La superestrella del porno, Ron Jeremy, sigue tan prolífica como en sus mejores años. Surgido en esos momentos en los que la industria del «entretenimiento adulto» pasaba a masificarse (vulgarizarse dirían algunos), luego de su era dorada en celuloide, El llamado «hombre erizo» se paseó tan convincentemente que creó toda una escuela de acrobáticas maniobras amatorias, a costa no solo de las más notorias damas del género, sino también de si mismo (una de sus gracias fue su famoso auto-fellatio). En la vasta videografía no hay lugar por donde no se haya paseado. Programas de televisión, radio, videoclips de músicos consagrados, y hasta apariciones en el cine no-explícito, dan cuenta de su nivel icónico, hasta para los creadores de actividades artísticas y culturales más «serias».

Es con ese es espíritu divertido que el no menos estrafalario universo de la Serie B le rinde tributo con una producción estrenada este año por la ruta del DVD. One Eyed Monster (El monstruo de un ojo), se inscribe dentro de las parodias más gruesas, tanto que hasta parece que puede resultar divertida. Todo acontece a partir del rodaje de una nueva producción porno con el bigotón de protagonista (si, aparece con su propia identidad). Todo el equipo se traslada a una aislada cabaña para acometer la faena que se prevé picantemente rutinaria. El asunto se pone peligroso cuando un meteorito cae sobre Ron, despojándole su herramienta de trabajo. Pero bajo el extraño influjo de la materia espacial, y la gloria de su estrella, el miembro en cuestión adquirirá vida propia y un instinto homicida muy parecido a lo que ocurría en La mano con Michael Caine. Dejemos ahora que las imágenes hablen por si mismas. ¿Habrá un límite para nuestro querido Ron?

(Vía Cine Con Chile)