Entrevista a Joachim Trier, director de «Sentimental Value» (2025): “en mis historias, no hay antagonistas” 


Los personajes en películas como Reprise (2006), Oslo, August 31st (2011) y The Worst Person in the World (2021) de Joachim Trier no son netamente los individuos, sino los estadíos emocionales y las inquietudes existenciales que circulan en las calles de Noruega y en el día a día de las personas que Trier construye para hacer junto a ellos un recorrido introspectivo. Es un cine que nos pone frente a la fragilidad que nos habita, lo que trasciende la materialidad y la finitud del ser humano. Trier vuelve a trabajar con Renate Reinsve en un rol estelar en Sentimental Value (2025), película centrada en los lazos familiares de la actriz Nora Borg (Reinsve), en especial con su padre, el cineasta Gustav Borg (Stellan Skarsgård), quien intenta romper la distancia con su hija al pedirle participar en su próxima película interpretando un papel creado solo para ella. Nora rechaza el ofrecimiento de su padre por motivos que parten de un dolor no conversado por la ausencia de Gustav en su vida, pero también dialogan con angustias propias y la dificultad de mirar directamente hacia un texto que demanda de ella no solo interpretación, sino un reconocimiento de ella misma vista a través de los ojos de su padre, y detenerse en aspectos vulnerables de sí misma.

¿El dolor que experimentamos es puramente nuestro, o es heredado quizás por nuestros padres, nuestros entornos, nuestros pasados históricos e incluso por las habitaciones en las que hemos vivido? Trier hace que los personajes vean sus mundos internos atravesados por estas preguntas para que nosotros también podamos planteárnoslas. Las reminiscencias a Bergman son evidentes y han sido comentadas más de una vez, aunque el peso de las proposiciones del maestro sueco es más denso tanto visualmente como dramáticamente, con mayor cantidad de simbología. “Espero tener un poco más de humor a comparación”, nos comenta entre risas Joachim Trier en entrevista con Cinencuentro. Trier es menos oscuro, más esperanzador y con más apego por los elementos cotidianos. Pero ambos creen en el poder de los rostros de los actores en cada encuadre, en la contención y liberación silenciosa de los sentires, y en personajes complejos en sus motivaciones y decisiones.

Es su admiración por el cine de Yasujiro Ozu, interesado en los dramas humanos y el retrato de los vínculos familiares con sutilezas de la vida diaria, la que más marca a Trier, como él mismo nos lo cuenta. Aquí la entrevista completa con el director escandinavo:

(Foto de portada: el reparto de «Sentimental Value» junto con su director Joachim Trier (der.), en su estreno en el Festival de Cannes).

Mariale Bernedo: La película explora cómo personas emocionalmente distantes pueden reconectarse a través de la sensibilidad artística. Ese es un tema muy ‘bergmanesco’. ¿Bergman fue una referencia consciente en la elaboración de este lenguaje visual y emocional?

Joachim Trier: Veo tantas películas en mi vida… Soy un fanático del cine, y Bergman es muy importante, absolutamente, así que entiendo por qué lo preguntas, pero estoy igualmente inspirado por Yasujiro Ozu, por sus retratos familiares. Pero sí hay un uso de los primeros planos de Bergman. Su moderación escandinava es algo que me recuerda a un sentimiento hogareño de algún tipo. ¡Pero espero tener un poco más de humor a comparación, tal vez! [risas] Hizo comedias que también fueron muy buenas. Bergman es emocionante, pero no pienso en él como una referencia específica.

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Mariale Bernedo: Es interesante lo que comentaste, que Ozu es una de tus referencias. Lo entiendo. Sus retratos familiares son maravillosos.

Joachim Trier: ¡Son maravillosos! Y muy a menudo en sus retratos familiares está la indirectividad de cómo se representan las emociones. Por ejemplo, aprendimos de Ozu que, muy a menudo, en una mesa mientras cenan, cuando la gente está hablando, a menudo mira a la persona quieta y, a través de la interpretación de esa persona, su sentido de ligera exterioridad, de ligera alienación, muy a menudo tenemos emociones que conectan, porque todos conocemos ese sentimiento de querer estar en el medio de la calidez de la familia pero también sentirse ligeramente desconectado. Encuentro eso muy conmovedor. Y en la película Primavera tardía, que fue una de sus últimas películas, hay repeticiones de las rutinas diarias, de entrar por una puerta principal… Lentamente los hijos van dejando solo al padre anciano, y te das cuenta al final de que él está solo en la casa y sientes que es una metáfora de todo: el tiempo, la vida, la mortalidad. Ozu usa medios tan simples y sutiles para hacernos entender que en los pequeños movimientos cotidianos de las personas vemos las grandes preguntas de la vida. Y mi ideal para Sentimental Value fue, de alguna manera, tratar de no hacer un chamber drama, donde todos están sentados en la casa hablando, sino hacer una película más grande, pero con pequeños movimientos de una familia, si algo de esto que digo tiene sentido.

Mariale Bernedo: Tiene sentido, totalmente. Estás especialmente interesado en la  experiencia humana. ¿Qué parte de esa experiencia humana tienes más curiosidad por examinar a través de tu lente en el futuro? ¿Tienes algo ya en mente, algunas ideas?

Joachim Trier: No lo sé, sigo volviendo a las etapas existenciales continuas de transformación que nos atraen, las preguntas del tiempo y la memoria, muchas veces, y qué tan rápido se mueve todo. Qué extrañamos y qué vemos, cómo nos conectamos y cómo estamos desconectados. Cómo el sentido de partida o mortalidad está siempre en juego en todas las etapas de la vida, casi como si estuviéramos entrenando como seres humanos para aceptar la muerte. Pero también necesitamos al Eros… Sueno como un freudiano… [risas]

Mariale Bernedo: ¡Sí! [risas]

Joachim Trier: Eros y Tánatos, lo erótico y la muerte. Pero creo que esas dos energías son muy interesantes en la dramaturgia. Y también noto que, en las historias que hago, no termino haciendo películas sobre antagonistas. Trato de entender a todos y trato de hacer un drama humano interno, y ver cómo encontrar formas cinematográficas de mostrar el cuestionamiento que todos tenemos sobre el significado de nuestras vidas.

Mariale Bernedo: ¿Cómo fue tu trabajo con Stellan Skarsgård, ya que fue actor y también productor en Sentimental Value?

Joachim Trier: Sí, él quería apoyar tanto a la película, que lo hicimos productor. Ha sido un gran aliado y amigo. No lo conocía antes de la película. Yo era un gran fan suyo y lo invitamos a ser parte de ella. [El personaje] lo escribimos para él. Eskil Vogt y yo estábamos en la sala de escritura, y cuanto más complicado se volvía Gustav Borg en el papel, más necesitaba la brillantez de Stellan para hacerlo humano. Así que estoy muy contento de que haya aceptado. Ha sido una gran colaboración. Lo quiero mucho, es una gran persona.

Mariale Bernedo: Parece ser un hermoso ser humano.

Joachim Trier: Él es realmente un mensch. Un buen hombre.

***

Un mensch es, en su sentido figurativo, un hombre íntegro, una persona ética, empática, confiable y sensible. Trier cierra la entrevista con este cumplido a Skarsgård, quien para el rodaje de Valor sentimental estuvo muy atento a que todo el equipo tuviese una experiencia de trabajo adecuada, con pausas para descansar, asegurando la alimentación para cada día de grabación. La profundidad de la mirada del Gustav Borg que él entrega en la película se vuelve un vehículo para la profundidad interior del personaje. El aplomo de su voz que llega a balancearse entre la dureza y la timidez ante la proximidad, la que hace que su personaje, como mencionó Trier, sea humano en vez de villano.

Sentimental Value se ha estrenado esta semana en cines de Lima.

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