Entrevista a Mary Jiménez, precursora cineasta peruana


Ha sido a partir de los últimos quince años, aproximadamente, que la obra y figura de Mary Jiménez Freeman-Morris (Lima, 1948) ha sido redescubierta y valorada en su merecida dimensión. Acaso más conocida en nuestro ámbito por sus películas Del verbo amar (1985), Loco Lucho (1998) y Face Deal (2014), realizadas en Perú, ejemplos de vanguardia del cine de la intimidad y el documental autobiográfico, fue con 21:12 Piano bar (Bélgica, 1981) que Jiménez se convirtió además en la primera cineasta peruana en dirigir un largometraje. Así, la carrera de Mary Jiménez -en codirección con Bénédicte Liénard desde 2013- ha transitado entre Bélgica y Perú, entre el documental, la ficción y la hibridez, las materialidades y la búsqueda permanente.

Sin duda una referente y una inspiración para nuevas generaciones de cineastas, Jiménez continúa en actividad permanente y fue homenajeada el año pasado en el 28 Festival de Cine de Lima PUCP, presentando su más reciente película Fuga (2024), un particular abordaje de un capítulo poco conocido del conflicto armado interno peruano. En ese contexto, fuimos a su encuentro y rescatamos esta entrevista inédita en ocasión del reciente pase de Fuga en el ciclo “+Orgullo -Prejuicio” del Centro Cultural PUCP. Conversamos con Mary sobre la realización de Fuga, sobre su obra en general, conceptos sobre representación, su sociedad con la belga Bénédicte Liénard, la libertad al momento de filmar, y sus visiones y motivaciones para con en el cine.

(Foto de portada: Mary Jiménez. Crédito: Festival de Cine de Lima PUCP)

Fotograma de Fuga (2024).

Sinopsis de Fuga: En un pueblo amazónico, Saor, un joven chamán, lleva el ataúd con su antigua amante, Valentina, de vuelta a su pueblo natal. Durante el duelo, Saor se encuentra con supervivientes de la guerra sucia y descubre el pasado de su amante, a quien conocen como Pol. 

Luis Vélez: Muchas gracias, Mary, por la entrevista. Felicitaciones por el homenaje que te está haciendo el festival. ¿Cómo sientes esta distinción?

Mary Jiménez: Bueno, me siento honrada, me siento querida, respetada, siento que mi trabajo existe acá, que hay gente que lo ha visto y que ha servido para algo, para inspirar. Siento eso de la gente, porque me miran, me hacen preguntas, se presentan, me hablan.

Luis Vélez: Sí, hay una admiración. Desde hace ya un tiempo ha habido retrospectivas y un reconocimiento al trabajo que hiciste, tanto en Perú como en Europa. Hay hasta tesis sobre tu trabajo,

Mary Jiménez: Hay bastantes tesis sobre Del verbo amar

Luis Vélez: Sí, y ahora eres bienvenida con nueva película, Fuga.

Mary Jiménez: Sí, es una correalización con Benedicta (Bénédict Lienard).

Fotograma de Sobre las brasas (2013).

Luis Vélez: Con quien hiciste también Con el nombre de Tania, Sobre las brasas, entre otras.

Mary Jiménez: Sí, y es mi pareja.

Luis Vélez: Hablando de la correalización, además siendo Benedicta tu pareja, entiendo que hay una complicidad, una forma de trabajo muy cercana. ¿Qué retos encontraron en la producción de Fuga?

Mary Jiménez: Una de las dificultades ha sido el trabajo con la gente, porque les hemos pedido un tipo de performance, tipo actor, a la gente que ha vivido esas historias. Llegar ahí fue trabajo, pero es como en todas las películas, ni más ni menos. Para nosotras es un ensayo formal, otra manera de contar lo que no se ve, lo que pasó en el presente, y hacer que el espectador, dentro de lo que llamamos slow cinema, esté inmerso en un presente sin expectativas, sin saber si “lo van a matar o no lo van a matar”, “si se van a casar o no”. Vivir muy cerca al personaje principal, cómo él aprende las cosas, cómo su imagen cambia. Ha sido, no diría fácil, pero digamos que tuvimos suerte de encontrar algunas personas que habían vivido experiencias únicas y bien fuertes, lo que justificaba hacer, sobre todo, la historia de Dimas. Todo lo que tiene la película son historias, o sea, hasta el hecho de que hubo alguien que se transformó.

Luis Vélez: Lo de los actores me parece un reto fabuloso, lo de los actores “no actores” o de personas representando historias no siendo actores profesionales. Además, subrayo el hecho de que sea un tema que se ha tratado poco en la cinematografía peruana. 

Mary Jiménez: Eso sobre todo, ahora el reto es ver qué pasa cuando vean la película, porque he seguido toda esa discusión sobre si se puede humanizar o no a un terrorista, y no sé por qué, porque sí hay que humanizarlo. La humanidad es de todos, no es para unos sí y para otros no.

Luis Vélez: La humanidad también comete atrocidades. No son monstruos que surgen de la nada.

Mary Jiménez: Pero bueno, ahí lo que interesa es, sobre todo, cómo la persecución genera violencia.

Luis Vélez: Sí, es un tema que se está recién tocando en la cinematografía peruana. Por coincidencia, hay una película, un documental, El pecado social, de Juan Carlos Goicochea.

Mary Jiménez: Sí, he estado en conversaciones con Juan Carlos. Conozco a la persona que participa en la película. Creo que hay alguien que está en mi película y también está ahí. Ha habido como un cruce. Es una ósmosis, sí.

Luis Vélez: Una ósmosis, qué bonita la definición.

Mary Jiménez: Yo pongo toda esa realidad al servicio de una idea. O sea, no me interesa solamente hacer testimonios de una realidad y contar, me interesa que sirva a una idea general. Una idea -que es la idea de autor, digamos- de esta película, es que la violencia genera violencia, que hasta dónde llega el amor de una persona hacia otra cuando descubre que el rostro no es el rostro que imaginaba, el amor sigue o no sigue, qué pasa cuando la persona que quieres conocer es totalmente diferente. Cómo es un duelo, cómo vives, en qué tipo de estado entre la realidad y el ensueño vives un duelo, cómo te liberas del otro que ya no está. Todos esos otros temas que no son simplemente el retrato de una realidad.

Fotograma de Con el nombre de Tania (By the Name of Tania, 2019).

Luis Vélez: Sí, y es lo bueno de tener formas diversas de hacer cine, como la tuya, como la que está haciendo Goicochea. Además, esta idea de (el caso) “Las Gardenias”, que está plasmada en Fuga de modo más poético, hasta en canciones de hecho, mientras que la película de Juan Carlos es más un documental clásico, donde directamente está el nombre de este bar donde sucedieron aquellos hechos. Quería vincular Fuga con Con el nombre de Tania, que también es una representación de varias historias encarnada en esta figura femenina, también codirigida con Benedicta. Y también, de alguna manera, empataría ellas con Sobre las brasas, en tanto son tres películas que ocurren en la Amazonía. Cuéntame un poco acerca de este interés por la región amazónica.

Mary Jiménez: La Amazonía es sexy, ya lo he dicho otras veces. Es un lugar que para un cineasta es muy fotogénico, no es como este cuarto, por ejemplo, que es horrible, y no hay nada para ver. La Amazonía tiene texturas, tiene colores, tiene luces, tiene gente. Me parece que el habitante de la Amazonía es hermoso, las mujeres son lindas, tiene muchas cosas que interesan a un cineasta, en tanto que sí, no solamente porque es el Perú. Llegamos a la Amazonía porque Benedicta hizo una película sobre su familia que heredó un bosque en Bélgica y ella me dijo que deberíamos ir a ver el gran bosque y ver si podemos integrarlo en una película. Entonces vinimos y filmamos en Super 8 a la familia que aparece en Sobre las brasas, y luego, como tuvimos una relación de afecto con ellos, decidimos regresar y ahí hicimos Sobre las brasas y luego nos gustó la selva, nos gustó el lugar, el calor, la gente. La señora de Sobre las brasas nos habló del oro y entonces pensé: ahí puede haber algo interesante. Había la trata (de personas), no solo el oro y los hombres, y ahí empezó Tania, y después, en Tania, estábamos en Iquitos, nos hablaron y vimos que en Iquitos había un montón de homosexuales. ¿Por qué?, ¿por qué acá se refugiaron?, ¿por qué los persiguieron? Entonces empezó la idea y llegó la otra. Así empiezan las películas. No la última película que estamos buscando hacer ahora, porque estamos yendo a la Costa, es bien diferente. Veremos qué sale, porque cuando empezamos a buscar, no sabemos qué va a salir. No me gusta el tipo de trabajo que consiste en hacer un guion y ejecutar el guion, eso es lo que rechazamos. A veces no sabemos, no tenemos idea de lo que vamos a hacer, o sea, vamos a la suerte y la suerte te responde, te lleva por buenos caminos. Por ejemplo, para Fuga, Benedicta me dijo: vamos una semana de vacaciones. ¿A dónde?, antes de empezar a hacer la búsqueda. Entonces ella me dijo: vamos a esa laguna azul. Laguna Azul, claro, ahí en Sauce. Y estando en Sauce apareció una señora que me miró y me dijo: ¿tú eres Mary Jiménez? Yo le dije sí. Me dijo: tú me has filmado en la película sobre tu papá. Era una señora que era niña cuando la he filmado en Loco Lucho (1998), porque yo estaba ahí por esa película. Le digo que estoy buscando personas que hayan vivido la persecución y me contactó. No pensaba que fuera a ser ahí en Sauce, y esa persona de Sauce, que fue el primero, Miguel, él nos ha contactado con otros. Porque el terrorismo ha estado ahí en el Huallaga, se han mezclado Sendero y el MRTA. Entonces, digamos que en la película no es como si fuera El Sauce, porque hay una mezcla de historias, porque hay una que fue un poco más abajo, la historia de Dimas fue con Sendero, no con el MRTA. En un sentido, la película no es una explicación de cómo fue este movimiento, es sobre la persecución de la homosexualidad por movimientos terroristas de esa época y cómo hoy ha sido reemplazado por la homofobia, ¿de quién?…

Luis Vélez: De los religiosos, del Estado peruano…

Mary Jiménez: Y sobre todo de los evangélicos, que han invadido totalmente todo el Perú, de la A a la Z. Su homofobia ha reemplazado la homofobia de los terroristas. Entonces Fuga empieza con alguien que está muerto, es un crimen de odio, no está mencionado, pero es un crimen de odio en Iquitos.

Fotograma de Del verbo amar (Du verbe aimer, 1985).

Luis Vélez: Sí, porque entiendo que la persona está desfigurada, no se puede ver el rostro. Es una película muy sensible. Además, hay dos cosas que resalto a lo largo de la filmografía tuya, que es la poesía audiovisual, pero también la poesía verbal. Recuerdo cuando veía Del verbo amar y comienzas a anunciar en off, que todo lo que estamos escuchando es el guion de la película, y que veremos por dónde nos lleva, de aquello por lo que la película se va haciendo un poco en el camino. Tal vez esta trilogía, la de Del verbo amar, Loco Lucho y Face Deal, probablemente para muchos aquí, fue el corpus con el que conocimos tu obra. Además, van cambiando las texturas, en Del verbo amar está este documental en donde la cámara es vista, Loco Lucho es un poco más somera en sus formas y Face Deal es un ejercicio audiovisual alucinante, en tanto lo digital también. ¿Cómo ves en retrospectiva este trabajo con esta trilogía?

Mary Jiménez: No sé, salió así, una llevó a otra. Yo hago una película cuando pasa algo o nace algo que es una pregunta que va a encontrar su respuesta con el cine, y esas tres películas así ha sido. En Face Deal mi papá me dijo: “oye, Arturo, pásame mis zapatos”, y yo dije: “¿qué Arturo? ¿de qué estás hablando?”. Luego me dijo: “pero tú eres Arturo”. Yo le dije: “no, yo no soy Arturo”. Pensé, qué bárbaro, cómo una persona puede proyectar algo en otra que en la realidad no existe, y ese momento fulgurante del poder de la proyección de un individuo, y sobre todo el hecho de sentir que mi papá… Yo lo quería igual y él me quería igual, a pesar de que él pensara que yo era otro, y no había manera de convencerlo de que no, eso me pareció que valía una película. En el caso de mi papá, igual, su historia. Pero no han sido decisiones de hacer una trilogía, sino que han aparecido. Igual ahora, las tres películas de la selva hacen una trilogía, y hemos escrito un texto bien largo sobre eso.

Fotograma de Loco Lucho (1998).

Luis Vélez: Y, justamente, también podría hablar de un díptico, que es Héroes sin rostro (Héros sans visage, 2012) y El canto de los hombres (Le chant des hommes, 2015), porque parten como de la misma historia. Una es un registro más documental y la otra es como una ficcionalización.

Mary Jiménez: Sí, lo que pasó es que nosotros participamos en una huelga de hambre en esa iglesia en Bruselas, pero como ciudadanas, no como cineastas, y la gente estaba acostada en la iglesia haciendo una huelga de hambre para tener papeles, documentos. Hemos estado ayudando, trayendo comida, sopa, agua, para que sobrevivan, y hemos conocido a todos, hemos hablado con todos. Yo hice fotos de cada uno, y uno murió, como cuento yo, y era el único que yo no había visto, el único que no tenía foto. Entonces, eso cuestionó mi mirada: ¿por qué a él no lo vi? Después, esa gente vino y nos contó la historia de cómo había habido manipulaciones de la lista de migrantes, porque una lista así vale mucha plata, mientras se avanza la huelga de hambre, porque van a obligar al Estado a dar papeles a todos los de la lista, todos o nadie. Entonces la lista empieza a valer plata y el líder de la lista puede sacar a alguien y poner a otra persona en ella, porque lo que tiene es un número. Eso nos pareció increíble y pensamos: esto es una ficción, e hicimos esa película. Y hemos hecho otras cosas ahí, un episodio radial de la historia del tipo que cruzó y que lo salvaron los delfines, que duró una hora y media, porque esa historia es increíble. Ha sido una investigación sobre ese problema, la migración, y la última de esas es Call It the Burning (2021), que también es sobre la migración; o sea, ha habido como cuatro o cinco sobre la migración.

Fotograma de Héros sans visage (2012). Fuente: Images de la culture.

Luis Vélez: Los que no he podido ver son tus primeros trabajos: 21:12 Piano-Bar (1981) y La moitié de l’amour (1985) …

Mary Jiménez: Están Piano Bar, La moitié de l’amour, y L’air de rien (1989). Piano Bar acaba de digitalizarse por la Cinemateca en Bélgica y van a digitalizar L’air de rien. O sea que voy a tener copias digitales, van a poder verse. Nunca había podido mostrarlos, son en 35 mm.

Luis Vélez: Han pasado más de cuarenta años…

Mary Jiménez:
Gracias a la Cinemateca belga, al Ministerio de Cultura belga, que saca los cheques para poder restaurar. Porque yo no puedo pagar la digitalización de esa película. Ese fue mi primer trabajo profesional. El trabajo de fin de curso se llamaba La versión de Ana, pero esa película se perdió, no sé cómo.

Luis Vélez: Ojalá podamos verlas.

Mary Jiménez: Bueno, has visto bastante. Me gusta que hayas visto todo y no así, superficial.

Luis Vélez: Muchas gracias por las palabras. Fiestas (1988) también la pude ver. Es además justamente lo que te comentaba de la poesía verbal, y está siempre esta voz en off

Mary Jiménez: En esa película no es mi voz, es una actriz que me obligó la productora. Yo tenía una copia con mi voz, pero nunca se hizo otra copia, porque esa fue hecha en 16 mm. Había una copia solo en magnético y se perdió.

Luis Vélez: Además, es un registro del Ande, en el que la poesía verbal con la poesía audiovisual van ahí haciendo una conexión muy romántica.

Mary Jiménez: Sí, ahí se hizo con textos de mi tío que él había recogido. Los textos, esos cuentos, son relatos que mi tío ha recogido durante años en los Andes. Tenía un librito que se llamaba “Relatos de los Andes”. Ahí está la historia del toro.

Luis Vélez: Hay algo incluso que me remitió, con el toro llevando el cóndor atado a su lomo en Fiestas, a Fuga, donde está la pelea de gallos, esas tradiciones con lo animal y lo peruano.

Mary Jiménez: Así es.

Luis Vélez: Muchas gracias nuevamente por la entrevista, Mary. Felicitaciones nuevamente por el reconocimiento tan merecido que te está haciendo el festival.

Entrevista realizada el 13 de agosto de 2024, en el 28 Festival de Lima, en el CCPUCP, San Isidro.


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