Butaca 27


En una conversa con Gabriel Quispe, me enteré que Hablemos de Cine, la mítica revista nacida en 1965 llegó a los 77 números. La influencia de esa publicación fue vasta y sirvió como cantera de cineastas y críticos, pero no hubo una revista que tomase la posta. En ese sentido Butaca (antes Butaca Sanmarquina) es el esfuerzo más cercano. Con 7 años de recorrido y 27 números a cuestas, luce una regularidad insólita en el medio peruano, diríamos que se va acercando de a pocos a la impronta numérica de Hablemos de Cine.

Dicho esto repasemos los contenidos de la última edición de Butaca (salida hace más de un mes a las calles).

Entre los especiales vale la pena destacar un extenso dossier de 22 páginas sobre el sonido en el cine y aquí encontramos un excelente artículo de Walter Murch (editor y sonidista de El Padrino y Apocalipse now) quien sostiene que el sonido es tan o más importante que la imagen en la cosa cinematográfica, asi en el artículo «Estirando el sonido para ayudar a liberar la mente» Murch se pregunta:

¿Por qué nosotros generalmente percibimos el producto de la fusión de la imagen y el sonido en términos de imagen? ¿Por qué el sonido usualmente realza a la imagen, y no al revés? En otras palabras, por qué la Reina Visión aún está sentada en su trono mientras la Reina Audición frecuenta los corredores del palacio?»


En ese mismo especial encontramos una entrevista a Pancho Adrianzén quien apelando a su vasta experiencia de trabajo dice:

Lamentablemente la mayoría de los directores de lo único que realmente se preocupan es de la fotografía. (…) Lo ideal para mi, parte de que el director tenga un peso sonoro muy rico, y que lo quiera expresar en una película. Me encanta trabajar con directores que se expresan a través del sonido, es lo que me gusta, lo que realmente me motiva, pero lamentablemente no es muy fácil encontrarlo.»

El tema de portada es el especial Cine peruano hoy, con entrevistas a cuatro realizadores relativamente nuevos en el panorama nacional: Raúl del Busto (Detrás del mar), Nilo Inga (Sangre y tradición), Mélinton Eusebio (Almas en pena) y Henry Vallejo (El misterio del Kharisiri), lo que se extrae de las palabras de los realizadores es el afán por sacar adelante sus proyectos a pesar de la falta de apoyo del Estado y otras instancias.

Mike Leigh: Retratos y verdades pasa revista a la producción del director inglés a propósito del estreno de Vera Drake. Del total de su filmografía el equipo de Butaca comenta siete filmes.

En la seccion festivales, Butaca nos trae el reporte del 27º Festival de la Habana y del 2º Festival Nacional de Cortometrajes del Cusco, FENACO.

Por último Oscar Contreras escribe el artículo La generación del setenta se jubila, refieriéndose a la generación norteamericana, hija de Vietnam, el rock y el LSD. Este es un pensado análisis del cine que nació en 1969 con Easy Rider y agrupó a directores como Coppola, Scorsese, Polanski, Allen, Spielberg, De Palma, Boorman y Cimino (por citar a los más relevantes). Hacia el final, Contreras coloca el epitafio a las carreras de directores antes creativos y lúcidos, ahora cansados y repetitivos (y algunos fallecidos), esa deslucida lista la integran Mazursky, Friedkin, Cimino, Pollack, Pakula, Ashby, Fosse, Beatty, Altman, Rafelson y Dennis Hopper, quien justamente inició el movimiento.

Esperamos que Butaca se mantenga en pie y alcance la cifra mítica de Hablemos de Cine y la supere, pero al mismo tiempo esperamos que afine algunos detalles que desmerecen el conjunto, particularmente en el campo de las críticas de películas y cierto acartonamiento en sus contenidos.

Butaca se puede comprar como siempre en el Fondo Editorial UNMSM, Librería UNMSM, Cine Arte de San Marcos, El Cinematógrafo de Barranco, Wong, Metro y Zeta Bookstore de Lima, Chiclayo, Cusco y Arequipa.

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2 respuestas

  1. Avatar de Rodrigo Portales

    Complementando el comentario Juan Jose, cito lo que escribio el español Fernando Trueba acerca de las diferencias entre EE.UU. y Europa con relacion al sonido cinematografico:

    «El sonido es el abismo mayor que separa al cine estadounidense del europeo. Mientras que los europeos confìan en el poder de sugerencia del sonido, los estadounidenses han desarrollado un enfermizo pànico al silencio.

    El totalitarismo sonoro -tecnicamente insuperable, hay que admitirlo- del cine norteamericano moderno puede deberse a dos razones: la estrategia de aturdir al espectador para mantenerlo inconsciente de la estupidez que está contemplando, o la necesidad de tapar el ruido de las masas masticando palomitas de maiz con un ruido aun mayor.

    A proposito, las palomitas de maiz representan màs del 30% del negocio del cine en Estados Unidos.»

    Fernando Trueba (Diccionario de cine)

  2. Avatar de Juan José Beteta
    Juan José Beteta

    Es cierto que se menosprecia la importancia de la música (y, en general, el audio) en las películas. En los filmes de acción o en muchos thrillers el audio es fundamental (pienso, por ejemplo, en cintas como X-MEN III, el mismo Código da Vinci o en innumerables productos similares donde el sonido crea una atmósfera o efectos apropiados). Pero además tenemos un uso creativo y hasta artístico de la música. Por mencionar sólo algunos, tenemos el caso de 2001 Odisea del espacio, película que no sería tal sin su fascinante, variada y sorprendente banda sonora. Otras películas de Kubrick con gran protagonismo sonoro son La Naranja mecánica, El Resplandor y Barry Lyndon. Por otra parte, tenemos Muerte en Venecia, de Visconti con el famoso y decandente adagietto (y otras citas) de Gustav Mahler. O la música de Bernard Herrmann (y otros efectos de audio) en clásicos de Hitchcock como Vértigo, Psicosis o los Pájaros, por mencionar sólo algunos. En otros casos la banda de audio es la articuladora de toda la acción del filme y productora de sentido, amén de ofrecer información dramática o histórica(ejemplos: Tambor de Hojalata de Volker Schlondorff o Amadeus de Milos Forman). De este último director, ¿cómo no recordar además la música de Ragtime o de Hair? Sin duda, hay directores que elaboran sus películas sobre la base de estímulos musicales y a menudo pareciera que se crean las imágenes para un determinado tema musical (y no al revés), como en el caso del famosísimo tema de Max Steiner para Lo que el viento se llevó; cuya sorpresiva aparición con esa imagen a contraluz en un rojizo crepúsculo nunca dejará de emocionarnos. Por otra parte, el trabajo de edición (montaje) también puede ser (o utilizar criterio) musical; hay un ritmo, un tempo y una dinámica subyacentes en la edición de imágenes que está tomado de la música. Hágase la prueba sino de ver cualquier película de Spielberg sin sonido y obsérvese el encadenamiento «musical» de un plano con otro, armoniosamente concordados con el movimiento interno de cada uno de ellos. Más ejemplos: Potemkin y todo el gran cine mudo (mudo pero no sordo, ya que siempre hubo acompañamiento musical, desde un piano hasta una orquesta sinfónica). Así que debe hacerse justicia al audio en el cine, como correctamente lo señalan los dos ilustres sonidistas citados en Butaca 26. JJB.

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