El 22 de diciembre recibí el mejor regalo de Navidad. Un correo electrónico informándome que había sido seleccionado para participar en el Talent Campus de la Berlinale. En ese momento recordé que hacía varios meses había llenado la aplicación sin muchas esperanzas. El 6 de febrero, después de 15 horas y dos aviones, ya estaba en el aeropuerto Tegel de Berlín. Tal como me lo había prometido, ahí estaba Margarita Barba esperando por mí. Ella trabaja para la embajada de Perú en Berlín, quienes en todo momento me ofrecieron su ayuda en lo que pudiera necesitar. Ella se encargó de orientarme en la ciudad en general y de enseñarme como funciona el metro de Berlín. ¡Ya había olvidado lo increíble de viajar en metro! Funcionan tan bien, tan fácil, rápido. Recuerdo las palabras de una amiga mexicana que vive en Lima y que también estaba participando en el Talent Campus: “vivir en Lima me encanta, pero tiene el peor transporte público que he visto en el mundo”, debe ser cierto…
Lo primero que sentí al salir del aeropuerto fue frío, ¡frío intenso! Estábamos a ocho grados bajo cero. Margarita me comenta: “estás de suerte por que hace un par de semanas llegábamos a 26 grados bajo cero”. Camino al hotel recogimos a Gabriela Yepes, cineasta peruana también invitada al Talent de este año. Llegamos al hotel alrededor de las 9 p.m. Me sentía muy cansado, necesitaba un ducha con urgencia pero me vi obligado a solamente dejar las maletas y salir con Gabriela y un grupo de amigos a cenar y tomar unas cervezas. En ese momento recordé las palabras de mi buen amigo Fergan Chávez (Talent del 2007) días antes de mi viaje: “sólo te voy a dar un consejo: ¡no duermas!”.
Un bus nos recogía del hotel a las 8:30 y otro a las 9 a.m. con dirección al local principal del Talent en donde comenzábamos el día con un generoso desayuno. Lo que seguía a continuación eran las largas colas para recoger los tickets para las clases del día siguiente a las que habías escogido asistir. Clases para todos los gustos y especialidades (directores, directores de foto, guionistas, actores, artistas visuales, etc). Bares, frío, clases, cervezas, esperar el metro, nieve, fiestas, lluvia, son demasiadas variables que me hacen imposible recordar el orden cronológico de los eventos, sólo puedo decir que los diez días se sintieron como un mes por lo menos. Para esas fechas todo Berlín era el festival. Merchandising por todas partes. La mitad de la gente en la calle o en el metro tenía un polo, una bolsa del festival, o una programación de las películas. Hubieron clases maestras realmente inolvidables. Me gustaría describir con detalle muchas de ellas pero el cuaderno en el que hacía mis apuntes de “lo que no debo olvidar” de cada clase y de cada expositor sobresaliente, se me perdió una de las últimas noches en una fiesta.
Sin duda la clase más esperada del Talent Campus fue la del Sr. Wim Wenders. Un cineasta muy admirado por este servidor. Ésta se tituló “Dreaming Reality” y se trataba de analizar la forma en la que el cine, en toda su historia, ha tratado de representar los sueños. “I think I wouldn’t even want to make a movie, If I wouldn’t believe that it had the potencial to change the world”, “I use my dreams as a point of departure in a lot of my films, I always have a little notebook. sometimes I wake up in the morning and read something I wrote down at night and I can’t decipher it. And makes me feel there’s another movie I can’t make because I can’t read my own hand writing”, son algunas de las frases de Wenders que hicieron de esta clase una de las más memorables. Un momento muy especial para mí fue cuando Wenders nos muestra un segmento de su última película Palermo Shooting en el que vuelve a incluir (al igual que en Far Away, So Close) a Lou Reed como actor. Ojalá esta película llegue a nuestras salas este año.
La noche de la premiación del festival y la entrega de los Osos fue especialmente emocionante por obvias razones. Esa noche, yo había decidido ver Batman, The Dark Knight en 70 milimetros en el Imax theater de Potsdamer Platz (algo así como el Time Square de Berlín) que está ubicado como a 100 metros del Berlinale Palast, lugar de la ceremonia. Cuando me dirigía a mi cita con The Dark Knight, me dí con la sorpresa de que estaban pasando la ceremonia de premiación en una pantalla gigante muy cerca del Berlinale Palast. Así que decidí quedarme un rato con la esperanza de ver a la película peruana llevarse algún osito. Conforme pasaban los Osos de Plata, mis esperanzas se desvanecían, y el frío era devastador, así que tuve que entrar a un restaurante cercano para tomar algo caliente y terminar de ver la premiación desde la ventana. Se acabaron los Osos de Plata y yo me alistaba a seguir mi camino hacia El caballero de la noche. Pero de pronto veo que Claudia Llosa camina hacia el podio! ¡Increíble! La sensación en ese momento fue muy intensa, a pesar de que todo el tiempo estuve muy ajeno a La teta asustada y su paso por el festival. Inmediatamente me acerqué a la pantalla. ¡Aún no lo podía creer! Al terminar la ceremonia me acerqué a la puerta del Berlinale Palast para ver si encontraba a alguien de la embajada o a alguien del canal 2 que sabía que habían estado en Berlín. Después de un rato de espera me di cuenta de que había una especie de mini-set de televisión en forma de pecera instalado al lado del local principal en el que estaban a punto de entrevistar a Claudia. En ese momento aproveché para hacer algunas fotos. Cuando terminó esta entrevista tuve la oportunidad de felicitar a Claudia personalmente por tan importante triunfo. Ella se encontraba muy emocionada, parecía aun no creer lo que estaba pasando.
Luego de esto me dirigí a la conferencia de prensa que se estaba realizando en el hotel Hyatt (lugar donde se hospedaron casi todas las estrellas). A pesar de que mi credencial no era de prensa, pude infiltrarme hasta la primera fila y aproveché nuevamente para hacer fotos de Claudia y todo el equipo de La teta asustada. Casi al final de la conferencia me encontré con Gabriela y Cristhian Esquivel. Todos visiblemente emocionados, no podíamos creer que no hubiera ningún medio peruano cubriendo la premiación. Lo que vino luego fue una gran fiesta de celebración en la cual tomamos y bailamos hasta no recuerdo que hora, así que debe haber estado muy buena. Estar en Berlín en un momento como este fue una experiencia de vida inolvidable, ¡nunca pensé tener una oportunidad como esta! Conocí muy buenos amigos de países que ni siquiera sabía que existían y me enamoré de una ciudad fascinante cargada de historia, arte, y esa mística que emanan pocos lugares en el mundo.
Esta entrada fue modificada por última vez en 20 de enero de 2013 0:42
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