El tener entre nosotros una cinta como Krampus realmente es una sorpresa y una apuesta que nos toma casi desprevenidos porque, si bien, el tema de fondo es la Navidad y además, se vende como película de terror (no al nivel de “Silent Night, Deadly Night” por supuesto), la película va mucho más allá de la idea de un monstruo navideño que viene a destruir la paz de una familia común y corriente. El resultado son casi cien minutos bastante reflexivos.
Esta es una crítica a la realidad que vivimos desde hace décadas atrás, y que ahora se siente mucho más con los medios que nos rodean (internet y diversos programas de televisión). Los más afectados resultan siendo los niños, quienes pierden cada vez más su inocencia.
Esto es lo que quiso reflejar en «Krampus» el director Michael Dougherty, quien en el 2007 nos trajo «Truco o trato», coincidentemente ambientada en otra famosa celebración, el día de Halloween, con una idea bastante interesante pero con «Krampus» fue más que superada. Por otro lado, me alegra que un estudio grande como Universal haya aceptado el proyecto a raíz de una idea tan original y diferente a las películas que nos tienen acostumbrados en esta época del año, porque tiene todos los ingredientes de una cinta independiente que se acerca (y bastante) a la serie B. Un buen ejemplo a seguir.
La historia narra la vida de Max, un niño que cree ciegamente en el espíritu de la Navidad (con carta a Papa Noel incluida), a comparación de algunos miembros de su familia, pero eso no le hace cambiar de idea. Sin embargo, los problemas se harán notar cuando lleguen a su casa sus tíos con sus hijos y la calma se volverá en tormenta, ya que todos ellos creen (o nos hacen creer) que la Navidad es una perfecta “excusa” para reunirse aunque sea una vez al año.
Es irónico como han plasmado todos aquellos símbolos clásicos de «alegría» y «paz» que veíamos en las películas antiguas que trataban la Navidad, como el muñeco de nieve, los duendes, las galletas de jengibre (como el de «Shrek») y otras más, convertidos aquí en fieles sirvientes del demonio. Igualmente un pueblo cubierto de nieve sirve de escenario perfecto para esta puesta de horror satírica al mismo estilo “Gremlins”, ya que es lógico que han tomado dicho título como referente.
En cuanto a la parte actoral, el director parecía intentar que ningun actor sobresaliera más que el otro, ya que su idea es que todo este compactado en un solo sentir de la “anti–Navidad”. Ni siquiera el pequeño Emjay Anthony como Max quien, claramente, es el protagonista principal, no se le siente tanto así, hasta que llega el momento de demostrar que él es el “líder” del grupo.
«Krampus» es a fin de cuentas un cuento irónico y sarcástico que nos hace entender (a la mala) el real sentido de la Navidad en nuestros días, caricaturizándolo de una manera sólida e inteligente. Si buscan algo distinto para estas festividades, esta cinta es de las mejores opciones que pueden existir.
Esta entrada fue modificada por última vez en 14 de diciembre de 2015 14:17
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