La participación femenina en la Berlinale y Rotterdam 2019


Ofrecemos a continuación una rápida mirada a la programación de los recientes festivales de cine de Berlín y Rotterdam, para analizar la presencia de la mujer en el cine actual e historico, a través de algunas de las películas presentadas en esos importantes festivales internacionales:

Berlinale 2019

El ahora exdirector Dieter Kosslick, durante su último festival al mando, firmó un tratado de igualdad de género con el objetivo de incentivar la participación de películas realizadas por mujeres.

En su edición 69, la Berlinale contó con una participación histórica del 40% de películas dirigidas por mujeres en la competencia oficial, logrando así un récord para un festival de clase A. Es así que 7 de las 17 películas compitiendo por el Oso de Oro fueron dirigidas por mujeres.


La Berlinale condecoró con el Oso de plata a Charlotte Rampling por su carrera en el cine.

Esta es una cifra sin precedentes, considerando que el Festival de Cannes tuvo 3 directoras participando el año 2018, y el Festival de Venecia solo tuvo una realizadora nominada. No hubo ninguna candidata al Oscar 2019.

De esta forma, la Berlinale busca tener una participación más equitativa en cuanto al género de los realizadores. Cabe mencionar que los dos últimos Osos de Oro se han entregado a mujeres: a la rumana Adina Pintilie por «Touch Me Not» el 2018, y para la húngara Ildikó Enyedi por «On Body and Soul» (2017).

Finalmente, este año la Berlinale entregó premios honoríficos a la trayectoria de dos grandes iconos de la historia del cine, Agnès Varda, la abuela de la Nouvelle Vague y la actriz británica Charlotte Rampling.

Festival de Rotterdam

“Nona. Si me mojan, yo los quemo”, la nueva producción de la joven directora chilena Camila José Donoso, presenta una narrativa fragmentada que logró destacarse como uno de los filmes más arriesgados de la sección Tigers. Como muestra, un botón: La película comienza con un plano de una abuela explicando cómo armar una bomba molotov.

Camila enfatizó que trabajó su película sin guion y que comenzó a filmar sin presupuesto. Ella se permite desarrollar la idea durante el proceso de filmación: “Filmo algunas escenas, las edito y después filmo algunas más”.

Este retrato de Nona, la abuela de la directora, es presentado como una biografía que mezcla elementos de la fantasía y la realidad, sin buscar la verdad de los hechos. ¿Es la abuela una pirómana? El espectador es libre de juntar las piezas y sacar sus propias conclusiones.

“Nona” se filmó a lo largo de 5 años, con recursos mínimos, en 6 formatos distintos, compuesta de material fílmico y digital, iPhone, negativo expirado de Super 8 revelado en la casa de Camila, otorgando una textura sucia a la imagen final.

Como dato para la trivia local: «Nona» incluye canciones de cumbia peruana, el clásico “Demoler” de Los Saicos.

Por otro lado, «Take Me Somewhere Nice» se reveló como una de mis candidatas favoritas en la competición principal por los Tigers Awards, y en efecto, se llevó el premio especial del jurado.

Esta coproducción holandesa y bosnia dirigida por la relizadora Ena Sendijarević destacó por su puesta en escena fresca y divertida, con dosis adecuadas de sexo no explicito. Esta road movie de adolescentes bellamente filmada, narra la historia de Alma, quien viaja de retorno a su país en búsqueda de su identidad perdida. La travesía tiene como objetivo visitar a su padre recientemente fallecido.

Por su parte, la francesa Marina de Van transmite un sentimiento de intimidad cercano a un diario digital en «Ma nudité ne sert à rien» («Mi desnudez no sirve para nada»). Este autorretrato de carácter performático destruye las fronteras entre el documental y la ficción. La cineasta -en cuya filmografía destacan los guiones de «Sous le sable» y «8 femmes» para François Ozon-, muestra su soledad acercándose a los 50 años, su búsqueda constante de amor en las redes sociales. Solo su gato la acompaña fielmente.

La realizadora y protagonista expone su cuerpo desnudo frente a la cámara durante gran parte de la obra, sin sexualizarlo, todo lo contrario: nos hace comprender el sufrimiento y rechazo que siente hacia su propio físico.

«Ma nudité ne sert à rien», de Marina de Van.

En las secciones Deep Focus y Perspectives se presentaron muestras dedicadas a hacer una arqueología del cine, Aaexplorar el proceso de producción, la historia de una película o la obra de un director.

Uno de esos filmes fue «Ziva Postec. La monteuse derrière le film Shoah», de la canadiense Catherine Hébert, un retrato de la editora del documental clásico «Shoah», película monumental de 9 horas de duración, que se editó durante seis años.

Para aquel trabajo la montadora tuvo que seleccionar entre más de 350 horas de material filmado acerca del holocausto nazi, con entrevistas a los sobrevivientes y agresores. Postec revela el profundo impacto que significó la realización de la película en su vida personal. La editora israelí trabajó al lado de grandes del cine como Claude Lanzmann, Alain Resnais y Orson Welles.

Las directoras Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi construyeron una original obra cinematográfica a lo largo de 40 años, con películas basadas en el uso de material de archivo con el objetivo de denunciar la violencia imperialista y el colonialismo. Su más reciente trabajo, «I diari di Angela – Noi due cineasti» («Los diarios de Angela – Nosotras dos cineastas»), es un film nostálgico en el que Gianikian rinde homenaje su compañera Ricci Lucchi, recientemente fallecida.

Construida a partir de los diarios, ilustraciones y videos caseros de Angela, esta excavación fílmica muestra la vida personal de esta pareja de realizadoras. A través de la manipulación creativa de fotogramas, pintan, reencuadran y reeditan materiales históricos, acelerando o ralentizando las imágenes, añadiendo una dimensión poética a la narrativa.

«I diari di Angela – Noi due cineasti»

Por último, mencionaremos a Chantal Akerman, cineasta belga precursora del cine feminista y lésbico, quien reflexiona acerca del tedio y su incapacidad para relacionarse con los seres humanos. En «Là-bas» («Allá abajo», 2006) -programada en la sección Perspective-, Akerman nos presenta una película claustrofóbica e intimista filmada en gran parte dentro de un apartamento en Tel Aviv. Ella es la protagonista de este ensayo contemplativo, pero nunca aparece dentro del encuadre. Escuchamos su presencia a través de su voz que lee apuntes existenciales acerca de su infancia e identidad judía.


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