Festival de Lima 2009: La nana


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La nana es el segundo largo de Sebastián Silva, quien debutara en 2007 con La vida me mata. Sorprendió en la ceremonia de clausura con dos premios importantes, el de mejor ficción en el jurado de la Sección Oficial y el de la Crítica Internacional. Este resultado lo interpretamos como consecuencia de la caída, por anulación mutua, de películas de mayores pretensiones y logros expresivos, como La teta asustada, Gigante y Excursiones, pero con las suficientes resistencias para no tener consenso en los jurados, que son por naturaleza subjetivos e impredecibles. Parece que cierta estética minimalista, con distintos niveles de atildamiento y cálculo, que ha dado laureles importantes y presencia mundial al cine de América Latina, especialmente a través de fondos de fomento y festivales internacionales, está gustando menos y que un sector de la crítica ya busca otras propuestas menos rígidas.

Creemos que La nana tiene menos méritos que las obras antes mencionadas, pero no significa que sea una película desdeñable. Por el contrario, es un producto valioso que se comunica honestamente con el público, no intenta genialidades y aprovecha dramáticamente los recursos no muy holgados de los que dispone en una eficaz realización. Silva no piensa en ganar fácilmente taquilla colocando cualquier imán grueso, sino que, en clave de comedia dramática, narra con limpieza y construye un universo verosímil que, a su modo, recrea con imaginación las fracturas de la sociedad chilena. Plantea la ambigua convivencia de una trabajadora del hogar con una familia que, por el peso de la costumbre y la total dependencia adquirida, ha caído presa de su inquietante habilidad manipulatoria, por lo que cada intento de colocarle una colega ayudante es desbaratado por las maniobras y humillaciones de quien se siente insustituible y un miembro clave del hogar.

Raquel es uno de esos personajes que, en manos de intérpretes competentes, imponen un ritmo y un tono vertiginosos y realzan una historia previamente bien concebida. La actriz Catalina Saavedra, que hace tiempo viene interpretando en su país este tipo de papeles, incluso en televisión, se luce en un tour de force que nunca pierde consistencia. El guión es práctico y ordenado en la exploración de la particular personalidad de la protagonista y de los conflictos domésticos que provoca. Silva emplea principalmente una sola locación, una residencia pródiga en ambientes que potencia sus maquinaciones y correrías, en un reflejo de la peor discriminación, la que se da entre pares, donde las más débiles, la joven inmigrante peruana y la señora mayor, son las sacrificadas. Raquel pivotea con el ama de casa, su esposo e hijos, las sucesivas empleadas que pasan por la casa y luego el entorno de una de éstas, Lucy (Mariana Loyola), la única que consigue penetrar la coraza de una mujer que cada vez se muestra más agresiva y a la vez vulnerable, diezmada por serios problemas de salud, que intenta ocultar, y traumas irresueltos que se difuminan en su hermético mundo personal.


25 respuestas

  1. Avatar de jmvgpartner
    jmvgpartner

    Estimados:

    Un comentario muy breve para a lo mejor, traten de ampliar su visión:
    Juan José: si tu conclusión es que «(…) se han escogido sistemáticamente películas que omiten cualquier referencia a asuntos sociales, políticos y culturales (…)», mi pregunta es ¿acaso el cine no es hacer referencia a asuntos sociales, y/o políticos y/o culturales?.
    Rodrigo: Respecto a que «(…) a los jóvenes no nos interesa la política (…)» (en el marco de tus expresiones respecto al cine), debo recordarte que todos somos seres políticos ¿o no?
    John: Respecto a La Nana y el hecho que «(…) la historia es consabida y más afín a guión de novela televisada», ¿qué opinas de los largos silencios del filme? Seguramente son el elemento central de toda historia que se puede ver en la televisión actual, además ¿acaso mucho del cine pasado y actual no se ha transformado en novela televisada?.

  2. Avatar de Juana Serrano
    Juana Serrano

    ¿Me parece o Serrano es Beteta? Los «dos» escriben párrafos interminables…

  3. Avatar de John Serrano
    John Serrano

    Rodrigo,
    No es que no acepte tu percepción, sino que no tiene sentido darle más vueltas a un asunto tan sencillo.
    Créeme, más fácil me hubiera resultado recomendarte leer todos tus comentarios en esta entrada para que te des cuenta que no clarificas NADA.
    Tal vez lo que persigas es superar al maestro, y que de cansancio acepten tu capricho (sólo para seguir tu curiosa comparación). Es una suerte que el señor Beteta no se canse de ilustrarnos con su análisis crítico.

    En lo que a mí concierne, desisto continuar el debate sobre este tema, no solo porque no me guste repetir los argumentos insistentemente, sino porque percibo que no comprendes lo que se comenta. Lanzas comentarios adjetivando pero en el siguiente te retractas o tergiversas. Para muestra sólo un botón:
    «… Y sí la película es una comedia crítica, una sátira contrarrevolucionaria o muestra la tolerancia (¿?) del régimen castrista es algo que la verdad no interesa.»
    Pero luego dices: «no es que no me interese la política ni lo social (hablando de lugares comunes: a los jóvenes no nos interesa la política. Ajá), y creo muy válido que una película toque todos los temas sociales y políticos que quiera.»

    Pienso que adjetivas demasiado, y caes en el error de comparar películas disímiles y otorgarle visos de maestría de forma bastante subjetiva. Tienes una percepción muy cuadriculada de las cosas, y no se trata que una película sea mejor o más que la otra (como insinúas abiertamente contrastando a «La Nana» con «El cuerno…»)

    Y por supuesto que el señor Beteta está convencido de su apreciación, él es crítico, sabe lo que dice, y su percepción no se limita a cánones, parámetros, o teorías del cine. Creo que nuevamente confundiste lo que quería decir.

    El cine, hasta donde yo sé, es una manifestación artística, y si bien es cierto se presta a múltiples interpretaciones y apreciaciones subjetivas, hay cosas que son evidentes. No te sientas mal cuando hablo de segundos visionados, tú mejor que nadie debe entender de estas cosas. Más vale ser humildes que andar criticando a medio mundo y desautorizando opiniones que no se ajustan a las nuestras.

    Tienes razón, a veces el abuso de nombres ilustres ayudan a entender mejor nuestras explicaciones. Es cierto aquello que mencionas, pero también es cierto que el lenguaje cinematográfico se nutre de cada uno de sus componentes y no es exclusividad de la puesta en escena, al menos no de la forma como lo argumentas. Finalmente todos son vehículos, porque tu magnífica puesta en escena con un argumento deslucido no salvará la película.

    Decir que algunas películas latinoamericanas presentan una “clara influencia externa, artificio y falsa profundidad” no es etiquetar; tampoco tiene un carácter peyorativo. Simplemente que a veces tendemos a pensar que siguiendo al milímetro influencias cinematográficas con una evidente estampa de intelectualidad estamos por encima del resto, cuando en realidad no comprendemos que esas fórmulas resultan en otras realidades diferentes a la nuestra.
    ¿Todavía quieres que te mencione nombres?
    Qué bueno que te guste el cine, eso es saludable. Mi recomendación sería, ya que eres crítico, tratar de no parcializarte y comprender que el cine se presta a subjetividades, pero que como entendedor deberás darle un caracter objetivo para informar y educar a quienes leen tus referencias.

    Y ya cambia de página!
    Saludos,

  4. Avatar de Rodrigo Bedoya
    Rodrigo Bedoya

    John:

    La primera parte de tu respuesta cae en lo más fácil, que es decir que el otro es ignorante. Gracias por decirme, como profesor que no acepta la respuesta del alumno, que me aseguras que con otra visión mi opinión va a cambiar. ¿Cómo? ¿Me devuelves el valor de la entrada?

    ¿Quién ha dicho que el señor Beteta que «asume caprichosamente todo aquello que reclamo»? Yo estoy seguro que Juan José está muy convencido de su argumentación: por algo la defiende. Lo que sí no sé es si Juan Jose tiene capacidad de Thundercat y vea más allá de lo evidente, como señalas, al comprender el mensaje oculto; como si las películas fueran criptogramas o acertijos con mensajes escondidos para la comprensión de los iluminados. El cine, hasta donde yo se, no es un juego de Waldo.

    Por otro lado, es cierto que el cine utiliza la psicología de los personajes. ¿Pero la forma de mostrar esa psicología en Bergman es la misma que en Antonioni? ¿la de Sebastián Silva es igual que la de Claudia Llosa? ¿la de John Ford a la de Howard Hawks? ¿La de Godard a la de Truffaut? Es evidente que no. Y ahí se aplica la puesta en escena: en la manera en la cual cada uno de estos directores nos muestran esa psicología, como la configuran, como la muestran y la trabajan para generar lo que quieren. No es lo mismo la angustia en los personajes en Bergman que en Antonioni: los diferencia su forma de filmar y encarar a sus personajes.

    De acuerdo en que no hay que etiquetar. Pero decir que hay un cine de «clara influencia externa, artificio y falsa profundidad» no es etiquetar? ¿Por qué no das nombres y enumeras para que quede más clara tu idea? No importa si soy de derecha, de izquierda, de arriba o de abajo: a mi me gusta el cine. No sabía que los gustos cinematográficos definen la tendencia política.Si el hecho que no me guste El cuerno…me pinta como un conservador, allá tú.

    Saludos

  5. Avatar de John Serrano
    John Serrano

    Rodrigo,
    Creo que debería zanjarse este tema respecto a «El cuerno de la abundancia», no sólo porque J.J.Beteta haya expuesto de manera concisa y rebatido metodológicamente las observaciones sobre la misma; sino porque estás desfigurando la esencia que dio inicio a esta controversia.

    Cuando uno no sabe de un tema, o no lo comprende a cabalidad, es bueno escuchar y leer a quienes sí lo manejan para aprender de ellos. De otra forma, estaremos desnaturalizando el asunto, desinformando.

    Como el señor Beteta explicó, lo rico de esta película está en esos subniveles de lectura. La inteligencia de esta comedia es lanzar una crítica política (a una ideología) con sutileza y en clave de comedia.
    El CCPUCP está invitando a una presentación especial para la próxima semana, dado que esta película fue la más votada por el público que participó en el Festival. No vendría nada mal hacer un nuevo visionado contemplando todo lo expuesto por el señor Beteta para tener un mejor entendimiento. Aseguro que luego harás una reinterpretación favorable.

    El señor Beteta NO le da una mirada, ni asume o interpreta caprichosamente a su antojo todo aquello que le reclamas, sencillamente ha entendido el verdadero trasfondo, ha decodificado el mensaje «oculto» de su particular «comedia».
    Algo que en La Nana no se observa, porque sus motivaciones son distintas y tampoco necesita hacer gala de todo aquello, si consideramos que la película gira entorno al personaje protagónico y todos sirven como vehículo para su lucimiento.
    Y lo dejo ahí porque evidentemente J.J. Beteta no necesita que lo defiendan.

    Por otra parte, muchas veces es mejor comprender sobre ciertos temas que involucrarse en ellos sin pleno conocimiento. De alguna manera, toda película hace apología de algo, y eso según entiendo, es una forma de política.
    La cinematografía no solo se vale de la puesta en escena (tantas veces sugerida por ti), muchas veces se explota la psicología del protagonista por sobre todo, con resultados elocuentes.
    Lo que verdaderamente importa es el enfoque, de cómo se transmite el mensaje. Y si éste llega de manera satisfactoria o fracasa en el camino, es pericia del director.

    Comparto tu idea, me gusta pensar que la gente es inteligente, aunque a veces no comprenda del todo las propuestas que se presentan a sus ojos o subestimen a aquellas que no exhiben ciertas etiquetas asignadas a lo que conocemos comúnmente como «cine culto» (sino, cómo explicamos tanta vuelta con «El cuerno de la abundancia, eh?). Y este mal aqueja principalmente a los nuevos críticos, a los jóvenes que saben más de Tarkovski o la Nouvelle Vague (sólo por ejemplificar) que de realidad nacional.

    Yo defino como «Cultura Latinoamericana» a la denominación que busca agrupar las diversas manifestaciones de nuestros pueblos, que aunque difieran en términos geopolíticos se mantienen unidos por un mismo sentimiento, por una misma idiosincrasia. De otra forma, no existirían denominaciones como «Festival Latinoamericano de Cine».

    Por qué etiquetar y caer en el engorroso tratamiento y comparaciones injustas entre fulano y mengano, como si uno tuviera mayor valía que el otro?. Comprendamos nuestra riqueza cultural y hagamos de nuestras diferencias la oportunidad para encontrar caminos de confluencia.
    Precisamente el problema está cuando ensalzamos propuestas con clara influencia externa, llenas de artificios o falsa profundidad. O me vas a decir que luego de enumerar títulos en tu comentario previo ahora reafirmarás tu lado «progre»?

    Lo peor de todo es que me temo que aquella expresión, «realismo mágico», tiene nombre propio. Será que estamos tan acostumbrados a temas comunes y propuestas vacías e intrascendentes que cuando vemos algo potente, reflexivo y cercano, se activan nuestras resistencias y caemos en la negación?

    Creo que deberíamos empezar a reflexionar sobre esto antes de iniciar algún otro debate.
    Saludos,

  6. Avatar de Rodrigo Bedoya
    Rodrigo Bedoya

    Hola Juan Jósé:

    Evidentemente, una cinta cubana no va a mencionar a Fidel Castro para criticarlo. Hasta donde sé, la isla no acepta muy bien las críticas que vayan en contra de Fidel (por algo hay partido único y no hay diarios de opisición), así que una película que lo haga probablemente no sólo no sea producida, sino que el director va a ver muy complicada la continuidad de su carrera.

    Efectivamente, son las acciones en «El cuerno…» aquellas que van marcando esa mirada que tú le das a la película, y que yo comparto. Pero esas acciones aparecen ilustradas y explicadas a partir de esquemas simbólicos, para que todo quede muy claro. Esto hace que la crítica aparezca como una evidencia, como algo que nace de la frase hecha. No es que el chiste me lo tome en serio: es el tipo de chiste que me puede divertir pero que sé que es medio monse. Cuando yo hablo de «La nana», no hablo de acciones solas: hablo de acciones expuestas a partir de un trabajo de puesta en escena que va gnernado todo un mundo, mundo que, de nuevo, no escapa del mero lugar común en «El cuerno…»

    Una respuesta para John: no es que no me interese la política ni lo social (hablando de lugares comunes: a los jóvenes no nos interesa la política. Ajá), y creo muy válido que una película toque todos los temas sociales y políticos que quiera. Excelentes películas (desde «A face in the crowd» de Elia Kazan hasta «Michael Clayton» de Tony Gilroy) hacen de la política su tema. Pero lo hacen a partir de un trabajo de puesta de escena, que es el único vehículo para comprender las motivaciones del director. Sino, todas las películas, por tratar un tema en particular o buscar pasar un mensaje, tendrían que ser buenas, y no es el caso. Me gusta pensar que la gente es inteligente, y que puede comprender las cosas sin necesidad de subrayados obvios ni de ir marcándoles el mensaje.

    Lo que mencionas sobre «cultura latinoamericana» (¿Hay una sola cultura?¿No es tan cultura Lisandro Alonso como García Márquez?¿O te refieres a que hay que seguir la senda que le gusta tanto a los europeos del «realismo mágico»?¿Esa es nuestra cultura?) es muy discutible y da para todo otro debate.

    Saludos

  7. Avatar de Juan José Beteta
    Juan José Beteta

    Hola Rodrigo

    1) No me parece sensato que utilices los mismos criterios (que tú llamas puesta en escena) con que juzgas a La Nana para juzgar El Cuerno de la Abundancia. Son dos películas distintas. Es obvio que la nana sea reticente, por sus condicionamientos laborales; pero no se puee pedir tal reticencia a los personajes de el Cuerno.

    2) Te molesta que en el Cuerno «todo esté dicho», se vocifere todo y que el espectador no se inmiscuya. ¿Todo está dicho? ¿Te has percatado que, para muchos (quizás millones), aparece Fidel Castro en la pantalla, que aparecen tensiones profundas al interior de dos grandes grupos sociales, que el Partido Comunista aparece allí nítidamente retratado.

    ¿Alguien menciona a estas personas o instituciones en la película? ¿alguien lo vocifera? ¿acaso hay algún debate político en estas historias? Y sin embargo, todo eso, NUNCA MENCIONADO, está allí presente todo el tiempo.

    Al igual que, como dices, en La Nana: «las acciones mismas van generando esa tensión a partir del trabajo de puesta en escena, que va haciendo entrar el lado más obscuro de Raquel en la cotidianidad, cosa con la que el thriller ha jugado siempre»; en El Cuerno «las acciones mismas van convirtiendo esas tensiones en humor, haciendo entrar en medio de todo el palabrerío la imagen de la situación de un país, cosa que con la que la parodia habitualmente juega».

    Por tanto, el público se inmiscuye mucho, muchísimo más allá dem lo que imaginas. Porque no se queda en lo enunciado (aunque lo disfruta), sino también en aquello que está mostrado por las imágenes y las acciones, aunque nunca está dicho explícitamente por nadie.

    Y esto se contruye también con procesos de significación que nunca se enuncian, en hasta al menos tres niveles que te señalé en mi post anterior y no repetiré. Esto también te niegas a mirarlo y lo confundes con los asuntos «temáticos», que en realidad son meros efectos de todo lo anteriorm (pero que también tienen su importancia).

    Por la envergadura de estos dos niveles, veo a La Nana muy limitada con respecto a El Cuerno. Y, aunque yo entiendo muy bien (y comparto) tu análisis sobre La Nana (aunque no me encandila tanto como a ti, porque son la viejas fórmulas del thriller y el drama bien manejados y bien light), lo que no entiendo es por qué tú te niegas a mirar los mismos procesos que ocurren en El Cuerno, aunque sean los de la comedia y la parodia.

    Es como si te contaran un chiste y te lo tomaras en serio. Obviamente la alusión irónica incluida en el chiste te la perderás.

    Finalmente, tienes razón al proponer una comparación de estas películas con las del pasado; pero no desde tu concepción estratosférica y limitada, sino desde un punto de vista integral, histórico y estético. Algunas de las recientes cintas cubanas hacen un juicio profundo, que va más allá del presente. Y aquí entraríamos a un análisis fascinante, aunque quizás algo sombrío. Pero ese es otro tema.

    Pienso, como dice John, que ya nos estamos repitiendo. Sobre lo del debate, no depende de mi. Lo consultaré.

    Saludos.

  8. Avatar de John Serrano
    John Serrano

    Rodrigo,
    Creo que le estás dando vueltas a lo mismo, pero con cada nueva réplica caes en mayores excesos.
    Asumo que por tu juventud no te interesan temas políticos y sociales que puedan encontrarse como subtextos o encubiertos por un tratamiento «convencional». Sin embargo, como crítico en ciernes, debes contemplar todas las motivaciones del director para enmarcarlos dentro de su propuesta y no limitarte a lo que aflora en la superficie o se hace más que evidente.
    Si lo que acusas fuera cien por ciento válido, entonces la cinematografía debería resumirse en docena y media de títulos, cada cual más complejo que el otro.
    Como se ha venido repitiendo, como ha quedado evidenciado en la premiación, Latinoamérica debe forjar su propia identidad y hacerla dejando las pretenciones culturosas que tanto nos gusta a muchos, porque no puede pretenderse generar cultura cinematográfica con un cine exigente que no conecta con el espectador promedio.
    No estoy diciendo que deba pensarse en películas ligeras y vacuas aptas para todos, por el contrario, debe promoverse un mayor acercamiento con la sociedad y culturizarla, permitirle que observe su realidad y la de los otros y a partir de estas experiencias transmitirle un mensaje que sea útil y replicable.
    En ese sentido, «El Cuerno de la Abundancia», aunque bastante convencional y extremadamente light para la mayoría, tiene el plus de cargar consigo un mensaje, una moraleja, a traves de situaciones que son fáciles de identificar como propias dentro de nuestra cultura e idiosincrasia latinoamericana.
    Ya que mencionas a «La Nana», nadie niega de su calidad, pero la historia es consabida y más afín a guión de novela televisada. El punto fuerte es la actuación de su protagonista y el trasfondo de su psicología, la idea de «humanizarla» a lo largo de la película aunque sea haciendo uso de argumentos por demás convencionales.
    Pero «la nana» no tiene el magnetismo ni la profundidad de Fausta; ni la película logra conectar o sensibilizar como La Teta Asustada.
    Saludos,

  9. Avatar de Rodrigo Bedoya
    Rodrigo Bedoya

    Hola Juan José

    Estoy de acuerdo con la idea de cosntrucción de sentidos. Toda película trata de construir sentido. Todo lo que tú mencionas (que son elementos temáticos) los puede ver alguien más o menos informado sobre la situación de Cuba. Y sí la película es una comedia crítica, una sátira contrarrevolucionaria o muestra la tolerancia (¿?) del régimen castrista es algo que la verdad no interesa. En todo caso, interesa como el director maneja todos esos códigos a partir de una puesta en escena y un apropuesta cinematográfica interesante.

    ¿Cual es la propuesta de «El cuerno…»? Ponernos a estereotipos distintos vociferando sus problemas y sus ideas, sin dejar que el espectador se inmiscuya de verdad. Los problemas de cada uno de los protagonistas quedan muy claros porque los dicen y los gritan. ¿Como me entero que les molesta no tener intimidad? Porque lo gritan. ¿Como me entero que la mujer con la que se va a la Habana lo desea? porque lo dice. No hay lugar para el erotismo ni para la frustración: todo tiene que ser dicho para el chiste fácil. Listo, mensaje recibido. Recibido a partir de una puesta en escena ilustrativa, de sainete, más cercano al teatro o a la televisión que al cine, donde la única forma de develar la que tú llamas «realidad» es a partir del dicho y no de la puesta en escena. En serio, no veo mucha creatividad cinemaotgráfica en eso.

    La nana es mucho mejor película. Vemos, es cierto, al personaje de Raquel trabajando, mientras vamos a entrando en una rutina. No vemos a Raquel diciendo: «Oh, tengo que trabajar todos los días con esta familia». La película se va metiendo en la cotidianidad de la protagonosta, una cotidianidad que nos hace, desde un primer momento, sentir cierta tensión. La vemos maltratar a las empleadas que la ayudan: la tensión aumenta. Nada está dicho: las acciones mismas van generando esa tensión a partir del trabajo de puesta en escena, que va haciendo entrar el lado más obscuro de Raquel en la cotidianidad, cosa con la que el thriller ha jugado siempre. Y, de pronto, llega esta nueva empleada, con la cual se crea una complicidad. Raquel no dice: «me cae bien la nueva nana»: los espectadores lo descubrimos gracias a la mirada del director que nos revela un mundo, un mundo atado al que vivimos; mucho más apegada, en mi opinión, al mundo simplificado que nos muestra «El cuerno…», por más revelaciones que digas pueda tener sobre Cuba. Para mí la diversión está en que las películas me muestren y me alumbren un poco más el mundo en el que vivo, y no que me lo digan en base a esquemas, de los cuales siempre voy a desconfiar.

    Finalizo con los géneros. Un género no es un formato: es un modo de organización de la ficción. Y dentro de esa organiación, hay millones de formas de enfocarlo: no es lo mismo un policila de Jules Dassin que uno de John Houston, o que uno de Michael Mann. Y se puede encontar, es cierto, mucha originalidad en «las viejas formas»: «Sin lugar para los débiles» de los Coe, «Petróleo sangriento» de P.T.Anderson, «El tren de las 3:10 a Yuma» de James Mangold, «Colateral» de Michael Mann o «Supercool» de Greg Mottola son películas que miran al pasado en el país más importante del mundo, pero encontrando cosas nuevas, ritmos y energías distintas. El género no necesariamente implica no ser original. «El cuerno…» no es original no porque sea comedia, sino porque utiliza elementos cinemaotgráficos muy primarios, con una puesta en escena considerada vieja hace 30 por lo menos, inlcuso dentro del cine cubano. Mira «Memorias del subdesarrollo» o «Lucía» para que veas la diferencia.

    Por último, Ricardo Bedoya (bah, mi viejo) propone transladar este debate en vivo y en directo el próximo jueves 27 de agosto, en el balance que se va a hacer del festival, en el británico de Miraflores.

    Saludos

  10. Avatar de Juan José Beteta
    Juan José Beteta

    Hola Rodrigo. No había terminado. Aquí siguen apreciaciones adicionales.

    Esta discusión sobre los formatos tradicionales y conservadores no es nueva.

    Mira que ya a medidados de 1800 un compositor llamado Johannes Brahms componía sus obras según formatos de casi dos siglos atrás. Y por supuesto que era considerado como un anacronismo vivo y atacado sin piedad por las nuevas corrietes lideradas por Liszt y Wagner, paladines de la «música del futuro».

    Pero incluso su archirrival Wagner, que era muy parco en elogios a terceros, hubo de reconocer que «es increíble cuánto se puede extraer de esas viejas formas cuando lo hace alguien que sabe manejarlas» (cito de memoria, pero esta es la idea).

    Naturalmente, Brahms y Wagner son pilares de la música occidental. Y hoy, fuera de gustos personales, a nadie se le ocurriría decir que Brahms es «menos» que Wagner, por usar los esquemas de barroco y el clasicismo; como se afirmaba en su época. ¿O si?

    Ambos usan estructuras diametralmente opuestas, pero NO EXCLUYENTES. Simplemente son distintas y obedecen a presupuestos estéticos diferentes. Pero las obras de ambos son, estéticamente, soberbias por igual.

    De igual forma, y salvando las distancias (que son muchas), el cine cubano sería como un Brahms del siglo XXI, pero no porque sus cineastas no hayan evolucionado, sino porque TODO UN PAÍS NO HA EVOLUCIONADO.

    Cuba está atascada, en algunos aspectos, en los años 50 y, en otros en los 60 y 70. Mientras buena parte del mundo ha cambiado, Cuba se ha quedado estancada. De allí que, de pronto, cosas que creíamos muertas y sepultadas (o que ni siquiera sabíamos que existían), son «redescubiertas» y se vuelven ORIGINALES y hasta populares. Ejemplo: Compay Segundo y similares.

    Algo parecido ocurre en el caso del cine. Las viejas formas se recrean una y otra vez, con mayor o menor éxito, hasta convertirse en una tradición única. Como decía Wagner, es increíble cuánto se puede extraer de estas viejas fórmulas cuando hay quien sabe hacerlo.

    Así, la originalidad de al menos algunas de la películas cubanas recientes surge del contraste entre la vieja tradición y las nuevas corrientes estéticas internacionales. Lo cual no deja de ser irónico.

    Naturalmente tú no verás ni la originalidad ni la ironía ya que estos son asuntos que ocurren en el planeta llamado Tierra y no son tomados muy en cuenta en tu enfoque restrictivo, alejado de los asuntos mundanos, y que te hacen perder buena parte de la diversión.

    Aún hay algunas ideas más sobre el cine cubano (no sólo sus luces, también faltan sus sombras), pero los dejo para mañana.

    Saludos.

  11. Avatar de Juan José Beteta
    Juan José Beteta

    Estimado Rodrigo

    Dices que El Cuerno de la Abundancia «muestra», pero que lo importante es «cómo lo muestra». Pero luego, al responderte ese «cómo» excluyes totalmente los hasta tres niveles de significación que se construyen en la película, a saber:

    1) carencias económicas que ACOMPAÑAN situaciones y personajes cómicos.

    2) carencias económicas que CONDICIONAN situaciones cómicas.

    3) Personajes y situaciones que funcionan TANTO a nivel de la comedia COMO de la situación política específica de un país.

    Es a partir de estos tres niveles que se insertan y desarrollan todas las situaciones y los numerosos personajes en esta película.

    Y toda esta articulación, ya de por sí compleja, deber ser muy sutil, para que no estorbe los elementos cómicos y estos puedan funcionar.

    Es cierto que, en apariencia, se trata de situaciones trilladas y personajes estreotipados.

    Pero estos esquemas tan tradicionales COBRAN VIDA gracias justamente a esta puesta en escena que combina POR IGUAL comedia con crítica sociopolítica.

    Y la rica estructura significativa de esta puesta en escena
    no es un mero «pasar un mensaje», como dices. Al contrario, crea una multiplicidad de sentidos, algunos complementarios y otros polémicos.

    Te menciono algunos:

    1) La película es una comedia graciosa pero llena de estereotipos (que es como tú y tus colegas conservadores la ven).

    2) La película es una comedia altamente eficaz y punto (como la ve un sector del público limeño que la premió). Aquí habrá una gran variedad de opiniones distintas.

    3) La película demuestra la tolerancia del régimen comunista, que permite críticas fuertes de sus intelectuales y cineastas.

    4) La película es una crítica a la situación económica y la pobreza en Cuba, desde el punto de vista de «dentro de la revolución» (punto de vsita ejemplificado en el protagonista de Páginas del Diario de Mauricio).

    5) La película es una crítica contrarrevolucionaria encubierta. Aquí podría haber varias graduaciones.

    6) Mi propio punto de vista: película que combina comedia con crítica sociopolítica, mediante la parodia.

    7) La película ilustra situaciones de pobreza que se dan en otros países latinoamericanos.

    Efectivamente, la película «muestra, muestra muestra», pero AL QUE QUIERE VER.

    Y la función de la crítica es justamente mostrar aquellos procesos de construcción de sentido que no son para nada «obvios», ya que por ejemplo a ti se te pasan totalmente.

    Estas cualidades de El Cuerno de la Abundancia la colocan, desde un punto de vista de la valoración crítica, por encima de Los Paranoicos.

    No porque sean «políticos», sino porque es CINE. Y paso a desmostrártelo, con tus propias palabras.

    Dices de la cinta argentina que busca: «pintarnos a un personaje y sus problemas de comunicación… a partir de (su) propuesta, va descubriendo temas que son universales, como la falta de comunicación, la búsqueda de uno mismo y de sentirse cómodo con eso, las relaciones entre personas de la misma generación».

    Bueno, todas estas cosas están también en Excursiones de Ezequiel Acuña, y en muchas, centenares de otras películas; incluyendo las de este festival.

    Cuando un crítico dice que los temas son «universales» (no te preocupes, a todos nos pasa), o «humanos», eso sólo significa que nos han emocionado o conmovido, como lo haría cualquier otra buena película.

    Con estas generalidades no demuestras mucho sobre el valor cinematográfico de esta cinta.

    En cambio, la cinta cubana tiene un entramado complejo, sutil, que produce infinidad de sentidos CONCRETOS Y ESPECÍFICOS y no sólo (aunque también) «universales».

    Por eso, te preguntaba por qué una simpática cinta sobre asuntos tan específicos como la «incomunicación» y el «sentirse bien» de una pareja de paranoicos, sería mejor que otra -incluso más eficaz como comedia- pero que reconstruye creativamente bajo la forma de una parodia los problemas sociopolíticos específicos que afectan la vida de millones de personas en un país en situación límite desde hace casi una década.

    Únicacmente porque el contexto sociopolítico que es absorbido y recreado mediante la parodia queda totalmente fuera de tu campo de mira.

    Aparentemente por razones estéticas, pero falta ver a qué condicionamientos culturales obedece esta estrechez de miras.

    Pasemos ahora a La Nana, esa película sospechosamente parecida a El Cuerno de la Abundancia. ¿¡Qué cosaaa!?

    ¿Acaso La Nana no es una película que muestra, muestra, muestra?

    Y ¿cómo lo muestra?

    ¿No es acaso con situaciones debidamente enfatizadas, con dichos de los personajes claramente subrayados, a veces hasta la declamación?

    ¿No se muestra a la nana trabajando, trabajando y trabajando? ¿Y luego, machaconamente, sufriendo, sufriendo y sufriendo?

    Y su puesta en escena, ¿no utiliza acaso el archiconocido crescendo dramático, con esas tres asistentas que le ponen a la protagonista?

    Dices que esta película juega con los géneros. No estoy tan seguro. Pero aceptémoslo. ¿No son los géneros, formatos trillados y usados una y otra vez?

    Dices que se plantean y luego se voltean códigos. Pero, ¿no ocurre lo mismo en la cinta cubana? ¿La parodia, acaso, no es una forma de «voltear» la ficción y mostrar una realidad específica? ¿convertir los estereotipos en imágenes de instituciones y personas de carne y hueso, con poder en la Cuba de hoy?

    Dices que el director de La Nana «corre riesgos». Claro, riesgos estéticos.

    Los cineastas cubanos, en cambio, podrían correr otro tipo de riesgos; ante eventuales cambios políticos en la isla, cambios en distintos sentidos. Asunto que posiblemente considerarás irrelevante.

    Finalmente, ambas películas son entretenidas, pero la cubana más. Ambas utilizan formatos tradicionales (la cubnana más) y son «ilustrativas» a más no poder.

    Y aquí acaban las semejanzas, que son muchas.

    Obviamente hay diferencias muy importantes.

    La Nana construye con estos elementos un relato de transformación y empoderamiento (empoderamiento más limitado que otros, más radicales, como en El Niño Pez). Y lo hace muy bien.

    Tiene hasta un cierto toque mágico (el hada madrina) que hace encantadora esta cinta. (Más en mi post sobre esta pela.)

    Y, fíjate qué coincidencia. Al igual que Los Paranoicos, esta cinta nos deja temas «universales»: la Nana tiene «poblemas de comunicación», tiene «búsqueda de sí misma y de sentirse bien con eso», busca gente «de su generación», tiene sus momentos de «tedio» y «opacidad».

    Cierto que tiene otros puntos adicionales y, por ello, es superior a la cinta argentina.

    La cubana, en cambio, construye su puesta en escena a partir de la parodia (y lo que ya he descrito más arriba), mediante la cual la ideología no cumple un rol encubridor de la realidad, sino develador de la misma. Creando un vasto y variado conjunto de sentidos, que también he señalado.

    Esta complejidad y amplitud de sentido (aparte de que es muy divertida) concretos y específicos, hace que esta cinta sea superior a las otras dos.

    Claro, si es que valoramos las películas siendo conscientes de que están instaladas en el mundo. No sólo el mundo creado por el realizador mediante la puesta en escena. Sino TAMBIÉN de cómo esta puesta en escena se alimenta con asuntos del mundo en el que la obra está inmersa.

    Este enfoque crítico permite no sólo entender la variedad, DIVERSIDAD y riqueza infinitas del cine, lo que tú te pierdes con tu versión restrictiva de la puesta en escena.

    Pero, además, permite que el crítico sea consciente de sus condicionamientos procedentes de la «mundaneidad». Sino eres consciente de esto, entonces tampoco entenderás por qué te pierdes mucho buen cine.

    Saludos.

  12. Avatar de Rodrigo Bedoya

    Hola Juan José:

    Todo lo que tú mencionas sobre «El cuerno de la abundancia» es cierto: la película muestra, muestra, muestra…pero no importa que muestra, sino cómo lo hace. He ahí la única manera de entrar a una película, puesto que su forma es la que configura el mundo que nos quiere hacer conocer. Un mundo que en «El cuerno…» aparece basado en personajes esquemáticos y en la ilustración de sus actos. No creo que una puesta en escena como la de la cinta cubana tenga nada de original: por el contrario, utiliza diversos estereotipos (el protagonista que duda sobre si ser fiel o no, la amante atrevida, el padre que marca la autoridad, la esposa engañada, el millonario altivo, etc, etc) para simplificar una realidad que es mucho más compleja (el excelente documental «El telón de azúcar» o la misma «Suite habana son claros ejemplos).

    «Los paranoicos» no habla sobre la realidad argentina ni sobre la paranoia simplemente porque no son los temas que toca (¿tendrían que serlo?). Lo que hace «Los paranoicos» es pintarnos a un peronaje y sus problemas de comunicación con los que lo rodean y con el mundo, y lo hace jugando con el ritmo, con los ambientes, planteando una opacidad en la vida del protagonista en la cual, de la nada, aparecen destellos de liberación. «El cuerno…» maneja un sólo ritmo durante todo su metraje debido a su propuesta más bien televisiva que prefiere ilustrar acciones y darnos a personajes prefigurados (que pueden graciosos) en vez jugar con las posibilidades del cine.

    ¿Por qué se premia a «Los paranoicos» y no a «El cuerno…»? Porque la primera es más película que la segunda, y porque, a partir de propuesta, va descubriendo temas que son universales, como la falta de comunicación, la búsqueda de uno mismo y de sentirse cómodo con eso, las relaciones entre personas de la misma generación. Los temas están ahí, pero sin necesidad de ser declamados a partir de esquemas efectivos pero vistos muchas veces ya como los que plantea «El cuerno…». ¿Por qué es mejor una comedia que, según tú, no «dice nada» a una comedia que grita su mensaje (todo lo que dices que la película muestra)a partir de estereotipos ilustrados? Porque una busca hacer cine y la otra usar al cine para pasar un mensaje. No sé tú, pero yo siempre me voy a quedar con la primera opción.

    No digo que los temas sociales deban ser dejados de lado. Todo importa de cual sea la forma de tratarlos. El neorrealismo italiano lo demostró. Y lo de «El niño pez» da para otro debate, pero creo que ya hay suficiente con esto.

    Saludos

  13. Avatar de maria eugenia
    maria eugenia

    El niño pez? parecia interesante, pero resulto una arroz con chaufa que se desinfló, innecesarias escenas de lesbianismo, que saturaron, las escenas en el lago bellas, bucolicas y surrealistas pero el trriller del final, totalmente absurdo con balacera y rescate de perro incluído, no me la creo de ninguna manera. La mejor escena cuando la empleada canta en guaraní. La película anterior de la directora es muy superior.

  14. Avatar de Juan Jose Beteta
    Juan Jose Beteta

    Estimado Rodrigo

    Debo aclararte varios puntos. Empiezo por el último.

    1)Sólo estoy hablando del Festival de Lima 2009, NO de los festivales en general ni del de Berlín ni de ningún otro.

    2)Mis comentarios no son sobre las películas (esos ya están saliendo publicados en post aparte), sino sobre los criterios de valoración de las mismas en este festival.

    3) Y lo que constato es que no se han premiado películas que tengan referentes sociales, políticos, culturales y hasta estéticos novedosos; lo que me lleva a caracterizar estos resultados como conservadores.

    4) Estoy de acuerdo contigo en que deben juzgArse las películas por sus valores cinematográficos, antes que por consideraciones políticas o sociales que puedan o no tener.

    Pero esa NO ES mi discusión, ya que considero que la gran mayoría de películas en carrera en este festival son buenas. No en vano han sido seleccionadas para participar. No en vano varias de ellas ya ha sido premiadas en otros festivales.

    En consecuencia no voy a discutir contigo sobre las cualidades de La Nana o de Los Paranoicos, con las que estoy de acuerdo.

    Mi punto es por qué películas TAN O MÁS BUENAS que estas no han sido premiadas.

    Te pongo un ejemplo para que quede claro:

    5) El Cuerno de la Abundancia muestra:
    – Al Partido Comunista Cubano como responsable del estancamiento y la parálisis económica del país.
    – Dos grandes sectores en la sociedad cubana: los pro Miami y los hijos de la revolución; pero no separados, sino unidos. Y unidos no contra el imperialismo o por Martí, sino por la dichosa herencia.
    – Se muestran las actividades informales como economía de sobrevivencia. Y el título del filme relaciona esto (lo micro) con un ejuiciamiento crítico de la situación del país(lo macro).
    – Se muestra la corrupción a pequeña escala ligada a empresas mixtas de cpaital foráneo y estatal.
    – Se muestran las tremendas carencias materiales, es decir, la pobreza que reina en el país.
    – Por extensión, también la pobreza en otros países latinoamericanos.

    Hacía tiempo que no veía un análisis político tan profundo como crítico de Cuba. Y perfectamente envuelto en un formato efectivamente conservador, lo que lo hace aún más ORIGINAL, casi único diría.

    Asumiento que Los Paranoicos y El Cuerno de la Abundancia sons comedias muy distintas pero también muy buenas y eficaces (la argentina no tanto), me pregunto:

    ¿Por qué tendría que ser mejor una cinta que no dice nada sobre la situación de Argentina y muy poco sobre la paranoia, que un filme que habla sobre los padecimientos de millones de cubanos y de otros tantos en América Latina?

    ¿Por qué pereferir historias cerradas sobre sí mismas, sin conexiones con el mundo circundante (en cualquiera de sus aspectos), que películas IGUALMENTE BUENAS que tocan temas, como tú dices, «graves»?

    Y la respuesta es sencilla: porque estos temas cuestionan el estatu quo a distintos niveles y no encajan en visiones conservadoras, como las que se han expresado en este festival.

    6) Mi interés, en los próximos días, será discutir las razones de este conservadurismo y señalar algunos asuntos que detecto también en tu comentario.

    Por ejemplo, cuando hablas de Los Paranoicos y La Nana tú partes del concepto de puesta en escena como el que revela al «mundo»; y entiendes ese mundo en los marcos de individuos o grupos pequeños.

    ¿Por qué una puesta en escena más tradicional y, como dices, «obvia», pero que se alimenta y referencia no sólo de la pareja o el grupo pequeño familiar, sino TAMBIÉN de un universo mayor, que podríamos llamar «mundaneidad», no podría ser mejor?

    7) Me parece desafortunado que digas que El Niño Pez es ridícula por «acumular temas importantes». Cuando justamente esto marca una diferencia y la eleva por encima del simple formato de género.

    Te molesta mi insistencia en los asuntos ideológicos de las películas, como si viviéramos en los años 70, en que las películas eran juzgadas por su ideología y abundaba el panfletarismo.

    Ya desde entonces detestaba las películas políticas o «comprometidas». Y ahora me encuentro en la incómoda situación de tener que defenderlas, ya que observo cómo se ignoran estos valores, estando correctamente articulados en las puestas en escena.

    Comprende entonces que quien debe estar molesto soy yo y no tú, ya que las películas que NO TOCAN TEMAS IMPORTANTES han arrasado en este festival.

    Volviendo a El Niño Pez, esta película sólo tiene tres temas ideológicos: el lesbianismo, el patricalismo y la esclavitud sexual de menores. Que se corresponden en la estructura dramática en sus partes partes o actos. El incesto es más bien un asunto dramático. Veo en esa película un buen manejo de los tiempos y la estructura de un thriller eficaz, con un buen manejo de conflictos y giros. No veo nada que sobre o que falte a esta notable cinta.

  15. Avatar de Rodrigo Bedoya

    Hola a todos

    Algunos apuntes en torno a este debate, quizá respondiendo un poco a ciertas ideas expuestas por Juan José:

    -La idea de que una película vale por el tema que trata y el debate sobre forma y fondo, hasta donde yo sabía, habían sido superados hace 30 años por lo menos. Lo que importa en una película es el tratamiento, y no existe tema más relevante que otro.

    A «La nana» es evidente que no le interesa tocar el tema de la sindizalización de la empleadas, o de la lucha de clases en una casa: le interesa contar la transformación de una mujer. Y lo hace con elegancia, jugando con los géneros y con un humor negro muy bien manejado. «La nana» es una película que toma riesgos, que se aventura a jugar con códigos para darles la vuelta. En cambio, «El niño pez», por querer acumular «TEMAS IMPORTANTES» (incesto, trata de mujeres, policía corrupta, etc, etc), termina siendo ridícula.

    ¿Por qué hay que pedirle a «La nana» que tenga un enfoque sociolaboral(¿?)? Y la película sí nos revela un mundo y la forma en que se maneja un grupo social, pero lo hace a partir de su puesta en escena, a fuerza descubrir personajes y situaciones ricos en tensiones y contradicciones, y no a partir del subrayado de temas graves.

    -Las películas nunca están libradas de sus condicionamientos políticos, sociales y culturales. Hasta «Transformers» lo está. Decir que se premia lo lúdico y no lo social y político, ¿que quiere decir? ¿Qué para que una película tenga valor tiene que tocar temas importantes? ¿Que la puetsa en escena es un mero adorno o, en el mejor de los casos, un vehículo para la trascendencia temática? ¿Por qué una película tendría que tocar necesariamente un tema social?

    El Luciano Gauna de «Los paranoicos» debe ser uno de los personajes más complejos que ha dado el cine argentino reciente. Y lo es porque vamos descubriendo sus complejidades, su tedio, sus intentos de liberarse de su mediocridad. Si Gauna llorara y declamara su insatisfacción y sus problemas (como los personajes de «El cuerno de la abundancia», que puede ser graciosa pero que tiene una puesta en escena ilustrativa y conservadora a más no poder), sería más «social», pero menos cinematográfico. Y ese Gauna me dice más sobre el mundo y sus complejidades (de comunicación, de sentirse bien con uno mismo) que los estereotipos que me quiere vender «Ultima parada 174» como verdades.

    Antes de pensar en política y elementos sociales, tanto realizadores como críticos deben pensar en cine, que bien hecho siempre va a tocar esos temas pero sin declamarlos ni hacerlos obvios.

    -No es verdad tampoco que los festivales no premien los temas (lo pongo como lo expresa Juan José) «Hard». El premio a «La teta…» en Berlín es una muestra. Y en ese mismo festival, se premió a «In this world» de Michael Winterbottom, «Bloody Sunday» de Peter Greengrass y «Tropa de Élite» de Jose Padilha, todas películas con cargas sociales fuertísimas. Y recordemos el premio en Cannes a «Fahrenheit 9/11» de Michael Moore. Y la lista continúa.

    Saludos

  16. Avatar de maria eugenia
    maria eugenia

    No soy una experta sino solo una simple y tenaz aficionada al cine y en lineas generales me parece que las peliculas de este festival no me han parecido completas ni de mayor nivel que otros festivales (he asistido a los tres ultimos)y que «La Teta Asustada» es superior a todas y no por ser peruana sino porque es redonda en todos los sentidos.

  17. Avatar de Gabriel Quispe

    Estimada Jenny, con gusto extenderé el comentario, estoy preparando un texto.

  18. Avatar de Rodrigo Portales
    Rodrigo Portales

    Hola, solo para sugerir que los asuntos que plantea Juan Jose en sus respuestas, dan pie para organizar por lo menos un debate, y mas aun para una reflexion necesaria de los criticos sobre su oficio. Enhorabuena:

    1) que los críticos no sean conscientes de sus condicionamientos generacionales y culturales,

    2) la tendencia a creer que la crítica y sus objetos (en este caso, las películas) flotan y planean a cielo abierto, lejos de sus determinaciones por parte del poder.

  19. Avatar de Jenny
    Jenny

    Estimado Gabriel:

    ¿Podrías extender el siguiente comentario:

    «Este resultado lo interpretamos como consecuencia de la caída, por anulación mutua, de películas de mayores pretensiones y logros expresivos (…)pero con las suficientes resistencias para no tener consenso en los jurados…»?

  20. Avatar de Juan José Beteta
    Juan José Beteta

    Estimado Óscar

    No me había percatado de que aún no terminan de publicar mis artículos de 18 de las películas en competencia, incluyendo La Nana. Quizás por eso pareciera mi opinión un poco sesgada a un sólo aspecto.

    Pero, aunque me refiero a las películas, mis comentarios están dirigidos a la valoración de las mismas. Y mi conclusión es que se han escogido sistemáticamente películas que omiten cualquier referencia a asuntos sociales, políticos y culturales.

    Y de las películas que lo hacen, pues se premian a los que limitan al máximo o hacen practicamente desaparecer tales referencias.

    Además,tampoco se han premiado propuestas demasiado controversiales en términos estéticos, salvo cuando lo son mínimamente y omiten referencias a la realidad social (vg. Los Paranoicos).

    Esto ocurre hasta cierto punto al margen de las personas integrantes de los Jurados. Si desde el comienzo se bloquean determinado tipo de películas, obviamente sólo queda escoger entre «el mal menor». Y allí es que se hacen negociaciones para tratar de salvar la cara y tratar en vano de contentar a todos; como ha ocurrido es este caso.

    Es como el ballotage en nuestros sistema electoral. Cada 5 años debemos escoger en segunda vuelta entre dos indeseables y los mejores quedan fuera desde el comienzo. Es pues también un problema del «sistema». Pero estos resultados marcan una pauta y eso es lo que me interesa resaltar.

    En cuanto a La Nana, obviamente no se la puede juzgar por lo que no es. Pero sí se puede decir, desde el punto de vista de los criterios con que han sido premidas las películas, que si hubiera abordado un ángulo social NO habría sido premiada. Lo que juzgo aquí no es a la película, sino al criterio de los críticos, que configura una tendencia conservadora.

    ¿Qué es lo que no se valora?

    Pues películas que plantean la exclusión social (La Teta), el creciente fenómeno de la «trata de personas» – eufemismo para la esclavitud sexual de menores y la esclavitud a secas (también aquí en Perú) – (El Niño Pez), la marginalidad social (Última Parada), la marginalidad por género (Rabioso Sol), la crítica política abierta e hilarante (El Cuerno de la Abundancia, premiada por el público), etc.

    Tampoco se premia la puesta en escena del mito y el rescate de tradiciones culturales vivas, ya sea desde un punto de vista social (Rabioso Sol), como individual y conectado con el tema de la exclusión (la Teta); en cambio, sí se premia la tradición cultural cuando está circunstrita a un espacio reducido, sin connotaciones universales o sociales más amplias (La Fiesta de la Niña Muerta).

    Películas que conectan patrones de comunicación gay con elementos básicos de la sintáctica audiovisual (el eje de la mirada) o que utilizan la fotografía con fines signiticativos (oposición sexo/amor, marginalidad, mito), no son considerados (sólo APRECI salvó la cara con una mención honrosa a Rabioso Sol); en cambio, se premia el acabado técnico de la fotografía, con menor uso significativo o restringido.

    Esto ocurre no porque los Jurados sean reaccionarios o estén influenciados por el Opus Dei, sino porque estos temas son HARD; mientras que nuestra crítica conservadora gira en torno a lo LIGHT y lo COOL.

    Así, se premian películas con personajes inocentes, con un pie en la infancia (como Jara, el gigante bueno, metalero, enamorado de una chica y d ela tele) o frikis que viven en su propio mundo (ligado a lo audiovisual o mediático, como Gauna), juveniles, lúdicos, pero también que valoran mucho su formación profesional.

    Asimismo, se valoran cintas con relativamente escasa (La Nana) o nula tensión emocional, y que siempre se resuelven con finales abiertos que sugieren happy end y que la vida continúa.

    Y cuando se tocan temas sociales, como la pobreza (Huacho), se recurre a una asepsia impecable, se eliminan las aristas más crudas y se omite toda refrencia política. Compara sino esta película con la brasileña Mutum, que tiene exactamente los mismos parámetros estéticos que Huacho, pero donde sí se ve muy claramente pobreza y sus manifestaciones.

    Lo que se prefiere aquí es lo SOFT, no lo HARD; lo superficial esencializado y no la intensidad emocional; lo lúdico y no lo social o político.

    Y estas formas de concebir la vida y el arte están claramente manifestadas por Excursiones. Tanto así que si sus personajes hubieran calificado las películas de este Festival posiblemente hubieran llegado a las mismas conclusiones que los que comentamos.

    Es por ello que me parece contradictorio e injusto que no se haya premiado a esta película. Pero al mismo tiempo lo encuentro comprensible, porque la cinta de Acuña evidencia las fuentes generacionales y culturales de estas decisiones.

    Al calificar de conservadores estos resultados no insulto a nadie, ya que se trata en general de buenas películas y es un derecho de quienes hemos participado en jurados el escoger un tipo de películas y descartar otras. Es legítimo y respetable.

    Lo que me preocupa aquí son dos asuntos: 1) que los críticos no sean conscientes de sus condicionamientos generacionales y culturales, y 2) la tendencia a creer que la crítica y sus objetos (en este caso, las películas) flotan y planean a cielo abierto, lejos de sus determinaciones por parte del poder.

    Es por ello que esa escena de Excursiones ilustra perfectamente esata última tendencia. La de críticos (y realizadores) engolosinados con un juguete (el cine) que pueden manipular ellos solos a control remoto (el avioncito =las películas); y hacer todo tipo de piruetas, como si estas (crítica y películas) pudieran estar liberadas de sus condicionamientos sociales, políticos y culturales. En suma desconectados de la experiencia histórica.

    Sobre el primer asunto, Excursiones describe maravillosamente a esta generación posmoderna, light y cool, la cual ha sido extensamente descrita por Gilles Lipovetsky en «La Era del Vacío». Mientras que para el segundo tema, mis inquietudes se alimentan de los comentarios de Edward Said en «El Mundo, el Texto y el Crítico»; que, aunque está referido a la crítica literaria, tiene ideas importantes para la cinematográfica.

    Espero haber aclarado un poco mi punto. Sólo te pediría que esperes hasta mañana la publicación de varias de mis notas y mi post de balance donde desarrollo estas y otras ideas. Saludos. JJB.

  21. Avatar de Oscar Contreras
    Oscar Contreras

    A ver, vamos por partes. Comentando el post de Juan José Beteta ¿Una película debe ser controversial para ganar un premio? Los temas políticos y sociales ¿Deben estar presentes, casi casi a flor de piel, en todas las películas? ¿LA NANA es una película carente de audacias estéticas y políticas? ¿LA BUENA VIDA, EL NIÑO PEZ, EL CUERNO DE LA ABUNDANCIA, RABIOSO SOL y CINCO DÍAS SIN NORA son mejores películas que LA NANA? ¿El voto del JURADO DE LA COMPETENCIA INTERNACIONAL y del JURADO DE LA CRÍTICA INTERNACIONAL ha sido antigeneracional?

    No teniendo porque ser abogado defensor de los jurados (ellos sabrán defenderse solos) y siendo absolutamente consecuente con mi comment, debo decir que discrepo con Juan José Beteta. Y que las respuestas a todas las preguntas planteadas se caen de maduras. Las películas no deben ser criticadas o valoradas en función de lo que pudieron ser sino de lo que son. Probablemente a Sebastián Silva (el director de LA NANA) el asunto de la reconciliación con la vida le resulte más decisiva en términos dramáticos que la sindicalización del personaje; o el tema de su exclusión social o sus opciones políticas o la contemplación de sus trámites ante la seguridad social.

    Se trata de una decisión autoral que no implica la negación de las posibilidades narrativas, dramáticas, expresivas y estéticas de LA NANA. Al contrario. Tampoco subyace en esta decisión ningún atisbo reaccionario, conservador o aristócrata. Mejor dicho. Para ser lo buena cinta que es, LA NANA no necesitaba ser una película de tesis o discursiva bajo el lema «todas las nanas contra el mundo» o «nanas del mundo sublevaos».

    EXCURSIONES es otra gran película que sin ser combativa, ni política, ni reaccionaria, ni de derechas, ni minoritaria, ni aristócrata, ni subversiva, ni popular, ni elitista, aborda también el tema de la reconciliación con la vida: no solo en el caso de los personajes centrales sino también de su mismo director, Ezequiel Acuña. Uno de los más importantes realizadores del Nuevo Cine Argentino; que por decisión personal se alejó unos años del oficio y ha regresado con este trabajo personalísimo, funcional, barrial, aireado, meláncolico y divertido. Sin duda EXCURSIONES fue un gran ausente en la premiación final pero no puedo atribuirle un espíritu de derechas a Ciment, o a Orlando Mora, o a Manuel Pérez (Cuba), o a Echevarría (México) o Cabrejo. No coincido con Beteta(léase no entiendo para nada) su interpretación del plano-secuencia de EXCURSIONES en donde los amigos y el coreógrafo nerd manejan un avión a escala con un control remoto. Creo que hay muchos fantasmas en esas líneas.

    Bueno lo dejo ahí.

    Saludos

    Oscar Contreras

  22. Avatar de Juan José Beteta
    Juan José Beteta

    Este festival ha premiado a las películas menos controversiales, tanto en lo político como en lo estético. Buenas películas, sin duda, pero no las mejores.

    La Nana, por ejemplo, pudo ser un filme que abordara su tema como un asunto sociolaboral; pero este aspecto prácticamente no aparece para nada. Y cuanto más oculto y refundido esté el tema social o político, más posibilidades de ganar un premio.

    Mejores películas que esta: La Teta, Excursiones, La Buena Vida, El Niño Pez, El Cuerno de la Abundancia, Rabioso Sol y hasta Cinco Días sin Nora. El problema de las cintas de Llosa, Puenzo, Tabío y Hernández es que tratan temas socialñes y políticos de actualidad en el mundo; mientras que llosa, Acuiña y hernández lo hacen además con propuestas estéticas personales a nivel del lenguaje audiovisual. Todos graves pecados.

    Excursiones, en particular, es importante no sólo por sus valores intrínsecios, sino como una descripción generacional. En tal sentido, sus personajes podrían ser muy bien miembros de los jurados que han otorgado sus veredictos en Lima. No sólo por pertenecer al ámbito del cine y las artes escénicas; sino también porque los criterios culturales que los definen y que ellos expresan explican perfectamente las decisiones del festival que comentamos.

    Poer eso me parece extraño que no se haya premiado a Excursiones, pero sí a Gigante, los Paranoicos o Huacho; no sólo porque es mejor que las citadas, sino también porque explica muchas de sus características, así como la de la ganadora a la mejor película.

    Hay un plano de excursiones que describe perfectamente a esta tendencia de la crítica. Es cuando los tres amigos están jugando con el avión a control remoto y se pasan el control entre ellos, mirando embobados al avioncito, lo más arriba posible de la tierra, allá en el cielo (con sus nanas, frikis y gaunas); mientras que aquí abajo se les pasan películas de explosivos contenidos y formatos políticos, sociales, estéticos y hasta sexuales.

    Muy injusto que no se haya premiado a Excursiones; pero, por otro lado, comprensible.

  23. Avatar de Oscar Contreras
    Oscar Contreras

    Buenas noches,

    LA NANA es una película estupenda. No porque los jurados hayan expresado con su decisión final una resistencia conservadora; o activado públicamente sus anticuerpos respecto de EXCURSIONES, GIGANTE o LA TETA ASUSTADA. O porque estas cintas se hayan anulado mutuamente (¿?). En realidad se trata de cintas notables (al igual que LOS PARANOICOS, MAL DÍA PARA PESCAR o HUACHO).

    Creo que el público lector debiera entender que los jurados han arribado -en este momento- a una unanimidad que discrepa con el gusto -minoritario- por el «otro cine», con una vanguardia que no sé si empieza a envejecer (aunque naturalmente esté condenada a ello) y que desde su incorrección formularia se hizo «políticamente correcta». Creo que esto es sintomático en un tiempo de crisis y de búsqueda constante de la sotenibilidad artística.

    Es importante también, decir que las votaciones en cada Festival en el mundo obedecen a subjetividades, a tiempos, contextos, intereses, gustos, influencias, autonomías, valoración justa…..De lo contrario -en un año- una o dos películas serían las acaparadoras de todos los premios. Y eso no ocurre en la realidad. Tampoco se trata de chuntarle al resultado final cual «ganagol» festivalero.

    Las principales virtudes de LA NANA residen en la sostenibilidad del relato; en el conjunto de actuaciones vibrantes, en los buenos diálogos, en la economía de sus recursos (cámara digital y en mano, colores lavados, sonido directo)y, fundamentalmente, en la humanidad de la historia.

    Componente importante (como en EXCURSIONES, LA TETA ASUSTADA y GIGANTE) que ha sido incorporado frontalmente en LA NANA. Sin ningún hiato, componenda o pirotecnia oculta.
    Presumo que los jurados valoraron este aspecto para arribar a sus unanimidades. Si fuera así, desde mi condición de amante al cine celebro plenamente estas unanimidades que -más allá de la coincidencia o divergencia individual- debieran movilizar a nuestra crítica de cine a entender los efectos de tal votación, sus circunstancias y su prospectiva.

    Saludos cordiales

    Oscar Contreras

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