Festival de Cannes: la tailandesa «A Useful Ghost» (2025) gana el Gran Premio de la Semana de la Crítica


De la filmografía de Apichatpong Weerasethakul es que la cinefilia concientizó dos palabras claves que nos referían al cine tailandés: los fantasmas y la memoria. Estos dos conceptos están tan vinculados al punto que parecen ser sinónimos, ello desde el entendimiento de los relatos de Weerasethakul, en donde lo real y lo onírico comparten y se equilibran en una realidad misma. Estos conceptos y argumentos se replican en Pee Chai Dai Ka (A Useful Ghost, 2025), una muy atractiva ópera prima que debería ser motivo suficiente para seguir lo próximo que realice su director. El cineasta Ratchapoom Boonbunchachoke nos cuenta una historia en donde existe la posibilidad de que los aparatos industriales puedan ser poseídos por espíritus que no descansan en paz. El imaginarnos esa premisa ya de por sí delata una discursiva cómicamente absurda. Y sí que lo es. Para cuando comiencen a suceder cosas raras, esta película parece encaminarse a una comedia que inquietaría a los gustos de John Waters. Es hilarante ver cómo es que los vivos comienzan a reaccionar y luego interactuar con estas manifestaciones paranormales. Pero no olvidemos las reglas a las que Weerasethakul nos acostumbró: los fantasmas en Tailandia son tan comunes como los problemas sociales. Y es a propósito de eso que se manifiesta otras clases de “fantasmas”.

A Useful Ghost si bien es excéntricamente jocosa tiene mucho por ofrecer como drama social. Decíamos que esta es una realidad en donde un fantasma puede poseer una aspiradora. ¿Por qué hacerlo? Boonbunchachoke empatiza con los fallecidos por negligencias o violencias en un escenario definido como desigual. Son esa clase de fantasmas los que están en la realidad todavía merodeando y reniegan a través de algún dispositivo a fin de boicotear la rutina de los vivos. Este acto es muy simbólico tomando en cuenta un discurso que surge una y otra vez. Estamos en un contexto tailandés que construye un nuevo futuro. “No se puede hablar de progreso sin polvo”, dice un burócrata para cuando responde ante las denuncias de una extrema contaminación atmosférica. Ante dicho cinismo público, los fantasmas decidirán interrumpir eso que representa o frena el supuesto progreso, el mismo que de hecho los llevó a la tumba. Empalmando con el cine de Weerasethakul, en Cemetery of Splendour (2015), el director se imaginaba una epidemia del sueño provocada por almas resentidas que decidían robar la energía de los que intentaban invadir un territorio sagrado mediante el uso de máquinas excavadoras modernas. Es así como vamos entendiendo que lo fantástico no es un mero capricho para crear risas involuntarias, sino una alegoría de la disconformidad.

Ahora, Boonbunchachoke tiene una inclinación aún más aguerrida cuando se trata de crear una denuncia. En cierto punto de la historia, acontece un giro dramático. De pronto, la idea de fantasmas haciendo protesta ante su derecho de reparación y preservación de su memoria —algo importantísimo para la trama— se verá traicionada por una suerte de conveniencia sentimental. ¿Es acaso posible sobornar a los espíritus? Acá sí que se puede. El conflicto central de A Useful Ghost tiene que ver con qué tan persuasivamente perversa es la élite progresista, aquella que puede comprar a cualquier agente real como también surreal. Es así como de pronto vemos que increíblemente se va proyectando una industria de fantasmas al servicio del desarrollo industrial. Nuevamente, resulta irónicamente divertido si lo vemos de manera superficial. Sin embargo, estamos ante un panorama dramático si se toma en cuenta la idea de que “fantasmas” es sinónimo de “memoria”. Pensemos en el drama de la película animada Coco (2017): un alma deja de existir si no hay alguien que pueda recordarlo. Esto mismo pasa en la película de Ratchapoom Boonbunchachoke, lo que nos lleva a la conclusión de que existe la posibilidad de que la memoria, reciente o histórica, la que incluye, por ejemplo, el genocidio del 2010 en Tailandia, pueda ser olvidada en beneficio de un “desarrollo”.


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