Dir. Jerry Shatzberg | 110 min. | EE.UU.

Intérpretes: Al Pacino (Bobby), Kitty Winn (Helen), Alan Vit (Dotch), Richard Bright (Hank), Raul Julia (Marco), Paul Sorvino (Samuels).

Estreno en EEUU: 13 de julio de 1971

Es cierto que el debut en cine de Pacino fue en el film Me, Natalie, pero The Panic fue su primer protagónico absoluto y el film que le abrió las puertas para interpretar al hijo del Don en la saga de El Padrino. The Panic in Needle Park es una suerte de Trainspotting 25 años antes. Sin tanto humor y con mucho menos estilización, marca personal de Danny Boyle, The Panic sigue la vida de Bobby, un drogadicto y traficante de poca monta que hace su vida en Nueva York.

Desde hace un tiempo hasta ahora es mucho lo que se ha dicho acerca de Al Pacino y la debacle actoral por la que está pasando, en especial por películas tan tontas y poco interesantes como 88 minutos y Righteous Kill. Por estos días se ha comentado mucho el hecho de que ahora ha decidido actuar junto a Michael Radford nuevamente y hacer una nueva versión del clásico Shakesperiano El Rey Lear. Hasta llegar a ello, tiene que hacer una película basada en la vida de Salvador Dalí dirigida por Andrew Niccol, quien ya lo dirigió – es un decir – en ese experimento fallido como pocos y aburrido que fue S1m0ne. Otro film en carpeta que tiene Al, es el remake del clásico de 1955 Rififi, dirigido por Jules Dassin. Los que amamos el original, ya temblamos del sólo pensar qué puede salir de aquello. Es cierto que aun no hay director atachado al proyecto, pero por lo visto últimamente en la carrera de quien alguna vez fue Michael Corleone, se nos hace difícil esperar algo realmente bueno. Lo lamentamos, pero el peso de la historia reciente es fuerte. Es por eso que mejor hablo de la primera incursión en la actuación de Al Pacino, allá por el año 1971, dirigido por Jerry Schatzberg. El film es The Panic in Needle Park.

Es cierto que el debut en cine de Pacino fue en el film Me, Natalie, pero The Panic fue su primer protagónico absoluto y el film que le abrió las puertas para interpretar al hijo del Don en la saga de El Padrino. De hecho, se comenta que este fue el film que Coppola usó para convencer a los ejecutivos de que Pacino era el actor que necesitaban para interpretar a Michael. No es menor este hecho y lo que vino después de eso, es historia.

The Panic in Needle Park es una suerte de Trainspotting 25 años antes. Sin tanto humor y con mucho menos estilización, marca personal de Danny Boyle, The Panic sigue la vida de Bobby, un drogadicto y traficante de poca monta que hace su vida en Nueva York. Al inicio del relato Bobby conoce a Helen, una bellísima Kitty Winn, quien perdidamente se enamora de lo que el chico representa. Ella, sin ser adicta, ve en este hombre un tipo gracioso, libre, medio matón y muy romántico, quien la cuida y la lleva a conocer un mundo que estaba completamente alejado y desconocido de ella.

El mundo de Bobby se mueve entre pequeños robos que hace cuando se presentan las oportunidades y las ventas de droga que realiza entre los adictos que se encuentran en Sherman Square, también conocida por sus “habitantes” como Needle Park. Todos estos seres son usuarios perdidos y sin esperanzas que se reúnen en esa esquina de manera constante, sintiendo lo que es una suerte de calor de comunidad y familia que, por supuesto, nadie tiene.

Como todo relato de adicción que se precie, el espiral descendente lentamente comienza a hacer su aparición y los personajes comienzan un camino por los negros caminos de la debacle personal, a medida que su adicción se va haciendo más y más potente. Notable es el momento en que Bobby mira a los ojos a Helen y se da cuenta, por primera vez, que ella se ha vuelto una adicta como todos los que la rodean. Bobby jamás le dice que lo deje o trata de persuadirla de manera alguna. Los destinos de la comunidad se van sellando por las acciones de cada uno y nadie trata de interferir en las decisiones del resto.

Es interesante la forma en que Schatzberg filma su relato. Con mucho zoom y utilizando a sus, entonces, desconocidos actores, la calle se convierte en el principal set de un film que no concede perdón ni juicio a sus personajes. Schatzberg es brutal al momento de filmar el ritual en el que los dependientes caen y a la vez resulta sorprendente, tomando en cuenta el año en que se filmó, lo gráfico de todos los momentos en que se pinchan su preciada heroína. Venas hinchadas y marcadas, listas para recibir la dosis. La sangre que llena la jeringa y que vuelve a entrar en el torrente. Tampoco es indiferente la escena en que Bobby ha tenido una sobredosis y sus amigos tratan de reanimarlo en el departamento de una prostituta que termina por encerrarlos en el baño junto con su recién nacido, para así atender a un “cliente regular”. Con todo lo anterior, es claro cuál fue una de las películas que vio Danny Boyle para inspirarse en su icónico film.

The Panic in Needle Park no es, por lejos, la mejor película sobre adictos. Tampoco es la primera que se filmó, Otto Preminger ya había realizado The Man With The Golden Arm allá por el año 1955. Pero sí es un film que vale la pena. Su estructura libre resulta interesante, aceptando y utilizando las elipsis como nadie hoy se atrevería, llevando al espectador a unir, llenar y aceptar esos espacios vacíos y el actuar de los personajes. Es también grato ver a estrellas como Raul Julia y Paul Sorvino al inicio de sus carreras, al igual que el trabajo realizado por Kitty Winn, ganadora en Cannes por su interpretación. Qué lástima que no haya hecho mucho más esta mujer, además de su aparición en El Exorcista 1 y 2 y algunas otras cosas que se han olvidado en el tiempo.

Para el final dejo lo realizado por Al Pacino. Sin ser una actuación descollante, como lo que vendría más adelante en su carrera, sí es un trabajo que demuestra lo buen actor que este hombre es (era). Siempre medido, lleno de detalles, de reacciones rápidas, lleno de energía, su Bobby se encuentra, sin duda, entre los puntos altos en la carrera de este actor que, quizás sin darse cuenta, ha ido entrando en El Pánico del Parque de la Sobreactuación.

Si ven este film y les gusta, no dejen de ver Scarecrow, otra colaboración Pacino-Schatzberg del año 1973.