Dir. Florian Henckel von Donnersmarck | 137 min. | Alemania
Intérpretes:
Martina Gedeck (Christa-Maria Sieland)
Ulrich Mühe (Hauptmann Gerd Wiesler)
Sebastian Koch (Georg Dreyman)
Ulrich Tukur (Oberstleutnant Anton Grubitz)
Thomas Thieme (Ministro Bruno Hempf)
Hans-Uwe Bauer (Paul Hauser)
Volkmar Kleinert (Albert Jerska)
Estreno en España: 16 de Febrero de 2007
Acumuladora, glotonamente y merecidamente, de todas las candidaturas y premios en su paseo por innumerables festivales, como el de Mejor Película Europea 2006 y el Oscar 2007 a la mejor Película de habla no inglesa. La vida de los otros cuenta la historia de una transformación, tan inesperada como esperanzadora, a través de la cultura del agente de la Stasi Gerd Wiesler, máquina de lealtad al partido, que cuando se compromete a supervisarmediante escuchas secretas la vida del dramaturgo Georg Dreyman y su novia, comienza a descubrir otros mundos más suaves, más placenteros: el amor, la literatura o la opinión libre.
En recuerdo a Ulrich Mühe
Llegó a través del Festival de cine de Sevilla 2006. Acumuladora, glotonamente y merecidamente, de todas las candidaturas y premios en su paseo por innumerables festivales, entre los que destacan el de Mejor Película Europea 2006 y el Oscar 2007 a la mejor Película de habla no inglesa. Me estoy refiriendo, claro está, a La vida de los otros (Leben der Anderen, Das), dirigida por Florian Henckel von Donnersmarck, que plasma, en un trabajo cinematográfico excelente, una mirada helada y desapasionada a la difícil situación política vivida en la RDA (Alemania Oriental).
Cinco años antes de la caída del muro de Berlín, la Stasi, (omnipresente servicio secreto de la parte comunista de Alemania) continuaba manteniendo un férreo control (un arma muy útil era pedir siempre el nombre del sujeto dudoso) sobre los súbditos de esta parte del muro, con el fin de seguir alimentando el poder (incuestionable como toda dictadura) del Partido único y forzar a la gente, bajo un rudo sistema de vigilancia, a esconder sus opiniones personales, y pensamientos que pretendan ir por libre.
A pesar de su férreo y disciplinado sometimiento a los engranajes del poder, con lo que no contaba Wiesler era con su inmersión personal en la vida y entorno cultural de los vigilados, objeto de su, en un principio, inquina. Su envolvimiento en la vida de esos otros le lleva, en consecuencia, a descubrir otro mundo más suave, más placentero: el amor, la literatura, la opinión libre. Ello le conduce inconscientemente a advertir las esquinas desconchadas y sucias de los poderosos dirigentes y a replantearse su propia existencia, su negación a ser un individuo independiente capaz de decidir por sí mismo. Difícil tarea, pues el agente es ya un espíritu herido.
Henckel-Donnersmarck recrea magníficamente un sentimiento de constante observancia y espionaje, hasta el punto que un escena de simples chistes acaba convirtiéndose en un momento de tensión y miedo. El miedo anidado durante cuarenta años en la vida de una gran parte de los alemanes.
Esta entrada fue modificada por última vez en 19 de enero de 2011 12:59
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Ver comentarios
La última frase del protagonista es sin lugar a dudas insuperable. Vayan a verla en el festival de Lima, para que se animen a programarla en nuestra paupérrima cartelera...
Un abrazo
Y hoy, el buen Ulrich Mühe faleció a los 54 años a causa de un cáncer al estómago.
El cine Aleman esta en una gran momento, y este film es prueba de ello, me alegro que ganara el oscar a mejor pelicula extranjera y desbancara a la favorita y (sobrevalorada en mi opinion) El Laberinto del Fauno... el final es simplemente hermoso, tienen que verlo... see you around.