[Crítica] «Summer Camp», terror que no se toma en serio

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Mucho había escuchado acerca de Campamento del terror (Summer Camp), sobre todo, luego de su paso por el Festival de Sitges en el 2015 donde fue una de esas pequeñas atracciones que no la tomas en serio pero poseen algo que la hacen simpática, concepto que calza perfecto en las pretensiones de la cinta: “una película que pretende ser seria pero al mismo tiempo no lo es”.

La trama nos presenta a cuatro jóvenes norteamericanos que se ofrecen como voluntarios para llevar a cabo un campamento de verano en una antigua mansión ubicada en un bosque en España. Mientras preparan todo para su llegada, algunos de ellos empiezan a tener cambios en su personalidad debido a una extraña sustancia que convierte a las personas en terribles seres llenos de rabia pretendiendo acabar con todo aquel que se les cruce en el camino. Los que no han sido infectados, deberán combatir este mal o, en todo caso, sucumbir ante esta enfermedad.

Indudablemente, luego de esta pequeña sinopsis, lo primero que podemos deducir es que estamos ante una nueva película de zombis. Puede ser cierta como no, y es que esta particularidad se da porque los infectados por esta sustancia, no devoran a sus víctimas, sino que los matan de forma muy violenta, además que dicha enfermedad dura solo unos minutos para luego regresar a la normalidad, haciéndome recordar al personaje de Ash en El libro de los muertos 2 (Evil Dead 2). Eso sí, los infectados no recordarán nada de lo ocurrido mientras estuvieron bajo los efectos del virus.

Esta es solo una de tantas situaciones que encontramos en esta pseudo-película de zombis, donde, si bien el terror está latente, con sangre, acción y gritos por igual; no está bien confeccionada como otras obras de grueso calibre como 28 días después o Cabin Fever, cintas que han servido de clara inspiración al director y también escritor italiano Alberto Marini para la construcción de esta, su ópera prima.

Lo que causa mayor sorpresa, es ver los productores que posee, donde encontramos nombres como Jaume Balagueró o Julio Fernández quienes han estado detrás de la saga Rec, o Peter Safran en El conjuro, cintas que han sido de las más llamativas en los últimos años, pero por desgracia para los intereses de Campamento del terror, no le sirvieron para sacar más ideas y volverla una cinta interesante.

Los actores están muy bien, además se ve que se ha trabajado bien los perfiles de cada uno de ellos. El protagonista del filme es Will (Diego Boneta), quien es el primero en detectar que algo malo sucede en el lugar pero lo tildan de “loco” al ver lo que hace o piensa hacer. Está muy bien caracterizado, al igual que Christy y Michelle (Jocelin Donahue y Maiara Walsh). A la primera de ellas, si te metes en la historia de lleno, puedes incluso llegarla a “odiar”.

«Campamento del terror» está lejos de ser una gran película, y es que su intención no es esa, sino dar diversión de una manera distinta. Y ese es justamente su “talón de Aquiles”, aquellos que vayan en busca de otra cosa se sentirán con justa razón decepcionados. Personalmente, la catalogo de esta manera: Si deseas entrar al terreno del terror, pero no quieres iniciar con una cinta “fuerte”, entonces esta película es una que debes escoger, te aseguro que no te arrepentirás.

Esta entrada fue modificada por última vez en 23 de agosto de 2016 11:59

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