La juventud y la adolescencia son temas recurrentes en el cine y en esta edición del BAFICI no han dejado de estar, con una variedad de tratamientos y abordajes, dejando en claro que se trata de una fuente inagotable para develar la madera de la que estamos hechos los seres humanos.
La sección Adolescencias por ejemplo, considera esta etapa de la vida como el momento en que comienza la libertad, o la conciencia de no tenerla: los jóvenes de los nueve filmes que conforman esta selección, dice el catálogo del festival, se asoman a un mundo que no terminan de conocer y en el que se mueven con torpeza pero también con decisión. De estas nueve, pudimos ver 17 filles que reseñamos a continuación.
Dir. Delphine Coulin y Muriel Coulin | 90 min. | Francia | 2011
El primer plano de la película nos muestra lisos vientres de jovencitas de un colegio de la zona costera de Lorient, en Francia, esperando nerviosas el chequeo médico de rutina. Una de ellas, luego de ser revisada por la enfermera confiesa que podría estar embarazada. Hecha la prueba rápida, se constata que efectivamente lo está.
A partir de ahí, nos adentramos en la vida de esta jovencita cuya madre trabaja muy duro y casi no la ve ni atiende. Empujada por la soledad, se refugia en las amigas que rápidamente, hacen causa común y deciden embarazarse todas juntas para acompañarse y vivir juntas la experiencia de la maternidad y protestar, o por lo menos, llamar la atención de los adultos. Empiezan entonces las confesiones en casa de las chicas frente a los padres quienes tienen reacciones distintas. Los vientres lisos empiezan a abultarse y obligan a los adultos a tomar medidas que, como es de esperar, resultan tan absurdas como la interpretación que le dan al fenómeno de las 17 chicas embarazadas a la que alude el título de la película.
Con un tratamiento bastante convencional pero eficiente, 17 filles tiene la virtud de abordar el tema de la adolescencia desde la ausencia de afecto que los adultos establecen con sus hijos a causa de las dinámicas sociales modernas; ausencias que las chicas están dispuestas a desterrar con sus futuros hijos, en un claro manifiesto por resolver la crisis afectiva que corroe a nuestras sociedades actuales.
Delphine y Muriel Coulin, las directoras francesas tienen una larga experiencia en la televisión y el cine. Delphine trabajó durante una década para la cadena de televisión Arte, antes de dedicarse al cine y la literatura. Por su parte, Mourin, trabajó como asistente de cámara para Krzystof Kieslowski antes de codirigir junto a su hermana los cortos “Il fait imaginer Sisyphe heureux” (1997), “Souffle” (2000), “Germain” (2002), “Sens dessus dessous: Roue libre” (2003) y “Seydou” (2009).
Pero el tema adolescente y juvenil en el 14° BAFICI no termina ahí. Repartidos en las diferentes secciones, se encuentra otro puñado interesante de películas que tienen como centro las vivencias, intereses, dilemas y sueños de los adolescentes y jóvenes. A continuación reseñamos algunas de aquellas que hemos visto con interés y no menos gusto:
Dir. Raúl Perrone | 65 min. | Argentina | 2011
Una piba (Fiorella) frente al espejo quebrado de su habitación nos recuerda un vals peruano con reminiscencias de tango. Tras su sentido testimonio, aquel rostro joven y andrógino no hace sospechar que hubiera vivido tanto, en medio de la rutina que insistente se repite en esa larga caminata hacia el trabajo, en la misma escalera que se baja a los quintos infiernos que es su casa, su refugio y su nido de amor, en el ruido de las máquinas de la fábrica que le declaran la guerra a los diálogos y reafirman el machismo de sus compañeros que la chequean, la desean y abusan de ella, en el estribillo de Los Aterciopelados que la piba canta y silba incansable, en las mismas discusiones que tiene con la otra piba (Yuli) que le importa tanto y con quien quiere claridad en la relación, aunque al final no queden en nada, porque en el fondo es más lo que se quiere siempre.
Las Pibas es la última película de Raúl Perrone, cineasta argentino de culto, grabada en video y con bajo presupuesto (siguiendo los mandamientos de su decálogo, una especie de “Dogma Perrone”) y con la que este año ha vuelto al BAFICI, en la sección Panorama – Trayectorias.
Sobre la película, Perrone declaró sobre sus personajes en esta obra: “No me interesaba su condición sexual ni el hecho de que fueran lesbianas, sino los prejuicios de la sociedad que quedan reflejados en la fábrica donde Fiorella trabaja con muchos hombres. Quería registrar los prejuicios de los hombres y las miradas despectivas que tienen hacia ellas”
Si bien podríamos considerarla una obra menor, ésta película es una reafirmación de lo que Perrone piensa del cine independiente y que a la larga, él practica: “En definitiva, creo que uno tiene que hacer lo que tiene ganas y la independencia es eso, hacer lo que uno tiene ganas, lo que uno quiere y puede sin limitaciones. El resto es marketing”.
Dir. Diego Prado | 95 min. | Argentina | 2012
Un adolescente con una familia muy religiosa. Un ídolo punk que se pasó de vueltas y se fue para el ¿cielo? Un disfraz de empanada que oculta el sentimiento de papa frita. La inseguridad permanente al que dirán, a las voces de los otros hablando ¿de él? La constante búsqueda, el parecerse a alguien y en el camino encontrarse a uno mismo. Todos los tópicos de la adolescencia en constante aprendizaje y apropiación del mundo.
Tal vez, lo más llamativo de esta película sea su tratamiento, tosco y sutil a la vez, una cámara que se demora en hacer foco y se queda todo el tiempo en nuestro personaje, difuminando los fondos, separándolos de él, cual representación de las vivencias del joven, que empieza a sentir algo que todo el mundo, inclusive su madre, siente: la devoción, la atracción, aunque no siempre el depositario de tanto sentimiento sea el esperado y el aceptado socialmente.
Una película de sensaciones del argentino Diego Prado (1987), filme que sin embargo no termina de cuajar y se queda en el regodeo de las formas y en la complacencia de los vacíos.
Dir. Maja Milos | 100 min. | Serbia | 2012
Una perturbadora Isidora Simijonovic da vida a Jasna, una adolescente serbia que va por el mundo cual encabritada yegua al lado de su corte de doncellas quienes, como versa Sabina “no le hacen ascos ni al último trago ni al próximo bar”, con tal de no perderse la diversión, ligar con los chicos que les gustan y tener una aventura más que la distinga de sus amigas.
Sin embargo, la muerte ronda en casa de Jasna, donde su padre gravemente enfermo es motivo de sus silencios, ausencias, excusas y rápidas huidas, ella prefiere no ser testigo del sufrimiento de su padre y de la familia toda. Y no encuentra mejor refugio que la contemplación y conquista del rostro y el cuerpo de Dojle, el apuesto joven de la secundaria con quien es capaz de todo, aunque eso signifique soportar desplantes, rechazos, humillaciones o experimentar, con miedo y gusto, los intrincados caminos del placer sexual. Todo esto además, registrado en su celular, donde Jasna colecciona lo mejor y lo peor de sus vivencias cotidianas e íntimas en desafiantes escenas de sexo que se muestran al espectador sin tapujos.
Clip es la ópera prima de la joven realizadora de Maja Milos (1983), nacida en Belgrado, y graduada como directora de cine en la Universidad de las Artes de esa misma ciudad. Filmada con crudeza y sin concesiones estéticas ni morales, en este su primer largometraje, Milos combina con destreza diferentes géneros y recursos juveniles para narrar esta historia que se mantiene firme e interesante hasta el final, en el que vislumbramos la naturaleza perversa del amor y el vacío moral de los jóvenes serbios.
Esta entrada fue modificada por última vez en 26 de abril de 2012 1:16
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