Festival de Tribeca: “Runa Simi” (2025), de Augusto Zegarra


Algo que probablemente nos une a los cinéfilos millennials de buena parte del mundo es haber vivido la poderosa experiencia de ver El rey león (1994) en pantalla grande. Por mucho que hoy presumamos de apreciar el talento vocal de lujo de su versión original, nuestra pasión por el clásico de Disney se la debemos al espléndido doblaje con el que aprendimos a cantar “Hakuna Matata”. Pero, ¿qué hay de los millones que nunca tuvieron acceso a una versión con su respectivo idioma materno? El artista de doblaje quechua Fernando Valencia se atreve a lanzar esta interrogante pertinente a sus compatriotas hispanohablantes, a uno de los directores de la cinta animada y a la propia Disney a través de la ópera prima del realizador Augusto Zegarra Pineda-Arce, recordándonos una de las formas de desigualdad más persistentes y vergonzosas en el Perú. La ambición de Valencia de realizar un doblaje al quechua oficial para El rey león se erige como un historia tan excitante y cautivadora como la del propio Simba.

El documental, titulado Runa Simi (denominación como se le conoce al idioma quechua, cuya traducción literal sería «la lengua de la gente»), nos traslada a la ciudad del Cusco donde Fernando ha desarrollado Quechua Clips, un modesto proyecto que consiste en extractos de películas y series doblados al quechua por él mismo junto a su pequeño hijo Dylan. Fernando explica que la importancia de su proyecto radica en la representación de los más de ocho millones de quechuahablantes en el mundo, especialmente aquellos niños y ancianos que no entienden los doblajes al castellano y que por tanto no pueden disfrutar de obras audiovisuales universales como Star Wars (1977) o El rey león. Además de su talento innato para la imitación vocal y el humor, el documental da cuenta de los sólidos valores morales de Fernando, y cómo estos lo han llevado a convertirse en un defensor de la lengua de los incas. Esto hace que su ambición por conseguir doblar El rey león al quechua se sienta como una cuestión nacional.

Zegarra ciertamente aprovecha el irresistible atractivo de la cinta animada y el de la lucha de Fernando como la de un David que desafía al Goliat de Disney, pero nunca pierde de vista la importancia del trasfondo personal y cultural de su protagonista. Las escenas que destacan las festividades y rituales andinos en los que participa Fernando son tan reivindicativas del legado quechua como aquellas correspondientes a su trabajo de doblaje. Zegarra también otorga a Fernando la narración en off mediante la cual afirma que en castellano puede decir muchas cosas pero que en quechua puede decir lo que siente de verdad. Su sacrificada historia de vida y los obstáculos que encuentra para salir adelante a nivel profesional ratifican que, pese a ciertos avances, en el Perú los quechuahablantes siguen siendo tratados como ciudadanos de segunda clase.

La trama de la búsqueda de un potencial contacto con Disney es entretenida y guarda un cameo sorpresa. La preparación del doblaje íntegro de El rey león y su respectivo casting nos permite conocer a más personas como Fernando que buscan reivindicar el idioma de sus antecesores. Pero sin duda el componente narrativo más significativo y enternecedor es el de la propia madre del protagonista que encarna el amor incondicional de Fernando por sus raíces. Los paisajes deslumbrantes de los cerros y las pampas cusqueñas representan el mejor complemento para una verdadera carta de amor al mundo andino pero también al cine tal y como consta en su maravillosa secuencia final. Mi único y minúsculo reproche al documental es la falta de una explicación sobre la necesidad de traducir “Hakuna Matata” a “Hakuchu Munayta” en quechua dado que la icónica frase en suajili se preserva en el resto de idiomas.    

Al igual que la inspiradora y enternecedora Misión Kipi (2024) de Sonaly Tuesta, el documental de Augusto Zegarra nos ofrece la historia de un joven soñador y luchador que nos recuerda una de nuestras tantas brechas de desigualdad. Ojalá su estreno mundial en el festival del “tayta” De Niro, el Tribeca Film Festival, lo exponga ante potenciales aliados de peso que puedan ayudar a Fernando en su lucha que es la de todo un pueblo. Desde aquí solo animaría a quienes tengan pensado cancelar sus cuentas de Disney+ que den como motivo la ausencia del doblaje en quechua. A ver si con eso el ratón se anima a hablar runa simi.


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