Déjame entrar (2010)


Así como Entre hermanos, Déjame entrar (Let Me In), segundo largometraje de Matt Reeves, es un remake expeditivo, un producto elaborado por la maquinaria hollywoodense a partir de un molde fresco de procedencia nórdica, en este caso la notable película sueca de Tomas Alfredson que se estrenó en el Perú el 2010. Como ya se ha indicado, es el método que emplea la industria USA para sacarle provecho en su país a una propuesta que les atraiga de alguna manera.

Fuera de un grupo de festivales y un reducido circuito comercial, este tipo de cintas prácticamente pasan desapercibidas en Estados Unidos, vistas como remotas y extrañas por su idioma y cultura, por lo que se compran sus derechos y se emprende rápidamente la nueva versión, fórmula que puede interesar tanto a cineastas de trayectoria independiente y prestigiosa tipo Jim Sheridan, como a directores jóvenes que tienen antecedentes de éxito de taquilla, que en esta oportunidad es Reeves, el autor de Cloverfield.

Aunque comparar películas sistemáticamente no es lo mejor, en estos casos es inevitable, y coloca a una en desventaja. Lanzada apenas dos años después del original, diferencia que se reduce a doce meses en nuestra cartelera, la obra es fiel al espíritu de aquél, aunque no llega a alcanzar el nivel de erotismo adolescente y dolorosa poesía que fluía entre las jornadas vampíricas de la inquietante Eli (Lina Leandersson). En esta ocasión, la muchacha es Abby (Chloe Moretz, la pequeña actriz de Kick–Ass), de facciones más angelicales y menos andróginas que su colega sueca, quien interactúa con Owen (Kodi Smit–McPhee, el exigido hijo de Viggo Mortensen en El último camino), a su vez igualmente más candoroso que Oskar (Kåre Hedebrant).

Entonces el perfil de la pareja protagónica, lo que proyectan a la cámara y cómo se insertan en el clima de la puesta en escena, es un primer punto de deslinde respecto del trabajo de Alfredson. Pero Matt Reeves, que también escribe el guión, recién modifica significativamente los genes de la historia con la inclusión de un personaje que se supone encarna la incertidumbre del espectador, el detective que interpreta con frialdad Elias Koteas. Su presencia funciona en el relato como una incrustación del «orden», la pretensión racional que busca explicaciones y resta ambigüedad a las extrañas desapariciones que ocurren en un modesto suburbio de Nuevo México, a principios de los años 80, de población no muy numerosa y parajes desolados que facilitan los ataques nocturnos a los indefensos.

Otro aspecto clave que se resiente algo en esta entrega, a despecho de la correcta actuación de Richard Jenkins, es la relación entre Abby y su gris acompañante de avanzada edad, que en teoría resulta tan o más enigmática que el nexo de los púberes y parte esencial del misterio, pero aquí luce más subrayada y enfática.

Pese a estos reparos, la relectura de Reeves de la novela de John Ajvide Lindqvist, es muy decorosa y ofrece matices a la moda de filmes de vampiros y espectros que el cine norteamericano explota.

Let Me In

Dir.: Matt Reeves | 116 min. | EE.UU. – Reino Unido

Intérpretes: Kodi Smit–McPhee (Owen), Chloe Moretz (Abby), Richard Jenkins (padre de Abby), Elias Koteas (detective), Sasha Barrese (Virginia), Cara Buono (madre de Owen), Chris Browning (Jack), Dylan Minnette (Kenny), Dylan Kenin (Larry), Jimmy «Jax» Pinchak (Mark), Ritchie Coster (Zoric).

Estreno en España: 22 de octubre de 2010
Estreno en el Perú: 14 de abril de 2011

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2 respuestas

  1. […] Dylan Minnette como Zach, quien luego de verlo hace unos años atrás como el antagonista en Déjame Entrar del 2010, ha sido un gran cambio y funcionó. Odeya Rush como Hannah y Ryan Lee como Champ cumplen […]

  2. […] esa línea de claro antagonismo, la dirección artística de Guy Barnes –el mismo de otro remake, Let Me In– y la fotografía del veterano Frederick Elmes trabajan los ambientes característicos del hogar, […]

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