Ser una persona LGTB no es fácil en el Perú. Desde la legislación y el trato social hay muchos obstáculos para que una persona de la comunidad tenga un trato considerable. Hay una latente carga de discriminación que en muchos casos llega hasta la violencia simbólica y física. Estas ataduras y peligros son en todo momento el conflicto por los que pasa Elsa (Melissa Campos) en Pucallpa la europea (2025), segundo largometraje de Santi Zegarra, una película sobre una mujer trans que vuelve de pasar un tiempo en prisión en París para establecerse en Lima.
Para Elsa, la tragedia es un constante regreso sin importar el lugar en que se encuentre. Quiere alejarse del país y del idioma en que fracasó, pero este intento de escape es algo que la cinta resalta en su fallo. La violencia está a la vuelta de la esquina mientras busca realizarse a pesar del trauma del abuso en la capital, a través de operaciones y maquillaje, en este mundo depredador para las mujeres trans donde pareciera que la única salida es la prostitución.

Sin embargo, de lo que pareciera ser un solo retrato miserabilista, Zegarra explora en su protagonista a alguien que la mueve el deseo dentro de su tragedia. Es aquí donde la cinta también alberga una trama romántica con Aymeric, esposo francés de una amiga, en la que retorna este sentimiento que la brutalidad de la vida le quitó, irónicamente representando al país que quiso olvidar. Hay este choque en Elsa no solo por ser la amante, sino por regresar de alguna manera a ese país que la discrimina y que volvió en forma de un hombre seductor. Zegarra aleja esta personalidad inactiva en Elsa para poner el peso de protagonista que necesitaba.
En este triángulo amoroso, si bien de manera secundaria, se enfoca mucho el deseo reprimido por parte de Aymeric, quien representa una interesante mirada del extranjero que depreda la naturaleza, siendo él minero y Elsa una pucallpina que emigró de su tierra. La cinta explora la relación de ambos, en la que Aymeric cuestiona tanto su trabajo que lo ha mantenido alejado no solo del placer, sino de esta conexión física con el resto. Hay un diálogo en una escena en la película: “Eres muy hermosa en la sombra”, la cual denota la disyuntiva en el francés sobre este deseo en lo clandestino y que debe reprimir en la oscuridad mientras cuestiona su percepción de vida. Su viaje es, aunque un poco acelerado, interesante de ver en la película al comprender un mundo lejos de su visión europea comerciante.

La historia también aborda la violencia trans que rodea a Elsa, sobre la sangre derramada a causa del odio que está presente tanto para ella como para Naomi y Pamela, dos mujeres trans con trabajos contrarios y a quienes, sin embargo, el peligro acecha sin ninguna preferencia. El mensaje político de la película, si bien importante, es accidentado y añadido con menos cuidado que las demás subtramas. La escena, a pesar de tener importancia por el contexto, pareciera agregada a último minuto en una historia que regresa al ámbito político como dejado al final. No cae de manera panfletaria, pero sí es un elemento más propio de un thriller político, pero que el realizador no explora más.
Pucallpa la europea finalmente se sostiene en la fuerza de Elsa como un personaje que carga consigo todas las contradicciones de su país, de su identidad y de su deseo. Más allá de los descuidos narrativos, la película logra situar una mirada necesaria sobre la violencia y la resiliencia de las mujeres trans en el Perú, entrelazando lo íntimo con lo político. Es en ese gesto donde la propuesta de Santi Zegarra cobra mayor valor: darle rostro y voz a una experiencia que ha sido constantemente invisibilizada, recordando que la tragedia de Elsa no es solo individual, sino el reflejo de una sociedad que aún le niega la posibilidad de existir plenamente.
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