40 años del hombre en la Luna

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1969 fue un año de muchos acontecimientos que marcaron el mundo contemporáneo. Acaso el más trascendental fue la llegada del hombre al satélite natural de la Tierra. El suceso que fuera anticipado por gente como Verne, Meliés, Clarke, o Kubrick, se hizo realidad el 20 de julio, días después de que el Apolo XI fuera lanzado con Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, como tripulantes. El alunizaje, emitido por la televisón de ese entonces, se produjo en el llamado Mare Tranquilitatis (Mar de la tranquilidad). Banderas, frases, y artefactos de por medio, fueron los primeros vestigios del histórico momento.

A través del tiempo han sido muchos los homenajes y muchas las especulaciones, que los medios elaboraron sobre el asunto. Dentro de las más notorias se encuentran las del terco Bart Sibrel, periodista pasado a documentalista, que se ha especializado en tratar de desmentir que el ser humano haya llegado tan lejos. Todas sus sospechas y conclusiones se encuentran presentadas en un puñado de realizaciones que le han ganado no pocos seguidores. El primero de ellos, titulado A Funny Thing Happened on the Way to the Moon, un mediometraje de 47 minutos, causó revuelo en 2001.

Por nuestra parte queremos participar de la conmemoración a través del filtro de la ficción. Porque hasta el momento, para nosotros todo esto sigue siendo un sueño, una fantasía.

Seguramente muchos estarán recordando ahora a ese astro con apariencia de torta, que recibía a los aventureros lanzados por el cañón y la imaginación de un francés, o los paseos en el paisaje inhóspito en el cual un equipo de científicos encuentra enterrada la maciza prueba de los misterios de un más allá. Todos ellos resultan demasiado serios y perplejos si los comparamos con nuestro querido Jerry Lewis, que se dio un paseo psicodélico por la Luna para provocar disparates y encontrarse con el romance en Way…Way Out. No hay nada que hacer, pues ante todo, este territorio de exploración es la inspiración de los enamorados.

Finalmente, también nos quedará el testimonio de otros extravagantes personajes a los que no les hace falta irse al espacio para habitar otro mundo. Gracias al cielo por ellos, por el verdadero hombre en la luna.

Esta entrada fue modificada por última vez en 20 de julio de 2009 16:02

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