Cual compañía teatral, Yorgos Lanthimos creó su última película, Bugonia, con los mismos actores que colaboraron con él en las tres historias de Kinds of Kindness (2024). Las películas de su etapa hollywoodense vieron a Emma Stone como su figura predilecta, quien pasó de ser la actriz fetiche a una socia creativa en la producción de nuevos proyectos.
La película surcoreana Save the Green Planet! (2003) tiene más de 20 años de haber sido estrenada, pero presenta elementos que dialogan bien con el momento actual en el que la conspiranoia, la desaparición de las especies y la necesidad de soluciones (o de hallar responsables del dolor) se cruzan en una sociedad compleja y desigual. Por ello, es acertado que Lanthimos haya decidido hacer un remake de este filme de culto, con ciertas modificaciones de guion, pero intentando mantener la esencia y la estructura narrativa. Teddy (Jesse Plemons) cree que un grupo de aliens provenientes de Andrómeda son los causantes de una serie de desgracias en la Tierra, por lo que secuestra a Michelle Fuller (Emma Stone), la CEO falsamente inclusiva de una farmacéutica, quien Teddy cree que es una extraterrestre que le permitirá contactarse con los líderes alienígenas. Hay aspectos en los que la cinta surcoreana es más convincente, como lo puede ser en el manejo del humor en los diálogos, mientras que la versión hollywoodense gana en la producción visual de ciertas escenas. El sello que distingue en particular a cada una es el estilo actoral de sus respectivos elencos.
Sobre ello, conversamos en rueda de prensa con los protagonistas de Bugonia, Jesse Plemons y Emma Stone.

Mariale Bernedo: Teniendo este nivel de confianza existente entre ustedes, y este lenguaje común ya establecido, me encantaría saber: ¿cuál fue el mayor desafío en Bugonia y cómo lo manejaron? Para los actores, este filme puede ser un desafío físico pero también mental.
Jesse Plemons: Puede ser…
Emma Stone: Puede ser, pero ¿va a serlo? [risas]
Jesse Plemons: Es un círculo vicioso porque los retos son, en cierto modo, lo que uno busca como actor…
Emma Stone: Y como masoquista. [risas]
Jesse Plemons: Sí, y eso también. Pero quiero decir, creo que uno de los desafíos —lo siento, Will [se dirige a Will Tracy, guionista presente en la conferencia]— fue lo mucho que me enamoré inmediatamente del guion y del personaje. Fue algo inmediato, y dije: «¡Guau! No creo que vuelva a presentarse una oportunidad así». Conocer a este personaje en este momento de mi vida, con el mundo tal y como está… Era algo realmente emocionante. Así que tuve que superar todo eso, dejar de lado mis apegos personales y concentrarme en las escenas, olvidando todo lo demás. Pero sí, lo que fue un reto y a la vez una experiencia realmente emocionante fue que Teddy expresa todas sus emociones abiertamente y nunca tienes ninguna duda [ríe] sobre cómo se siente o piensa en cualquier situación. Es algo que realmente respeté, especialmente hoy en día, donde parece que muchos de nosotros, incluyéndome, intentamos aferrarnos a esta actitud de: “No, lo mantengo todo bajo control. Estoy muy bien. Gracias.”. Sí, fue muy emocionante y todo un reto. Y luego, el tercer acto de la película fue como una explosión de circunstancias…
Emma Stone: [ríe] En realidad, me pregunto si se debería decir esto o si los spoilers importan aquí.
Jesse Plemons: Esa es una buena pregunta…

Teddy, tal como lo describe Plemons, es un hombre que no tiene duda alguna sobre sus creencias y es tan transparente que llega a situaciones de honestidad y riesgo absurdas, como en la secuencia del trayecto en bicicleta hacia el hospital con un traje cubierto en sangre, sin temor a que ir luciendo así por las calles podría despertar miedo y sospechas. Él es el opuesto de Michelle, quien mide cada palabra para poder decir lo que resulte más satisfactorio para sí, sea al impostar ante sus empleados una apertura hacia sus derechos laborales, o para negociar con algún deudo sobre las consecuencias de los experimentos que llevó a cabo la farmacéutica (entre ellos, la madre de Teddy). En numerosas ocasiones, Emma Stone ha comentado que considera que Bugonia debe ser vista más de una vez para apreciar los matices del comentario social de la película, los ángulos desde los que parte y las metáforas que incluye, expuestas cinematográficamente esta vez por Lanthimos a partir de la cinta del coreano Jang Joon-Hwan. Emma, al responder a nuestra pregunta sobre el mayor desafío en este filme, volvió a incidir en ello:
Emma Stone: Para mí, creo que el mayor reto -no es algo que realmente había pensado antes-, y no es que no haya pensado en la gente que verá la película, pero uno no quiere pensar mucho en eso, al menos como actor, porque entonces, ya sabes, te ves más a ti mismo. Así que simplemente confío en Yorgos [Lanthimos], en su criterio. Con esta película fue interesante porque se sentía muy diferente, como si se tratara de una perspectiva externa, algo así como: ¿qué pensará la gente cuando la vea por segunda vez? Esa fue una experiencia nueva para mí. Y fue todo un reto pensar en cómo sería esa experiencia. Después de haber leído el guion, me decía: ¿qué pensaría al leerlo desde el principio por segunda vez? ¿Cómo se estaba planteando todo y cómo integrarlo con su jerga corporativa, sus destellos de humanidad y, ya sabes, lo que ella [Michelle] es…? Buscar ese equilibrio fue probablemente el mayor reto para mí.

En las dos películas, el protagonista secuestrador tiene una madre hospitalizada y en condición crítica por responsabilidad de programas experimentales llevados por la farmacéutica que dirige quien coprotagoniza el relato. Pero mientras que en Save the Green Planet!, Byeong-Gu (el equivalente a Teddy) tiene una novia a la que quiere y quien se alía con él para el secuestro, en Bugonia tenemos a un Teddy más cercano a un híbrido entre diferentes tipos de subculturas machistas de 4chan que se “protegen” induciéndose a la castración. La novia de Byeong-Gu, Su-Ni, es poco reflexiva en su intento de ser complaciente en todo lo posible con su pareja, mientras que quien acompaña a Teddy en el filme de Lanthimos es Don, un primo suyo con una condición neurodivergente sobre la que Teddy toma cierta ventaja para convencerlo de unirse a él en su empresa.
Las dificultades para empatizar con Teddy en su dimensión de víctima de una corporación que jugó con la salud pública son mayores al ser un personaje masculino con un perfil de creencias vinculadas a la misoginia que tortura de forma prolongada a una mujer que, en ese momento, está desprovista de poder, aún cuando es un hecho que su capital social, económico y erótico son mayores que los de Teddy a todo nivel. Un doble visionado de Bugonia, como sugiere Emma Stone, facilita desempaquetar elementos menos atendidos en la primera experiencia con la película, pero un visionado de Bugonia y de Save the Green Planet! permite abrir varias conversaciones sobre las dimensiones que cobran las elecciones narrativas tomadas en una película. El cine asiático sigue siendo una fuente de inspiración para el cine experimental de Hollywood.



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