Borat (2006)


BoratBorat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan
Dir. Larry Charles | 84 min. | EE.UU.

Guión: Sacha Baron Cohen, Anthony Hines, Peter Baynham y Dan Mazer.

Intérpretes:
Sacha Baron Cohen (Borat Sagdiyev)
Ken Davitian (Azamat Bagatov)
Luenell (Luenell)

Estreno en Perú: 8 de marzo de 2007

Borat Sagdiyev (Sacha Baron Cohen) es el presunto segundo reportero más importante de Kazajistán, la enorme república ex soviética del Asia Central y ha sido comisionado para viajar a los Estados Unidos, realizar un documental sobre la forma de vida norteamericana y aplicarla en su país de origen. A partir de allí quizás lo único que podría decir es que se trata de la comedia más hilarante que he visto en muchos años. Tanto por las situaciones que presenta como por lo insólito del personaje, Borat dejará huella por su humor escatológico e irreverente. Es un filme inolvidable, sobre todo para aquellos que no les agrade… el humor escatológico e irreverente.

Borat

Todos han visto alguna vez la serie “Matrimonio con hijos”, sobre el peculiar hogar de Al Bundy, el típico grandulón bruto y machista; serie que con gran despliegue de humor negro describe a la familia estadounidense más primitiva. Imagínense ahora que el Al Bundy de Kazajistán visita los Estados Unidos para hacer un documental; y recorre varios de los lugares donde vivirían los Bundy, aunque también participa en reuniones con miembros conservadores de la clase media y alta, ya sean SWAP o sureños.

El resultado no puede ser más humorístico. Se explotan presuntas diferencias culturales (en muchos casos, exageradas y llevadas al absurdo) e involucrando un humor devastador y escatológico. Aquí Borat entronca con lo que Mijail Bajtín denomina el “humor grotesco” medieval, en donde se atacaban los símbolos de autoridad política (nobleza) y religiosa (clero), con fines de crítica social y hasta cultural; apelando a la vulgaridad sin freno de ninguna especie. Hay, pues, una excelencia en esta clase de picaresca que puede tener ribetes artísticos y este filme los alcanza sin lugar a dudas. En ese sentido cabe resaltar también el trabajo corporal del protagonista y varias acotaciones de humor puramente visuales (el niño que “maneja” un vehículo en Kuzek o la cabeza que aparece en el refrigerador del productor en Los Angeles) que permiten cierto reposo a la carcajada para producir momentos de mero deleite humorístico.

Cabe aclarar que esta película es un falso reportaje y/o documental, ya que su protagonista es un muy popular comediante británico (Sacha Baron Cohen) mientras que el director Larry Charles, lo fue a su vez de la cínicamente simpática serie de televisión Seinfeld. Hay que decir, sin embargo, que Borat va más allá de las series nombradas ya que nuestro protagonista se coloca en las situaciones más extravagantes que uno pudiera imaginar. Hay escenas de puro humor escatológico y grotesco (por ejemplo, la pelea entre Borat y su productor en la habitación del hotel) que desafían nuestra imaginación y llevan directamente a la provocación contra una parte del público. O sea, que no es un filme para todos los gustos: hay que tener un estómago de acero para disfrutarla a plenitud.

Borat: Cultural Learnings of AmericaAlgunos opinan que el protagonista es racista, homofóbico y antisemita, mientras que otros le critican por dar una “mala imagen” de Kazajistán ante el mundo y, especialmente, ante los estadounidenses. Es evidente, sin embargo, que su humor sobre los grupos minoritarios busca evidenciar los prejuicios que –en privado– muchos bienpensantes ciudadanos expresan sobre ellos; además, se trata de un humor de ida y vuelta (por ejemplo, con los gay). Pero, sobre todo, conforme avanza el filme vamos comprobando también que muchos de los rasgos primitivos de ese estrafalario personaje asiático son muy parecidos a los de ciertos grupos de estadounidenses (por ejemplo, la escena de “imposición de manos” a Borat en el templo cristiano). Asimismo, que la imagen que se muestra de los norteamericanos –en materia de racismo y prejuicios varios– no es muy distinta de la de un presunto país “atrasado” y tercermundista. De esta forma, la sátira funciona en dos sentidos: de un lado, mostrando que los estadounidenses no son muy distintos que unos primates de un pueblo supuestamente primitivo y, de otro, mostrando a los kazajos y similares (que sueñan con el “modo de vida norteamericano”) que esa sociedad “avanzada” también puede ser muy desagradable. Todo ello fuera de la feroz burla del establishment yanqui que salpican casi toda la película.

Sea como fuere, debe decir que hacía muchos años no me reía tanto. Incluso en los momentos que no daba risa, uno se reía de sólo recordar lo que se acababa de ver. Y, luego, en casa, en la oficina, al dormir, pequeños ataques de risa solitaria, recordando varias situación insólitas que se presentan en esta divertida película.

Aquellos que no gusten de estos platos de sabores (y olores) fuertes o crudos, pueden esperar unos días (o quizás semanas) y ver Letra y música una comedia mucho más suave, con diálogos ingeniosos y un humor que es exactamente lo opuesto al de Borat; con la diferencia, apuntada al comienzo, de que mientras esta última será inolvidable, la otra quizás se digiera y elimine mucho más rápidamente… de nuestra memoria.

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Una respuesta

  1. Avatar de ignacio.bilbao@ehu.es

    Desigual comedia que pretende, y consigue en gran medida, poner en solfa muchos estamentos, creencias y filosofías de vida de distintas culturas y pueblos.
    Su punto de partida es bueno, aunque no original, y las diversas vivencias y anécdotas vividas por el singular protagonista y su fiel amigo, se nos muestran de forma bastante irregular, con muchos buenos momentos y otros francamente pobres, pese a su virulencia y ordinariez.
    Su comienzo es bueno, cuando nos cuenta quién es, dónde y cómo vive, etc. Sin embargo, si se ha visto el tráiler anteriormente, ya se saben los gags, como fue mi caso, por lo que no hay sorpresas.
    Más tarde, hay una mezcla de aciertos y chorradas sin demasiada gracia, alternándose con desigual fortuna. No parece remontará el vuelo, hasta que compran un vehículo para viajar a California, en busca de la ansiada Pamela. En este momento, la película levanta el vuelo, a veces de forma espectacular. Así, el momento en el que desea aprender buenas costumbres y comportamiento en sociedad, es genial, con la cena con gente de bien, que dinamita a base de zafiedad y juegos de palabras. Es un momento que se ve con verdadera vergüenza, casi tapándose la cara, pero que hace muchísima gracia. Está en verdad conseguido. Desde ahí hasta el final, la película sigue por un sendero seguro, haciendo aparición, incluso, ¡quién lo iba a decir! la ternura y compasión hacia un personaje vulgar, machista, retrógrado, y muchas cosas más, todas ellas negativas. Sus momentos de bajón, de caída, están expuestos con mucho cariño hacia un personaje que no tiene por donde cogerlo. Esto es un acierto de guión, indudablemente.
    En definitiva, que no es, en absoluto, ninguna obra maestra, como se ha dicho exageradamente por ahí, pero sí que, al final, deja un más que aceptable sabor de boca.

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