“Hedda” (2025): manipulación y egoísmo


Henrik Ibsen es uno de esos autores cuyas obras serán adaptadas al cine y la televisión por toda la eternidad. Hedda, de Nia DaCosta (Candyman, The Marvels), es una prueba más de aquello. Modernizando el texto clásico para inyectarle algo de comentario social adicional y más contemporáneo, Hedda es una historia de traiciones, manipulación y egoísmo, donde la protagonista del título va demostrando ser toda una fuerza de la naturaleza mientras la historia avanza. Protagonizada por una excelente Tessa Thompson (Creed), el filme debería apelar al espectador promedio, por más que ya varios puristas de Ibsen hayan salido a quejarse de lo que DaCosta ha hecho con esta nueva versión.

Llevándose a cabo en una versión alterna de la Europa del siglo XIX, la película comienza con Hedda Gabler (Thompson) siendo interrogada sobre eventos recientes. Es así que, a través de un gran flashback, el filme nos cuenta la historia de todo lo que pasó la noche anterior en la gran mansión que su esposo, el académico desempleado George Tesman (Tom Bateman), le compró. Resulta que Hedda organiza una fiesta en su hogar para presentarse a la sociedad como la pareja de George, invitando, además, al Profesor Greenwood (Finbar Lynch) a dicho evento, con el objetivo de conversar bien con él, y así conseguirle a su esposo el puesto de docente universitario que tanto ansía.

Las cosas se complican, sin embargo, primero con la llegada de Thea Clifton (Imogen Poots, una de las actrices británicas más infravaloradas de su generación), la nueva compañera de trabajo (quizás pareja) de una académica con la que Hedda comparte un pasado tortuoso, Eileen Lovborg (Nina Hoss). Nuestra protagonista hace de todo por acomodar a Thea en la fiesta, pero cuando Eileen también llega al lugar, las cosas se salen de control. Después de todo, resulta que esta última quiere el mismo puesto que George, y ha llegado con el manuscrito del libro que ha escrito junto a Thea para convencer a Greenwood de que la contraten. Por ende, Hedda se empecina en hacer de todo por sabotear a estas dos mujeres, no solo para que su esposo pueda conseguir trabajo, sino también para que no pierdan su mansión.

Siempre resulta fascinante y potencialmente arriesgado tener a una protagonista antipática y manipuladora, pero tanto DaCosta como Thompson hacen un excelente trabajo convirtiendo a la Hedda del título en una figura a la que vale la pena seguir. Haciendo uso de un acento británico impecable y un gran trabajo de expresión corporal, Thompson se transforma en Hedda, interpretándola como alguien cuya reputación —ligeramente cuestionable— la precede y que, a pesar de ser considerada ahora como una mujer de su casa y una esposa abnegada, sigue siendo tan manipuladora y despiadada como siempre. Resulta muy divertido ver cómo usa a todos como si fuesen sus títeres, todo para ayudar a su esposo y así no se queden en la quiebra.

Imogen Poots, por su parte, no se queda atrás, por más que tenga un papel más pequeño. Al inicio, parece que su Thea no es más que una académica inocentona que ha abandonado a su familia para perseguir sus sueños profesionales, pero mientras el filme avanza, Poots va develando nuevas capas en el personaje. Y por supuesto, Nina Hoss brilla como Eileen, desarrollándola como una persona en plena rehabilitación; como una exalcohólica que ha logrado manejar sus vicios, pero que a lo largo de esta noche, termina recayendo y degenerando, demostrando que quizás no ha cambiado tanto. Es una interpretación compleja, pero felizmente Hoss está a la altura de la tarea.

Lo que sí podría llegar a fastidiar a ciertos espectadores, sin embargo, es la manera en que DaCosta interpreta esta historia. Está la fiesta que Hedda organiza acá, por ejemplo, o la inclusión de cierta tensión sexual entre personajes femeninos. Y claro, es evidente que el incluir a diversos actores afroamericanos y afrobritánicos en una historia que fue escrita en Noruega en el siglo XIX es una decisión consciente, que no solo termina situando al filme en una suerte de realidad alterna, sino que también ayuda a que esta nueva versión desarrolle algo de comentario social que no estaba presente antes. Es decir: en ciertos momentos, los personajes resaltan las diferencias raciales y sociales entre ellos, dejando en claro que las ambiciones de ciertos personajes podrían ser destacadas o reprimidas dependiendo del color de su piel.

Ahora bien, no es algo que termine siendo tremendamente importante para el desarrollo de la narrativa; da la sensación, más bien, de que DaCosta tomó estas decisiones simplemente para ponerle un sello propio a esta adaptación, y por supuesto, para tocar algunos temas que podrían ser relevantes para una premisa de este estilo. Esto, claro está, es completamente válido, y de hecho, es lo que resulta interesante de ver nuevas adaptaciones de historias que han sido ya narradas en diferentes medios por cientos de años. Sin embargo, no sorprende que los puristas no estén de acuerdo con lo que se ha hecho acá.

Por otro lado, Hedda es una cinta que luce muy bien. Aprovechando al máximo la locación central de la mansión de Hedda y sus alrededores, y haciendo uso de un vestuario colorido, atractivo y en algunos casos atrevido, el filme nos dice mucho de los personajes y su situación a través de lo que visten y dónde se encuentran. Puede que esta no sea una interpretación realista o históricamente precisa de la Noruega de los 1800 (si es que es todavía ese el país donde la historia se lleva a cabo), pero al menos se puede decir que el film maneja una lógica interna y estilo visual consistentes, como para que uno nunca se sienta confundido o frustrado.

Esta es una película interesante; una interpretación nueva e intrigante de un texto que es considerado por muchos como una obra maestra del siglo XIX, y que acá cobra nueva vida gracias al trabajo de DaCosta y su equipo y reparto. Puede que Hedda la película no sea una obra maestra, pero gracias a los temas que toca, al apartado técnico superlativo, y por supuesto, al gran trabajo de su reparto (especialmente Thompson, Poots y Hoss), esta producción termina por fascinar. Y claro, si es que no están de acuerdo con los cambios aplicados en esta nueva versión, siempre pueden leer el texto original o ver cualquiera de las adaptaciones previas. ¡Hay espacio y tiempo para todos!

Nota: Vi este film gracias a un screener cortesía de Amazon MGM Studios.

Archivado en:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *