[Crítica] “Looking Through Water” (2025): nos vemos, Michael Douglas


Looking Through Water representa la última aparición cinematográfica del legendario Michael Douglas, antes del anuncio de su retiro. Y aunque no se trata, necesariamente, de una increíble demostración de sus considerables talentos, al menos podemos decir que se ha podido despedir de su público con una historia bienintencionada y sencilla, bien a la antigua, de las que ya no se ven con mucha frecuencia en la pantalla grande. Esta no es una película particularmente original o novedosa, pero dentro de lo que propone, logra entretener a través de una experiencia bien actuada y por momentos emotiva.

El filme maneja dos líneas narrativas. En la del presente, tenemos a un viejo William McKay (Douglas) pescando en un bote en un lago junto a su malcriado nieto, Kyle (Walker Scobell, de la serie de Percy Jackson para Disney+), quien al parecer ha sufrido una paliza en el colegio, y no quiere hablar sobre ella. Interesado en conectar con el chico, William le hace una propuesta: si él le cuenta detalles sobre lo que está pasando con su vida personal y escolar, él le irá contando la historia detrás de la cicatriz que tiene en la frente.

Es así que Looking Through Water nos presenta una segunda línea narrativa a través de flashbacks a los años 80, en los que vemos a un joven William (Michael Stahl-David, de Cloverfield) viajando a Placencia, Belice, para visitar a su padre, Leo (el gran David Morse). El primero es un hombre de negocios acaudalado de Wall Street, mientras que el segundo se dedica ahora a la pesca y tiene una vida más bien sencilla. Es a través de sus interacciones, especialmente cuando se meten a competir en un torneo de pesca con el fastidioso Cole (Cameron Douglas), que William termina aprendiendo bastante sobre su padre y sobre la vida. Y ciertamente también ayuda que se enamore de Julia (Ximena Romo), una chica de hermosa voz y temperamento fuerte.

En pocas palabras, esta es una historia de redención y perdón, donde una familia termina reconectando luego de años de resentimiento. En el pasado, William se ve obligado a reconectar con su padre e incluso con Cole, quien cuenta con sus propios secretos. Y en el presente, Kyle termina reconectando con su abuelo, de quien sabía poco, y quien lo ayuda a sobrellevar ciertos problemas personales relacionados tanto con sus amigos de colegio como con su madre y su padre. El paralelismo entre ambas líneas narrativas funciona, haciendo que ambas versiones de William se sientan como una sola persona en dos momentos muy distintos de su vida.

Ayuda, pues, que Looking Through Water cuente con un reparto que sabe lo que hace, y que logra construir a personajes creíbles aunque algo arquetípicos. El arco de personaje de William joven es previsible pero a la vez es presentado de forma eficiente, con el hombre pasando de ser un yuppie pomposo a un tipo un poco más relajado y conectado con sus propias emociones. Y aunque Leo termina siendo un misterio hasta el final, al menos comparte un par de momentos emotivos con su hijo, especialmente cuando le explica las razones por las que años atrás abandonó a su familia. Leo no es un mal tipo, sino más bien alguien que cometió muchos errores y está tratando de corregirlos.

Ahora, ¿por qué es que Leo justo decide llamar a su hijo después de tanto tiempo de estar alejados? Pues digamos que las motivaciones detrás de sus acciones son bastante previsibles, haciendo que la historia en términos generales se sienta como un cliché. No hay nada particularmente sorprendente en Looking Through Water, por lo que si han visto cualquier otra historia inspiradora de padres e hijos, probablemente serán capaces de adivinar lo que sucede acá. Eso no le resta emotividad a la trama, pero sí hace que ciertas escenas avancen de forma letárgica, lo cual además no es apoyado por el trabajo algo decepcionante de edición. Las intenciones detrás del film son buenas, pero la ejecución de la narrativa no es del todo pulcra.

No obstante, hay algo verdaderamente satisfactorio en ver una película de este tipo, que hoy en día normalmente es reservada para el canal Hallmark o para servicios de streaming donde normalmente se pierde en un océano de “contenido” (ugh). Sí, varios aspectos del guion debieron pasar por un par de borradores más (como el romance con la Julia de Ximena Romo, quien felizmente hace un buen trabajo con lo poco que le dan), pero tanto Stahl-David como Douglas y Morse convencen como personas dañadas pero de buen corazón, que necesitan de alguna manera reencontrarse y conectar los unos con los otros para convertirse en las mejores versiones de sí mismos. Todo el tema de la pesca no es más que una excusa para que estos padres e hijos y nietos entiendan que se necesitan mutuamente, por más que no siempre lo parezca.

Looking Through Water es un drama correcto, quizás algo anticuado en sus intenciones narrativas, pero ciertamente efectivo. Lo mejor que nos ofrece está en las interacciones entre Stahl-David y Morse, y entre Douglas y Scobell, presentando una historia de doble temporalidad donde los problemas generacionales son presentados como cíclicos, y como una suerte de bucle que eventualmente tiene que ser roto para encontrar la calma. Puede que muchos de los giros de la historia no sorprendan en lo absoluto y que el trabajo de edición no sea el mejor, pero dentro de su sencillez, la película igual termina convenciendo. Y por supuesto, da gusto ver a Michael Douglas culminando su carrera cinematográfica con un papel digno, dulce, y hasta melancólico. Mejor que haya terminado con esto que con Ant-man y The Wasp: Quantumania.

Nota: Vi este film gracias a un screener cortesía de Prodigy Public Relations.


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