Presentación de “Réquiem”, de Juan José Beteta


Nuestro colaborador Juan José Beteta, no es sólo es un antiguo cinéfilo, sino que desde hace 20 años escribe -en su hora 25- poesía; ya lleva publicados tres libros, el último de los cuales, «Réquiem», se presentó el pasado lunes 15 de enero en en Centro Cultural de España. Aquí las fotos, texto escrito de los presentadores y breves pasajes en video de ese evento.

Presentación de Réquiem Presentación de Réquiem Presentación de Réquiem

Presentación de Réquiem Presentación de Réquiem

Presentación de Agustín Haya de la Torre Castro [Word]

Presentación de Víctor Ruiz Velasco [Word]

Réquiem, de Juan José Beteta

Por Víctor Ruiz Velazco

La capacidad para interrelacionar referentes personales y culturales, de los más diversos, en torno a un discurso coherente y totalizador que ayude al poeta a entender su realidad, su posición de “pararrayos de Dios”, como diría Octavio Paz; o de curador con palabras, cual Chamán, más de lo segundo que de lo primero, si apelamos al título del poemario, es, en primer término, el afán de Juan José Beteta en éste su nuevo libro titulado “Réquiem”, poemario en el que los dos únicos réquiem propiamente entendidos como cantos elevados para que nuestros muertos encuentren la paz, el ansiado descanso que en vida no tuvieron, son dedicados consistentemente, en primer lugar, al sujeto enunciador de La Fiesta de Las Wuawuas, que podría ser el autor o la voz poética de éste, como quiera llamársele, elevando un “Canto a sí mismo”. De ser cierta esta afirmación, estaríamos hoy celebrando no sólo la presentación de este libro, sino que, además, si Juan José se animara a leer el poema mencionado, por una cuestión de actualización preformántica, estaríamos celebrando también la muerte del autor, pero no nos asustemos aún, hablamos de una muerte simbólica, aunque en el peor de los casos toda muerte además de rotunda está también íntimamente ligada a la vida indefectiblemente, esto es sabido y repetido hasta el hartazgo, toda muerte está relacionada a un nuevo empezar. Y es éste, sin lugar a dudas, un nuevo empezar en la propuesta poética de Juan José Beteta.

“Réquiem” es por esta y otras razones un libro complicado, oscuro en algunos pasajes, sobre todo en los que los referentes personales adquieren mayor relevancia en el discurso, aunque el despliegue del lenguaje hace posible una lectura sin mayores sobresaltos, siempre correcta y sonoramente atractiva, esto puede verse llevado a su máxima expresión en el poema final “Palabras De Hombre Tímido Fácilmente Amedentrado Por La Autoridad”, donde el poeta utiliza versos a la manera de leit motiv´s para conforman el soporte sobre el cual se reformulará el poema en el momento mismo de su escritura, así, a la manera de la serpiente cósmica que se come la cola, para regenerarse, este poema apela a las frases justas y a versos notables que son presentados como verdaderas revelaciones dentro de un discurso aparentemente caótico debido al contexto en el cual surge, el cual es el contexto del día a día y su vorágine que asfixia y satura, donde encontrar una salida parece imposible el poeta devela los misterios y rompe el círculo perpetuo del tedio. Este poema deja constancia de un poeta maduro, conocedor de su ritmo y circunstancias, y hacia esto último (un camino a la inversa) es hacia donde ha girado el compromiso inicial puesto de manifiesto por Juan José Beteta en sus dos primeros libros (Abraxas y El Canto fue Ave), hacia un conocimiento del yo desde donde redescubrir lo plural.

Pero réquiem también nos trae a colación la idea del recuerdo, de esto está compuesta la primera parte del libro que es la más descarnada debido a la temática de la violencia, la misma que no recuerdo haber leído desarrollada de esta manera en otro texto poético sino sólo en el terreno de la narrativa, donde justamente es llamada narrativa de la violencia y que se desarrolló tanto en los años 90. Estos poemas quedarán como un recordatorio de aquello que no debe volver a repetirse, pues esas heridas no cerrarán nunca, nos dolerán cada vez que veamos nuestras cicatrices.

El segundo réquiem, al cual hice mención en la primera parte de este breve texto y con lo cual concluiré mi participación es uno de mis poemas favoritos de este libro, y está dedicado a Herbert von Karajan, un importante director de orquesta austriaco, quien, según Wikipedia, es el que más grabaciones ha hecho en el mundo, Herbert von Karajan, o Herbie dirigió la orquesta filarmónica de Berlín por 35 años y es un director que despertó “sentimientos encontrados” en Juan José, como él mismo señala en el prólogo de este libro. Sentimientos encontrados como los que seguramente despertará este Réquiem de Juan José Beteta y que es lo menos que podríamos esperar de un libro de estas características e importancia. Sólo una pista a manera de cita para quienes, como yo, en el momento de leer este libro sientan la necesidad de “entenderlo” en su real dimensión:

El lector más experto… no se preocupa de entender; no, por lo menos, al principio. Sé que parte de la poesía de que soy más devoto es una poesía que no entendí en la primera lectura; otra parte, es poesía que todavía no estoy seguro de entender; por ejemplo, Shakespeare.

T. S. Eliot

Fotos: José Carlos Ramos y María Cecilia Piazza
Video: María Cecilia Piazza

Temas:


2 respuestas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *