Ladrón de bicicletas (1948)

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Ladri di biciclette

Esta pelicula tiene significación especial no solo por ser la más célebre o clásica de Vittorio De Sica sino por ser acaso la más representativa del llamado Neorrealismo Italiano. Este movimiento surgido a partir del fin del régimen facista se desarrolló casi por necesidad utilizando pocos recursos y contando historias mínimas de aquí y allá. De Sica junto a Roberto Rosellini y Luchino Visconti cimentaron el camino para que el neorrealismo se convierta de un cine hecho de esa manera por necesidad a un cine con estilo e identidad propia. Pero a diferencia de estos directores que se volvieron cada vez mas personales, De Sica tiende a mantener la línea de aparente sencillez y contacto fácil con el gran público y Ladri de Bciclette es ejemplar en este sentido.
Tan humano, contemporáneo y común es el caso de un desempleado, padre de familia (el contexto de la Italia de la posguerra es fácilmente intercambiable) quien tras la breve ilusión de obtener empleo utilizando su bicicleta, es víctima del robo de ésta. La pelicula se convierte desde ahí en una odisea, un viaje tan personal y paradógicamente representativo de muchos. Los vagabundeos tan erráticos del protagonista acompañado de su hijo son tan desorientados como desesperados. En una sociedad y necesidad en la que el hombre contemporáneo se ha vuelto lamentablemente tan desconfiado e indiferente, da igual que el afligido protagonista se dé con un muro de gente o un muro de concreto ya que solo recibe la misma respuesta.
Pocas representaciones han sido tan precisas acerca del mundo moderno, un mundo veloz, impiadoso y excesivamente personalista que si no te unes a su ritmo te devora por completo.
La pelicula fechada en 1948 puede considerarse lejanamente la madre de tantos melodramas hechos en todas partes como México o la India pero lejos de tantos émulos que la gran mayoría de veces resultaron bastardos, Ladri de Biciclette tiene esa peculiaridad de moverse no solo en el melodrama sino casi también en el documental. Esta insólita mixtura (en ese momento) unida a una entregada, lúcida y sentida visión hace de ella una observación no solo social sino nos da la sensación de una inquietante familiaridad.

Jorge Esponda

Esta entrada fue modificada por última vez en 18 de abril de 2008 16:02

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  • Jorge, buscaré el film Umberto D este fin de semana, espero tener suerte. Gracias por los datos de los actores, las anécdotas y las referencias que aluden a Ladri di biciclette. Saludos y gracias de nuevo, tus comentarios siempre son interesantes.

  • Hola Daniel:

    Sin duda se trata de un film cautivante y ejemplar. De Sica no fue uno de los extraordinarios autores del cine italiano pero su oficio y talento nos han dejado un puñado de momentos inmejorables en la cinematografía. Otras dos grandes películas suyas que te puedo citar en este momento son Umberto D (probablemente su mejor film neorrealista) y El jardín de los Finzi-Continis, basada en la novela de Giorgio Bassani con una Dominique Sanda inolvidable.

    Hablando de los actores de Ladri di biciclette, Antonio fue interpretado por Lamberto Maggiorani quien era en verdad un desempleado que aceptó la propuesta del cine como un golpe de suerte al cual se sostuvo a lo largo de los años pero en papeles casi siempre secundarios hasta fines de los 60. En el caso de Bruno, este fue interpretado por el pequeño Enzo Staiola, quien también llegó al cine de puro curioso, siempre presente contemplando los rodajes. Fue así como lo encontró De Sica para el film. Sus participaciones luego de esta película también fueron muy reducidas hasta fines de los 70 que fue cuando se retiró del cine al que no ha vuelto hasta ahora.

    Un dato extra: la película es citada y referenciada en diversas realizaciones entre ellas recuerdo aquella memorable escena de Nos habíamos amado tanto cuando el profesor Palumbo se encuentra en el concurso de preguntas y respuestas y cuenta la anécdota sobre como De Sica hizo llorar al pequeño Enzo en la escena final. Otra cita se da en The Player de Robert Altman cuando Tim Robbins sigue al guionista hasta el cine donde están pasado este clásico.

    Saludos

  • Jorge Esponda, ni idea que ya habías posteado un comentario para los Ladrones de bicicletas ¡Gracias!. Vi la película el sábado en TVPerú, conmovedor y excelente film, no imaginaba que era la madre de todo un movimiento.

    Sorprende como retrata a la sociedad italiana de la postguerra, empobrecida, desconfiada y hasta irritable y es en estas épocas de crisis que la religión y los videntes proveen de esperanza a la población, como se aprecia en la iglesia llena de fieles y la cola para ver a la vidente, ésta última le "quita" dinero al sufrido padre, que busca desesperadamente su bicicleta, al vaticinarle descaradamente "si la encuentra es en este momento, sino, no la verá más".

    Muy conmovedora la película, el final triste, ya que Antonio, el desempleado, iba a pasar de denunciante a denunciado y por el mismo móvil (la bicicleta). Su hijo Bruno fue quien lo salvó en varias circunstancias, como por ejemplo cuando el niño trae al policía justo cuando iban a masacrarlo, o en el final: la gente desiste de llevarlo a la policía, por las lágrimas del bambino.

    Jorge, a ver si añades el nombre de los protagonistas en el post, aunque no son actorazos hicieron un excelente papel. Sería interesante, por ejemplo conocer que fue del niño, imagino que actualmente debe ser uno de los pocos aún con vida de todo el elenco. Gracias por tu comentario.

  • Cuando se propuso realizar esta pelicula, no se quiso grabar en estudios, se quiso mostrar la realidad de una Italia destrozada por la guerra, la pobreza, las ganas de sobrevivir, fueron motivos por cuales impulsaron su realización, aunque sin dinero para pagar actores, contrataron gente de la calle, y hasta el niño protagonista (Bruno) que era un niño que observaba mientras estaban grabando, sin embargo, el resultado está claro, la mejor obra del Neorrealismo Italiano.

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