“Keeper” (2025), de Osgood Perkins : criaturas de la noche


Keeper en la tercera película que el director Osgood “hijo de Anthony” Perkins ha sacado en poco más de un año. Esto en algunos casos podría resultar en proyectos cada vez menos interesantes o apresurados, pero ese felizmente no es el caso. Mientras que Longlegs se llevó a cabo como un descenso a la locura protagonizado por un excelente Nicolas Cage, y El mono mezcló humor negro con horror absurdo, Keeper es algo un poco distinto. Más obtuso y misterioso, y ciertamente más irregular, pero no por eso tedioso.

La premisa parece ser sencilla, y de hecho, típica del género. Al comenzar la película, vemos a Liz (Tatiana Maslany) yendo a la cabaña en medio del bosque de su enamorado, Malcolm (Rossif Sutherland), para pasar el fin de semana. Solo tienen de vecino al desesperante primo de este último, Darren (Birkett Turton), y aunque el doctor Malcolm tiene que estar atento al teléfono por si alguno de sus pacientes entra en problemas, parece estar dispuesto a pasar un rato tranquilo con su pareja. Hasta tienen una torta de chocolate supuestamente preparada por la cuidadora del lugar; una pena que a Liz no le guste el chocolate.

No obstante, no pasa mucho tiempo para que las cosas se tornen perturbadoras. Liz comienza a escuchar ruidos raros, ver cosas en los lugares oscuros de la casa, y más importante, tener visiones extrañas del pasado tanto al dormir como cuando está despierta. Esto empeora, además, una vez que le dan de comer un pedazo de la ya mencionada torta. ¿Será que le han puesto algo? ¿O está todo en su cabeza? Ciertamente no ayuda que Malcolm tenga que irse de la casa por unas horas, supuestamente, para ver a una paciente que está saliendo de un coma. ¿Le habrá dicho la verdad a Liz, o se habrá ido a ver a otra mujer? Maggie (Tess Degenstein), la mejor amiga de Liz con la que habla por teléfono, tiene sus teorías, pero ni ella puede ayudar a nuestra protagonista a salir de este curioso lugar.

Películas sobre personajes encerrados en una cabaña en medio del bosque hemos visto varias, pero pocas como Keeper. Lo mejor que el filme hace es darle vuelta a esta estereotípica premisa, dejando en claro desde un inicio que nuestros personajes no serán acechados ni por asesinos seriales ni fantasmas, sino más bien por una fuerza sobrenatural… distinta. La película se lleva a cabo como un misterio, por lo que no quiero incluir spoilers. Solo diré que la revelación gradual de lo que está pasando en la cabaña resulta satisfactoria, aunque por momentos innecesariamente enredada.

De hecho, es ahí donde creo que radica la mayor falencia de Keeper. Una vez que se devela el misterio, uno se da cuenta de que la trama no era para nada complicada. Sin embargo, buena parte del filme se siente confusa porque Perkins y su guionista, Nick Lepard, parecen estar obsesionados con incluir pistas falsas y hacer que el espectador no sepa lo que está pasando. Esto está muy bien, pero llega un momento en el que uno se desespera un poco, harto de que Perkins y compañía parezcan estar incluyendo imágenes aleatorias y sucesos sin explicación de forma bastante torpe. Una cosa es ser misterioso; otra cosa es ser incoherente.

Felizmente, la segunda mitad del film es lo suficientemente buena como para compensar algunas de las deficiencias de la primera. Me gustó, por ejemplo, que la película lidie con un manejo no lineal del tiempo, así como referencias breves a personajes de otras épocas y entornos. Y ciertamente disfruté del trabajo de la canadiense Tatiana Maslany (Orphan Black), acaso una de las mejores actrices de su generación, y alguien que logra transformar a un personaje bastante plano como Liz en un ser humano creíble y complejo. Rossif Sutherland, por su parte, interpreta a Malcolm como un tipo inicialmente tímido y bonachón que claramente esconde algo oscuro, y Birkett Turton destaca como el antipático de Darren.

Ahora, de las dos cintas anteriores de Perkins, considero que Keeper se parece más a Longlegs, al menos en tono. Lo que tenemos acá es una experiencia bastante perturbadora que, especialmente hacia el final, incluye imágenes que parecen haber sido sacadas directamente de una pesadilla. Perkins hace un buen trabajo usando las sombras y los fondos fuera de foco para esconder formas horripilantes, y aunque eventualmente se explica la naturaleza de las fuerzas que acechan a Liz, y hasta se muestran claramente, estas nunca dejan de erizarle la piel a uno. Keeper no necesita gore ni violencia extrema para causar una reacción visceral en el espectador.

¿Es esta una obra maestra o joya del terror? No realmente. Es demasiado confusa, más interesada por momentos en frustrar al espectador con situaciones aleatorias que en desarrollar una narrativa coherente. Pero una vez que el guion se pone las pilas y comienza a atar cabos, el filme se convierte en algo verdaderamente terrorífico, que aprovecha al máximo la atmósfera de las locaciones reales en el bosque y dentro de la cabaña. Maslany está excelente, como siempre, y Perkins dirige el irregular guion con aplomo, haciendo que hasta los momentos más pequeños le terminen helando a uno la piel. Keeper no es extraordinaria, pero con todo y sus deficiencias, demuestra, al igual que sus dos películas anteriores, que Perkins es un director al que dará gusto continuar siguiendo.

Nota: Vi este film gracias a un screener cortesía de NEON.

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