Festival de Cannes: «I Only Rest in the Storm» (O Riso e a Faca, 2025), de Pedro Pinho


I Only Rest in the Storm (O Riso e a Faca, Portugal / Brasil / Francia, 2025) es una película rebosante de ideas, reflexiones e imágenes provocadoras que fluyen con audacia, inteligencia y ambigüedad a lo largo de sus tres horas y media de duración. La llegada de un forastero portugués a Guinea-Bisáu, al oeste de África, nos conduce por un camino sinuoso y empinado, en el que se dan cita temas como el colonialismo, el eurocentrismo, el racismo, la corrupción, las diferencias culturales y las dinámicas de poder a todo nivel: económico, político y sexual.

Sergio (Sérgio Coragem) es un ingeniero portugués que llega al país africano, contratado por una ONG, para hacer un informe de impacto ambiental sobre la construcción de una gran autopista, la que conectará dos extremos del país: el desierto y una zona de campo donde se cultiva arroz. En paralelo a la realización de su trabajo, Sergio conoce a dos personas con las que establece una conexión inmediata: la camaleónica y brutalmente honesta Diara (Cleo Diára) y Gui (Jonathan Guilherme), de género no binario y nacionalidad brasileña. Mientras los días transcurren entre los dilemas y hallazgos de su trabajo, conoce la vida nocturna con Diara y Gui, quienes además son mejores amigos.

El cineasta portugués Pedro Pinho (Um fim do mundo, A Fábrica de Nada) y su equipo de 9 coguionistas (Miguel Seabra Lopes, José Filipe Costa, Luísa Homem, Marta Lança, Miguel Carmo, Tiago Hespanha, Leonor Noivo, Luís Miguel Correia, Paul Choque) crean una narración serpenteante, que continuamente se bifurca y abre paso a nuevos relatos, nuevos personajes y nuevos temas que se retroalimentan con los precedentes. Pero gran parte de esos temas tienen un tronco común: las secuelas del colonialismo europeo. Como hacían sus compatriotas João Pedro Rodrigues en Fogo-fátuo y Miguel Gomes en Grand Tour, Pinho también plantea una conversación amplia sobre los efectos del colonialismo hoy en día, mostrando las perspectivas de aquellos que pertenecen al país colonizador (Portugal) y confrontándolas con las de aquellos que viven en el país colonizado (en este caso, Guinea-Bisáu).

De esas conversaciones, surgen preguntas interesantes que el protagonista Sergio no está preparado para responder, quizás porque no es completamente consciente de sus privilegios como hombre blanco, europeo y en una posición de poder en una nación pobre. Pero Pedro Pinho también plantea otras interrogantes más punzantes sobre la labor que desempeñan las ONG en países en vías de desarrollo, sobre la corrupción que contamina procesos supuestamente transparentes y sobre las múltiples voces que se alzan a favor y en contra de la construcción de obras que representan una idea de progreso económico para algunos y una amenaza para las comunidades que, al ser desplazadas, pueden perder su único medio de subsistencia: la agricultura.

La vena documentalista de Pedro Pinho (antes dirigió los largometrajes documentales Bab Sebta y As Cidades e as Trocas) queda en evidencia cuando coloca la cámara delante de personas de las comunidades rurales guineanas, quienes cuentan sus experiencias, sus testimonios de vida, sus tradiciones ancestrales, sus expresiones culturales. Esas escenas documentales se enlazan al tejido de las escenas de ficción de las múltiples líneas narrativas concernientes a Sergio y enriquecen el diálogo sobre los temas que plantea el guion, dándole voz a las personas reales que se beneficiarían o se verían perjudicadas por la construcción de una carretera en una zona agrícola.

Otra línea narrativa sigue la manifestación de los deseos de Sergio hacia Diara y Gui, quienes constantemente le recuerdan sus privilegios y su posición de poder. La ambigüedad de las pulsiones de Sergio se mezcla con la confusión sobre sus verdaderas intenciones, no solo en el amor o el sexo, sino en el trabajo y la vida en general. Como el propio Sergio, I Only Rest in the Storm es una película compleja, inclasificable, que no tiene una única lectura sino que suscita varias interpretaciones, plantea muchas preguntas y se rehúsa a dar respuestas sencillas, y que, en su calidad de sujeto extraño en un país desconocido, sorprende y fascina en cada paso de su accidentada travesía.


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