5 cosas de ir al cine que te malogran el día

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Ir al cine para un cinéfilo es, por falta de un mejor término, “una experiencia religiosa”. Es fácil reconocernos en las salas -no necesariamente estamos en grupo, tal vez vamos acompañados, pero es usual ir solo al cine porque nadie más del entorno quiere ver las mismas películas que uno.

Generalmente no consumimos nada de la confitería, porque la experiencia cinéfila es la película, no la canchita. Y si recibes una llamada o chequeas tu celular en medio de la película, somos los primeros en shhushearte o pedirte que dejes el celular. Esto, por supuesto, no faltó en la más reciente edición de Cannes.

No hay experiencia más sublime que ver cine en pantalla grande, pero la tecnología en casa ha mejorado harto, haciendo que ir al cine sea una “tarea” más ardua. Estas son cinco cosas que nos pueden malograr el día:

5. Lo sentimos, la oferta no aplica en semana de estreno.

¡Bienvenida la tarjeta de cine para juntar puntos y conseguir entradas gratis! El problema es que las entradas gratis nunca pueden ser utilizadas en la semana de estreno de una cinta… y eso, para un cinéfilo que se ha acostumbrado a ver películas en la primera semana por temor a que desaparezcan, no funciona.

Hay que tener prioridades. No hay nada peor para el cinéfilo que darse cuenta que la película que quería ver no sobrevivió la mortal cartelera peruana (o limeña).

4. ¿Y esa… de qué se trata?

Es muy -pero MUY común- encontrarse con alguien en la boletería que «pasaba por ahí» y le dió ganas de ver una película. ¿Cuál? Pues ni ellos todavía lo saben, por lo que se pasan unos minutos extras preguntándole al encargado de la boletería de qué trata cada una.

La última vez que pasé por Cineplanet, alguién señaló el afiche de Avengers: Era de Ultrón preguntando “¿y esa, qué cosa es?”. “Es una con Hulk”, le dijeron. A veces me olvido que no todos están pendientes de los estrenos, y no tienen el ojo pegado en las redes sociales.

Brain storm: ¿Qué tal si abren una boletería tipo «Google I’m Feeling Lucky»?

3. La confitería

Buenas tardes. ¿En qué podemos servirles? Tenemos canchita, canchita, canchita, y más canchita”.

A veces a los cinéfilos se les antoja comer algo en el cine -si el cine tiene mucha MUCHA suerte, puedo darme el gusto de comerme una barra de Snickers (aunque prefiero un Twix o un Kit Kat). De repente, en lugar de mi usual agua helada sin gas, me tomo un frapuccino.

¿Pero qué me dicen? En los cines de la India venden samosas, y en Corea del Sur tienen las opciones de popcorn dulce, láminas de alga (como snack, no el usado para rollos) y… y-y-y ¡¿calamar a la plancha?! Se me sale el suspiro gastronómico. [fuente 1][2][3][4]. Al parecer en Barbados, se ofrecen bolitas de pescado, en Tailandia hay popcorn picante y ácido, en Grecia se ofrece el popular Souvlaki [Wikipedia], en Hong Kong se ofrece Siu Mai, y a los VIP de Rusia les dan hasta caviar.

2. Disponibilidad de películas

En Lima Metropolitana, por lo menos, tenemos bastantes cines. Entre Miraflores, San Isidro y San Borja, que son distritos relativamente pequeños y cercanos, tenemos a Cineplanet Primavera, Cinestar Aviación, Cineplanet San Borja, Cineplanet Alcazar, UVK Platino Basadre, Cinerama El Pacífico, UVK Larcomar… además del Museo de la Nación, el Centro Cultural PUCP, el Centro Cultural Ricardo Palma. El problema es que, salvo los centros culturales, todos los cines comerciales pasan las mismas películas.

Todos los cines tienen dos o tres (e incluso cuatro) salas pasando Asu Mare 2, Furious 7, Avengers o esa de La Roca y su terremoto (como si necesitara ayudar a las pesadillas viviendo en zona sísmica).

UVK Larcomar es el único cine que se da el lujazo de mantener El Exótico Hotel Marigold 2 por más de dos semanas, además de mantener su sala Arte.

1. Mamá ¿qué? ¡Estoy en el cine, no te escucho!

A pesar de las varias campañas para que la gente no interrumpa la reproducción de la película (¿se acuerdan del gato de Cinemark?), llegando a su fase final con el auge de los smartphones y esa campaña de Cineplanet y Pepsi, la gente aún usa sus teléfonos (con el más alto nivel de brillo de pantalla) a mitad de las escenas más emocionantes. Por ejemplo, en el caso de Mad Max: Furia en el Camino… en cualquier parte donde había una persecución de autos.

Y lo peor de todo es que además contestan el teléfono… y gritan, porque el sonido de las explosiones y de Furiosa no te dejan oir. La sala está prácticamente vacía, pero no te mueves. Te quedas sentado y le dices a tu mamá que no puedes hablar porque estás en el cine, pero el sonido de la cinta evita que tu señora madre entienda lo que dices, entonces subes la voz. Te pido que no hagas bulla, y aún así no te levantas para atender tu llamada de manera correcta.

No, señores. Sólo te acepto que mantengas el celular encendido si eres doctor, bombero, o de repente policía.

[fuente 1][2]

Me dicen que el cine es una actividad social, aunque a veces pienso que es mejor quedarse en casa.

Esta entrada fue modificada por última vez en 14 de junio de 2015 23:39

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