Dir. Frank Oz | 100 min. | Reino Unido – Canadá – EE.UU.
Intérpretes:
Matthew Macfadyen (Daniel), Keeley Hawes (Jane), Andy Nyman (Howard), Ewen Bremner (Justin), Daisy Donovan (Martha), Alan Tudyk (Simon), Jane Asher (Sandra), Kris Marshall (Troy), Rupert Graves (Robert), Peter Vaughan (Tío Alfie), Thomas Wheatley (El Reverendo), Peter Egan (Victor), Peter Dinklage (Peter), Brendan O’Hea (Enterrador), Jeremy Booth (deudo)
Estreno en España: 11 de octubre de 2007
Hemos de reconocer que las vicisitudes de las familias disfuncionales son una apuesta segura (por lo general) en los mercados del séptimo arte. Un funeral de muerte del norteamericano Frank Oz resulta una prima hermana de Cuatro bodas y un funeral ), solo que esta vez se ha saltado las bodas y han pasado directamente al funeral. La acertada asociación entre director usa y guionista british ha dado como resultado una sana e inteligente comedia, tan bienvenida como necesaria, que deja un pozo de aliviadora sesión antiestress. Tales son las risas, tales son las situaciones desternillantes. Desde el comienzo hasta el final, no pierde dirección ni ritmo y se mantiene en una constante sin altibajos, lo que es muy de agradecer a pesar de las situaciones extremas en las que se balancea, a un tris de caer en la vulgaridad.
Hemos de reconocer que las vicisitudes de las familias disfuncionales son una apuesta segura (por lo general) en los mercados del séptimo arte. Y si la etiqueta de fábrica procede del british stablisment o bebe de su manantial, éxito seguro. Aún conservamos el sabor a miel que nos dejó aquella familia de la pequeña Miss Sunshine, cuya inspiración tenía mucho de comedia negra británica, cuando llega a nuestros cines, en los albores del invierno y sus celebraciones de muertes y santos, una prima hermana de la otrora Cuatro bodas y un funeral (Mike Newell), solo que esta vez se ha saltado las bodas y han pasado directamente al funeral: Un funeral de muerte, (Death at a funeral) del norteamericano Frank Oz. Título bastante adecuado, puesto que nuestro rico idioma se presta a varias interpretaciones que definen a la perfección los dos puntos esenciales de la cinta: el humor y el punto esencial de la trama.
He de reconocer que me sorprendió el hecho de que fuera dirigida por un americano, recién salido del camerino de actores de Star Wars y con una carrera de director un tanto irregular saltando entre buenos productos y mediocres facturas, para quién hace unos años dejara impronta de buena comedia con In & Out. Quizá ha sido la caña de un guionista londinense, Dean Craig, lo que ha ayudado a mantener un equilibrio constante para no caer en el terreno de la comedia indigerible, tan en boga en las carteleras subproducto del menú para descerebrados.
Además de un guión excelente ¿en qué ha acertado también Oz? En una perfecta elección de actores. Lo mejor de la cantera inglesa actual. Comediantes que no están condicionados constantemente por su imagen, como desgraciadamente resulta cada vez más evidente con los norteamericanos. Actores con un extenso currículo entre cine y Tv. Matthew Macfadyen es uno de los fuertes valores actuales de Tv, un ejemplo entre varios lo constituye la serie Spooks. Otro es Rupert Graves, imprescindible en muchas producciones, ya sean de época (Habitación con vistas) televisivas o futuristas (V de Vendetta). O Ewen Bremner, Alan Tudyk, actores moldeables como la arcilla, entre otros experimentados.
Ideal para un día cargado de responsabilidad y dramatismo laboral.
Esta entrada fue modificada por última vez en 23 de octubre de 2007 12:01
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frank oz es británico. Lo que pasa es que a los cinco años sus padres se mudaron a estados unidos