Flores de fuego (1997)


Hana-biHana-bi
Dir. Takeshi Kitano | 103 min. | Japón

Intérpretes:
Takeshi Kitano (Yoshitaka Nishi), Kayoko Kishimoto (Miyuki), Ren Osugi (Horibe), Hakuryu (Yakuza) , Tetsu Watanabe (Tesuka), Susumu Terajima (Nakamura), Taro Istumi (Kudo), Kenichi Yajima (Doctor)

Nishi es un policía amargado: su hija falleció hace tres años, su esposa tiene una enfermedad terminal y su compañero está postrado en silla de ruedas tras recibir un disparo en una redada. Deprimido, decide retirarse de la policía para dedicarse a endulzar los últimos días de la vida de su esposa viajando por el país, pero los yakuzas le siguen los pasos.

Hana-bi

Como una grafía japonesa, Flores de fuego está dibujada con pocos trazos, de manera austera, pero no por ello menos significativa, en realidad, el formalismo y minimalismo con los que está construida son parte de su encanto. Casi toda regida por cortes – los pocos fundidos utilizados llegan a tener una connotación especial – avanza y retrocede en el tiempo, para alternadamente mostrarnos el mosaico que termina dibujando.

En la historia, el detective Nishi abandona todo lo que alguna vez significase algo, para brindar una ultima alegría a sus seres más próximos. El film es entonces un réquiem o un canto de cisne, que se explaya sobre dos posibilidades de la muerte: la destrucción y la recreación. De hecho el nombre de la película en japonés es: Flor-fuego (Hana-bi), elementos uno de reproducción y belleza y el otro de destrucción y muerte.

Nishi, interpretado por el mismo director Takeshi “Beat” Kitano, de gestos lacónicos, condensa esos dos elementos, es capaz de la violencia más brutal y también de actos muy generosos. Él representa el conflicto de la película que se vuelve en una introspección del hombre.

Hana-biLa creación es abordada, además, a través de Horibe, el amigo quien tras ser postrado en la silla de ruedas se dedica a la pintura. El momento de la inspiración es mostrado a través de fundidos – de ahí su especial significado – y cada cuadro, a su vez, comenta o amplifica las acciones de los personajes. Y no solo los cuadros que pinta el personaje – que en la vida real fueron realizados por el propio director – sino todos los que aparecen en cada escena, en cada espacio, porque referencian un estado de ánimo o una condición particular del momento de la trama.

La violencia, por otra parte, estalla como un disparo: inmediata, efectiva y mortal, no siempre en pantalla, más bien contenida, sugerida, mostrando sin mostrar, o mostrándola de lleno. El foley – sonidos sobrepuestos al film – tiene una importante y precisa participación. Son los yakuzas y las circunstancias que envuelven al personaje principal, las que potencian esta violencia y la hacen patente en el film, que luego se contrasta con las escena de tranquilidad y silencio de la convivencia marital y su viaje por locaciones postales de Japón.

Contada en un ritmo lento pero nunca cansino, con una propuesta poética y contemplativa y una excelente banda sonora, Flores de fuego es una inolvidable película sobre las fuerzas interiores del hombre: el amor, la violencia, la creación y la muerte.

Antolín Prieto

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3 respuestas

  1. Avatar de óscar pita-grandi

    Takeshi Kitano posee el mutismo escénico que le recuerda a uno al mejor Clint Eastwood como bandolero, o sino en sus filmes modernos. Parece, que Kitano como Eastwood, no actuara las veces que se le ve en pantalla; parece, más bien, que siempre es el mismo, osea, Takeshi Kitano con otro nombre y en otra historia.
    Saludos.

  2. Avatar de Manuel Eyzaguirre
    Manuel Eyzaguirre

    Me alegra que hayan hablado de este filme que es uno de mis favoritos. Ojalá sigan las críticas de Boiling Point, una de mis favoritas, Dolls, Brother, El verano de kikujiro y Zatoichi.

  3. Avatar de johnymepeino

    Te aseguro que con esta preparación física de este «trailer» no me extraña que luego en el plató desplieguen todas sus artes.

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