Intérpretes:
Daniel Hendler (Ariel Perelman), Arturo Goetz (Bernardo Perelman), Eloy Burman (Gastón Perelman), Julieta Díaz (Sandra), Adriana Aizemberg (Norita), Dmitry Rodnoy (Germán), Gerardo del Águila (Peruano)
Estreno en Perú: 5 de octubre del 2006
Burman construye personajes sólidos, creíbles, correctamente dialogados, en aproximadamente una década de vivencias muy bien narrada en menos de dos horas. Todo tratado con una pulcra dirección actoral en la que todos brillan, un ritmo que nunca decae y –según sea el caso– un fino toque de dramatismo o humor.
Hace unos meses vimos en el 10º Festival ElCine Derecho de familia, cinta que es un ejemplo muy claro del nivel que ha alcanzado parte del cine argentino. Daniel Burman, su director, no impresiona como un talento revolucionario que emprende proyectos ambiciosos expresiva y/o logísticamente. Por cierto, proponérselos nada tiene de malo y enhorabuena si los resultados son felices, pero Derecho de familia –un poco menos que El abrazo partido– lleva la apariencia de ser una película «fácil», «simpática», en la cual existe la sensación de que la puesta en escena fluye imperceptiblemente y sin tropiezos, con una historia circunscrita a un determinado universo narrativo, suficientemente cerrada para no correr riesgos de bifurcaciones o enredos, lo que permite al realizador conservar el timón del relato, manteniendo el ritmo, manejando los espacios y desarrollando los personajes.
En realidad, eso no es poco ni tan fácil –la mayoría de directores no lo logra– y Burman ya lo domina, con el manejo del tiempo y el entramado de lazos afectivos que enfatizan, tal como en su anterior entrega, los temas de la paternidad fracturada, la familia entrañable pero incompleta y, sobre aquellos, la afirmación de la propia identidad, a la que por cierto no escapa el origen judío. En El abrazo partido el padre se ausenta durante largos años y su desaparición motiva míticas especulaciones filiales, hasta que un día reaparece. En Derecho de familia Bernardo Perelman siempre está ahí, cerca, conversador pero lejano a la vez, difícil de tratar y conocer para su hijo Ariel, separados por barreras a pesar de la pasión heredada y compartida por la carrera del derecho, o precisamente ésta se convierte en una de ellas y en factor de competencia y recelo.
Aproximadamente una década de vivencias muy bien narrada en menos de dos horas. Todo tratado con una pulcra dirección actoral en la que todos brillan, un ritmo que nunca decae y –según sea el caso– un fino toque de dramatismo o humor. Por eso algunos lo han comparado con Woody Allen. Aún no llega a las cumbres del neoyorquino, pero la asociación no es descabellada, va en camino de alcanzarlas. Y, aunque desconocemos su taquilla, aporta a la cinematografía de su país una cuota de oficio muy efectiva, asequible al público y alternativa a autores más herméticos.
Gabriel Quispe
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Esta entrada fue modificada por última vez en 21 de julio de 2008 0:05
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quiero derechos de una familia
Burman es uno de los pocos directores suramericanos que retrata con genialidad los comportamientos de la gente corriente, dentro de la ajetreada e incoherente vida diaria.
Derecho de familia, trata de ello, de ser o no ser, o que es lo que ser. Es una buena película, aunque personalmente creo que la que se lleva los lauros es "El Abrazo Partido", y es que ésta fue una idea que le tomo muchos años de elaboración al director, no fue algo que sobrevino al exito como "Derecho De Familia". El Abrazo Partido se tradujo a varios idiomas, y se mereció los mas altos premios, y es que no podria ser de otra manera, es un relato UNICO sobre las relaciones personales entremezcladas con el caos que solo la familia puede añadir. Realmente es una película como pocas. Burman contó con su fetiche Hendler para la realización de ésta,(y de todas) ya que era un actor de presentaba las condiciones ideales para interpretarlo, con éste ya habia trabajado además en dos cortometrajes anteriores.
Pelí altamente recomendada.