[Netflix] «Perdí mi cuerpo», joya de la animación francesa


Un comentario a propósito de “Perdí mi cuerpo” (“J’ai perdu mon corps”, 2019) de Jérémy Clapin.

Busco un cuerpo para amar

Ella, tan ruda como es, toma firme el control y lo apunta hacia la pantalla. Yo, tan obvio como soy, comento en voz baja las opciones que van apareciendo en el monitor. Es domingo, estamos en su casa, sentados en los extremos de un sofá. Hoy veremos una película en Netflix antes de almorzar. 

“Uhmmm… ‘Perdí mi cuerpo’ se ve chévere, ¿qué dices?”, consulta ella. Veo sus hermosos ojos negros, muy abiertos, que esperan una respuesta rápida y me sale un corto pero torpe “lo que tú quieras”. 

Su pulgar derecho aprieta un botón y ya no hay marcha atrás.

“Perdí mi cuerpo” (J’ai perdu mon corps, 2019) del animador francés Jérémy Clapin, es una notable película que nos habla de la fragilidad de las relaciones humanas, de la soledad, de la búsqueda del amor, de las deudas pendientes con el pasado y la obsesión juvenil por adaptarse a este mundo. Hace todo eso y más. Gracias al creativo uso de la animación, los flashbacks y una historia que se hilvana con diferentes puntos de vistas como la de una mano cercenada que tiene como aventura el buscar el resto de su ser.

Conoceremos también a Naoufel, un joven repartidor al que la rutina golpea pero que sus recuerdos infantiles le devuelven cierto brillo. Por cosas de su trabajo, Naoufel conoce a Gabrielle sin verse (en tal vez una de las mejores escenas de la película) conversan a través de un intercomunicador y algo se activa en el corazón de Naoufel: por un instante, alguien le escucha con atención, así sea con reproche o condescendencia, una persona le acepta como es. Después de ese primer encuentro, Nauofel buscará con determinación aparecer en la vida de Gabrielle. El desarrollo del vínculo entre estos muchachos millennials nos da un excelente referente en la construcción de personajes. 

Personajes con el que uno puede identificarse por lo bien delineados que están, gran mérito del escritor y guionista Guillaume Laurant (“Amélie”) y cuyo libro “Happy Hand” es materia prima para esta película. El director Jérémy Clapin consigue, con el excelente acabado visual casi poético de la obra, no romantizar su historia sino mostrarnos con sutilezas lo efímero de nuestra existencia. 

Escribir que “Perdí mi cuerpo” es un emocionante viaje audiovisual de una mano y su dueño es pecar de mezquino. Esta película es un logro, como la vida misma. 

Cuando los créditos finales aparecen, ella se encuentra todavía en silencio. Dibujo una sonrisa en mi rostro, como cuando veo una película deslumbrante, irrepetible y que da energía suficiente para comentarla luego. Eso me da valor, volteo hacia ella, me acerco lentamente a su cuerpo, tomo su mano y ella no se sorprende, al encontrar con mi atenta mirada sus hermosos ojos negros, me dirijo a ella: “Sabes, hay algo que te quiero decir”…  

***

Nota: el año pasado “Perdí mi cuerpo” fue premiada en la Semana de la Crítica en Cannes, se alzó con los principales galardones en el Annecy, el más importante festival de animación del mundo, pero en febrero pasado perdió el Oscar a mejor largometraje animado ante la maquinaria Disney y su “Toy Story 4”.


Una respuesta

  1. […] “Uhmmm… ‘Perdí mi cuerpo’ se ve chévere, ¿qué dices?”, consulta ella. Veo sus hermosos ojos negros, muy abiertos, que esperan una respuesta rápida y me sale un corto pero torpe “lo que tú quieras”.  Su pulgar derecho aprieta un botón y ya no hay marcha atrás… Leer más […]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *