Festival de Lima: «Políticas familiares» (2025), de Martín Rebaza Ponce de León


Contradicciones familiares

Uno de los documentales que ha causado interés en el Festival de Lima es Políticas familiares (2025), dirigido por el trujillano Martín Rebaza Ponce de León, enfocado en su viaje de Alemania a Pucallpa para registrar la campaña política de su padre, Mariano Rebaza, para elegirse como gobernador regional postulando por el partido fujimorista Fuerza Popular. Lo que parecía ser una mirada crítica hacia ese partido, su corrupción y su forma de ganar votos, en realidad se centra más en la búsqueda de una relación poco cercana entre un hijo y su padre.

Esa distancia que Martín mantiene con su padre es casi un personaje más en la película: se percibe en cómo evita confrontaciones directas, en cómo prefiere registrar desde la periferia, como si su cámara fuera un escudo. No hay abrazos efusivos ni conversaciones prolongadas entre ambos; más bien, la relación se construye a partir de silencios, gestos breves y encuentros funcionales motivados por la campaña. Esta lejanía se sostiene hasta la escena final, donde, sin llegar a resolverse del todo, se abre un atisbo de comprensión mutua, como si la grabación de ese viaje hubiera servido menos para denunciar y más para intentar descifrar la figura paterna, con todas sus contradicciones.

La cinta se enfoca mucho en cómo Martín intenta comprender este nuevo mundo en el que se ha metido su padre. Su cámara, en vez de juzgar, muestra la cotidianidad de un político novato, sin dejar de observar todo el accionar desorganizado, centralizado y cargado de muchas promesas pero poco cumplimiento de parte del partido de Keiko Fujimori que, sin la participación o cuestionamiento de Martín, termina mostrando la constante derrota del partido en las elecciones provinciales. La presencia de este ámbito político en la familia crea una curiosa analogía en la que el fujimorismo no solo destruyó el Perú, sino que también intenta desestabilizar la familia de Martín.

Otro personaje muy importante, que incluso tiene más peso que el propio padre en la película, es su madre, Rosita, quien representa la espina dorsal de la campaña política de Mariano. Y esto es lo que explora muy bien la película; sin embargo, al mismo tiempo se aleja del punto principal. La madre se convierte en una intermediaria del candidato, a través de la cual se explican sus sueños frustrados, su pasión como biólogo marino, y que también ve con celo lo que está haciendo Mariano como partidario de Fuerza Popular.

Si bien la crítica al partido se presenta de manera contenida, es en el acercamiento a la familia —sobre todo a través de la figura materna— donde la película encuentra su mayor solidez. Allí, entre conversaciones íntimas y recuerdos compartidos, se revela que el verdadero conflicto no es únicamente político, sino profundamente personal. La trama, aunque por momentos se dispersa, termina encapsulando una idea potente: la política, con su ruido y divisiones, no solo puede fracturar un país, sino también ensanchar las grietas ya existentes dentro de una familia.


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