La cinta de Leconte era una historia de amistades y contrastes, en la que un solitario adinerado reconocía el peso de la soledad, y ofrecía una alta suma a un taxista para que le enseñara cómo desarrollar y estrechar lazos. Estando ya embarcado en el proyecto, es bastante probable que Anderson termine encargado también de la dirección, pero aun si sólo se dedicara al libreto, seguramente reforzará el potencial cómico de la anécdota con su gusto por la extravagancia y el absurdo.
(Vía La Butaca)
Esta entrada fue modificada por última vez en 11 de septiembre de 2008 0:49
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