Tráiler de «En la ciudad de Sylvia», de José Luis Guerín

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Recién estrenada en España tras su paso por Venecia, En la ciudad de Sylvia de José Luis Guerín, es una cinta de contemplaciones, así la venden la publicidad, las reseñas, los comentarios que se pueden leer y ahora el tráiler. Aquí, un chico pasea por un ciudad mirando una chica, nada más. No lo podemos culpar, es la guapa Pilar López de Ayala. Esta cinta habrá que mirarla con calma y predisposición, cuando llegue el momento. Este es el avance:

(Vía Moonfleet)

Esta entrada fue modificada por última vez en 27 de julio de 2008 2:29

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  • ¿Melies o Lumiere?
    Se ha escrito mucho acerca de esta gran dicotomía en el cine. ¿Ficción o documental? La respuesta la dio Godard al filmar sus ficciones como documentales, es decir, no importa. Al final, el cine deber tratar de contar la Verdad, y la única manera es hacerlo mediante el artificio (ya sea en plano documental o ficcional). Guerín, luego del éxito de En construcción, filma En la ciudad de Silvia. Una película con una historia muy básica. Un chico busca el recuerdo de una chica, y cuando la cree encontrar, la persigue. Un ¿poeta?, ¿escritor?, ¿pintor?, ¿vagabundo? en busca de inspiración. La alusión al Quijote y Dante no es gratuita. Ese es el pretexto. Una película no necesita más. A Guerín lo que realmente le interesa es filmar la ciudad, sus calles, sus sonidos, su tranvía. El uso de la ficción para filmar un documental. Los amantes de situaciones, nudos, desenlaces y giros en las historias se sentirán defraudados. Con esta película hay que sentarse en la butaca del cine, sentir la oscuridad de la sala y dejarse llevar.
    Pero En la ciudad de Silvia no deja de ser una película fallida. Atrapa al público con los recorridos por callejuelas, metiendo al espectador en un laberinto (como si estuviesemos en un cuento de Borges), pero flojea y mucho en la profundidad del personaje principal, (el chico resulta insulso y deviene en una caricatura), así como con la resolución final.
    La búsqueda emociona y encuentra (a mi modesto entender) la belleza; pero el (¿des?)encuentro desilusiona. Lo que empieza como un juego de detectives, termina como travesura infantil. Pero no me malinterpreten, sólo el planteamiento de filmar esta historia merece pagar la localidad, ya que el cielo del cine está formado por películas fallidas.

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