Dir. John Huston | 101 min. | EE.UU.
Intérpretes:
Humphrey Bogart (Sam Spade), Mary Astor (Brigid O’Shaughnessy), Gladys George (Iva Archer), Peter Lorre (Joel Cairo), Barton MacLane (Detective Dundy), Lee Patrick (Effie Perine), Sydney Greenstreet (Kasper Gutman), Ward Bond (Detective Tom Polhaus), Jerome Cowan (Miles Archer)
Film significativo de comienzos de los 40’s, esta singular intriga surgida de las páginas de Dashiel Hammett fue la que habría de dar forma definitiva a un género tan ambiguo como fascinante: el llamado policial negro o film noir. En su ópera prima el gran John Huston se define a sí mismo como un explorador de las posibilidades de la ficción clásica y lo hace con una película inquietante de principio a fin. El eterno investigador Sam Spade se aventura en un extraño y oscuro caso alrededor del preciado objeto que da titulo al film, objeto por el cual muchos están dispuestos a vender hasta sus almas. Humphrey Bogart (lanzado al estrellato aquí) interpreta a Spade, experto en el conocimiento de la naturaleza humana pero no por ello invulnerable a la tentación. Síntoma tan humano del que nos habla Huston con una lucidez y talento de tenso narrador para sentar las bases de las historias del género, que se hunden por los más intrincados rincones del deseo y la ambición creadas por nuestras mentes y espíritus.
De esta novela ya se había realizado una versión diez años antes, que no tuvo mayor notoriedad en los albores del cine sonoro. Es el debutante Huston quien finalmente se dispuso a realizar una película que le otorgara al cine criminal una densidad propia del cine de misterio. Mucha influencia debe haber tenido de la visión de aquellas siniestras historias provenientes del cine alemán con Murnau y Lang a la cabeza. Siendo así no nos pone en frente un claro enfrentamiento entre los criminales y las fuerzas del orden o aquellas historias que transcurren alrededor de los gángsters. Nos mantiene en la absoluta incertidumbre y en este desamparo la única luz será la que vamos siguiendo a cada paso del protagonista convirtiéndonos prácticamente en clientes suyos. El cine negro como tal nos describe este itinerario como un mundo de constantes incertidumbres en el cual terminaremos con la impresión de que las certezas y la seguridad son conceptos tan quebradizos como un mondadientes.
Huston nos presenta el universo de la ambición como una quimera absoluta acrecentada por el hombre a niveles insospechados conforme han avanzado los siglos. Como cita la leyenda inicial sobre la historia del halcón maltes y su largo viaje, que promete la gloria pero que maldice con la evasión de esta como rebelde pez entre las manos. Así termina siendo el propio Spade quien lucha con cuerpo y sobretodo con la mente por zafarse de estos pescadores de ilusiones pero no sin ser ligeramente contagiado por este ambiente cargado. Este apenas seria el principio del camino para que otros héroes de diversa envergadura (como el no menos magistral Philip Marlowe) se lancen por el atrayente imaginario hacia el lado oscuro de la sociedad moderna plagada de culpas y pecados como los de las leyendas de antaño pobladas de hordas de saqueadores de todo tipo (incluyendo los que actuaban bajo la sombra de la cruz) y que ahora son reemplazados por las costumbres y la velocidad de la civilización de trajes y tecnología de punta. Para Huston significó el rotundo inicio hacia la exploración del costado más débil y peligroso del ser humano. Aspecto de sus congéneres que habría de ser su obsesión hasta el final de su extraordinaria carrera.
Jorge Esponda
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Esta película es fabulosa, la he visto como 3 veces y pìenso verla otravez más, Bogart es inigualable