonido sincrónico. La música de guitarra la conozco bien. Toco (aunque menos que antes) la guitarra clásica y la prefiero para realzar algún momento y llevar adelante una “sensación” . . . lo difícil es balancear la capacidad de la música de ser simultáneamente un elemento colaborador hacia ese crescendo que busco pero sin interferir o distraer del texto o imagen. La selección de la música que reúna esas cualidades es un trabajo aparte y lento.

¿Porqué siempre colocas una voz en off? ¿siempre es la tuya?
Si luego de hacer solitariamente guión, cámara, sonido, montaje, me parece que otra persona en el off seria casi como un ensayo de distanciarme de mi trabajo.

¿Cómo fue el estreno en el IDFA? ¿En qué otros festivales ha participado Alguna tristeza?

En el IDFA la pasé mayormente al lado de otras películas y cineastas que no caben exactamente en la horma del grueso del festival… esto por suerte me permitió pasar un buen rato con cineastas que he admirado por mucho tiempo como Jay Rosenblatt o Audrius Stonys. En el Cinéma du Réel del Pompidou Center le fue bien obteniendo incluso una Mención Especial. Luego ha estado o esta programada para en un poco más de una docena de festivales.

¿Cómo resuelves el problema de financiamiento de tus películas?
Siempre ha sido muy difícil. Pocos fondos quieren financiar trabajos que andan por las fronteras de “géneros”. Con la TV no puedo contar pues un “commissioning editor” siempre tratará de influir en alguna etapa clave (o en todas) de la producción, empezando con fijar una duración predeterminada con minutos y segundos para mis trabajos. Por suerte, algún fondo más flexible o un benefactor providencial siempre ha llegado al rescate y con lo mínimo necesario. Lo que siempre para mi es suficiente ya que manejo presupuestos minúsculos.

¿Cómo ves el panorama de la producción peruana, conoces lo que se está produciendo?
Conozco muy poco pero espero ver algo durante el festival.

¿Qué le dirías a la gente que va a ver tu trabajo en el Festival de Lima?
Que Alguna Tristeza no es una película sobre fútbol u ojos tristes sino mas bien una serie de viñetas que culminan en epifanías sutiles. Y las que quizás son mas aparentes para una persona que ha sentido frustración generacional, pena compartida, aislamiento principista, alegría colectiva, etc. y que no tiene reparos en confrontar sensaciones tan disímiles y reconocerse un poco a si mismo y a su entorno en el transcurso de una película.

Agosto de 2007
Entrevista: Luis Ramos

4 respuestas a “Entrevista a Juan Alejandro Ramírez”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *