[Crítica] «It: Capítulo 2», vuelve Pennywise


A pesar de ser relativamente fiel a su fuente de inspiración, la miniserie original de “It”, con Tim Curry como Pennywise, el Payaso Danzante, tiene un gran defecto (si no se considera su bajísimo presupuesto, efectos especiales mediocres, o la censura que recibió por parte de la cadena de televisión): entrelaza las dos líneas de tiempo de la novela de Stephen King, lo cual le resta muchísima tensión a la historia de los niños de Derry. Después de todo, como los vemos constantemente como adultos, sabemos que sobrevivirán cualquier ataque que reciban por parte del demoniaco payaso. Puede que dicha estructura narrativa le haya permitido a los realizadores resumir toda la historia en tan solo tres horas, pero a la vez, le resta mucha efectividad, tanto emocional como intelectual.

El director Andy Muschietti, felizmente, tenía otra idea. A diferencia de la miniserie, decidió dividir la novela de King en dos películas, la primera, “It: Capítulo 1”, centrándose en la historia de los niños protagonistas, esta vez durante los años 80 (en vez de los años 50, como en la serie). Aquella era una intrigante y sorprendentemente emotiva cinta de terror (light). Curiosamente los elementos del género son los que menos me funcionaron en el Capítulo 1; Pennywise me gustó como personaje, pero ninguno de sus ataques me dieron mucho miedo. Sí, el gore era chocante (especialmente cuando involucraba niños), pero la sangre y los ruidos fuertes (o los famosos jump scares) no son suficientes para desarrollar una palpable atmósfera de horror.

Lo mismo puedo decir sobre “It: Capítulo 2”. Disfruté mucho de los elementos narrativos y del desarrollo de los personajes —creo que haber visto la primera película el día anterior, ayudó a que conectara incluso más con los protagonistas—, pero considerando que es una película de terror, “It: Capítulo 2” no logró asustarme mucho que digamos. Se trata de una historia que funciona debido a la manera en que uno se relaciona con los personajes —uno se mantiene tenso porque teme por sus vidas—, pero que podría llegar a decepcionar a varios fanáticos del género. Si el Capítulo 1 contaba solo con un par de momentos de verdadero horror, el Capítulo 2 tiene incluso menos de estos —ya dependerá de cada espectador si es que esto les termina por arruinar la experiencia, o no.

“It: Capítulo 2” se desarrolla veintisiete años después del filme anterior. De los chicos pertenecientes al “Club de los Perdedores”, solo uno se ha quedado a vivir en el pueblo de Derry: Mike Hanlon (Isaiah Mustafa). El resto se fue para cumplir con sus sueños, o al menos, tener una vida relativamente feliz. Bill (James McAvoy) es un conocido escritor de novelas; Richie (Bill Hader) es un comediante; Ben (Jay Ryan) ha bajado mucho de peso y es el CEO de una reconocida firma de arquitectos; Eddie (James Ransone) trabaja evaluando riesgos; Stanley (Andy Bean) está felizmente casado y está a punto de viajar a Buenos Aires con su esposa, y Beverly (Jessica Chastain) tiene como esposo a un hombre de mucho dinero.

Desgraciadamente, un nuevo ciclo se ha cumplido, lo cual quiere decir que el temible payaso Pennywise (Bill Skarsgård) ha regresado a Derry para aterrorizar a los niños, y más importante, buscar al grupo que acabó con él veintisiete años atrás. Es por eso que Mike decide convocar a sus amigos al pueblo, y aunque al inicio parecen no estar muy convencidos de que Pennywise fue real o de que puede ser derrotado, eventualmente se dan cuenta de que deben quedarse ahí para derrotarlo de una vez por todas. Pero como se deben imaginar, acabar con Pennywise no va a ser tan fácil; de hecho, obligará a nuestro grupo de “ex Perdedores” a revivir algunos de sus más traumáticos recuerdos.

Lo mejor de “It: Capítulo 2” está en el cásting. Cada uno de los actores seleccionados interpreta de manera muy creíble a los personajes que vimos previamente como niños, mostrándolos ya sea como personas que han madurado y cambiado (para bien) con el tiempo, o que se han quedado estancados, utilizando la personalidad que exhibían antes para desarrollar una carrera, o repetir los mismos errores de sus padres. Bill es el líder del grupo, algo así como un héroe tradicional; McAvoy lo interpreta con convicción, resaltando algunos de sus peores miedos. Isaiah Mustafa es suficientemente intenso como Mike; Jay Ryan demuestra que Ben sigue siendo el mismo a pesar de haber perdido unos kilos; James Ransone es suficientemente nervioso y ansioso como Eddie; el Richie de Bill Hader funciona muy bien como el “alivio cómico” (tiene algunas de las mejores líneas de diálogo), y la Beverly de Jessica Chastain mantiene unido al grupo, enfocado en su misión.

Por su parte, Bill Skarsgård sigue demostrando que no tiene nada que envidiarle a Tim Curry. Su Pennywise es más sucio y siniestro, totalmente dispuesto a arrancarle la cabeza o el brazo a un niño, y siempre jugando juegos macabros con los protagonistas. Es en esta película donde los chicos, por fin, se dan cuenta que tienen que aprovecharse del ego de Pennywise, por lo que Skarsgård termina interpretándolo más como un ente que cree ser todopoderoso. Es ahí donde radica su mayor debilidad, y es eso, precisamente, lo que los Perdedores tienen que explotar. Pennywise no es tan aterrador en “It: Capítulo 2” porque su derrota va de la mano con el crecimiento de los protagonistas. Mientras ellos van ganando, él va perdiendo poder; mientras ellos van dándose cuenta que nada de lo que Pennywise hace es real, él se va convirtiendo en un oponente menos formidable.

Lo cual, dicho sea de paso, me lleva al mayor problema de “It: Capítulo 2”: considerando que se trata de una cinta de terror: no da mucho miedo. Fuera de un par de ruidos fuertes y de escenas que dependen mucho de una banda sonora estridente —aunque, por momentos, elegante—, el filme no hace mucho por asustar al espectador. Si “It: Capítulo 2” funciona —y lo hace con frecuencia—, es porque uno logra conectar con los personajes, y porque las interacciones entre ellos son frecuentemente hilarantes y verosímiles. Adicionalmente, la mitología del libro ha sido llevada con eficacia a la pantalla grande —aunque seguimos sin ver a la bendita tortuga espacial—, con la ayuda de efectos visuales de buena calidad, y un diseño de producción sobresaliente.

No obstante, se podría argumentar que “It: Capítulo 2” depende mucho de la película anterior. Esto es entendible, ya que se trata de una secuela directa —no la vean si no llegaron a disfrutar del Capítulo 1—, pero “It: Capítulo 2” incluye demasiados momentos que se sienten como remedos de lo visto anteriormente. Entiendo que es parte de la premisa —los chicos tienen que ir a los lugares que más los traumaron de niños para recordar los sucedido—, pero para efectos de una película de ficción, no llega a convencer del todo. A veces sentía que estaba viendo los Greatest Hits del Capítulo 1, pero con los personajes ya crecidos. De repente esto no hubiese fastidiado tanto si la película no tuviese una duración de 150 minutos —demasiado para un filme de horror y suspenso.

“It: Capítulo 2” es ligeramente inferior a su predecesora, pero la diferencia no es demasiado grande. Definitivamente ayuda el que haya sido realizada por el mismo equipo —eso, junto con el excelente cásting, y la presencia de los niños en flashbacks bien desarrollados, le otorga una sensación de continuidad a la película que muchas secuelas no tienen. Por más que los elementos de horror no funcionen del todo —a menos que ya le tengan terror a los payasos—, y que le sobren unos veinte minutos de metraje, “It: Capítulo 2” me entretuvo gracias a lo entrañables que resultan los protagonistas, y a lo satisfactorio que termina siendo el desenlace. Se trata de una adaptación muy fiel al espíritu de la obra de Stephen King, y por más que le tengamos cariño a Tim Curry, termina siendo esta una producción infinitamente superior a la miniserie de los años 90. No me molestaría ver una tercera película… pero a la vez, creo que lo mejor sería terminar la historia de Derry aquí.

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