Entrevista a Rodrigo Cortés


Rodrigo CortesYa están aquí los nuevos cineastas, empujando a base de trabajo bien hecho, esfuerzo e ideas nuevas adaptadas a los tiempos de auge tecnológico que vivimos. Llegan con un currículo de cortos premiados que ya quisieran para sí algunos de los mimados de siempre. El gallego Rodrigo Cortés(1973) es una de esas figuras emergentes, que a mí, personalmente, me sorprendió, y mucho! en el X Festival de cine de Málaga con su opera prima Concursante.

Ya venía de moverse por buen terreno, rodó en 1998 un videoclip para la película Abre los ojos de Amenábar. Comienzan a lloverle los premios desde entonces. En 1999, una veintena para su cortometraje Yul, uno de los más galardonados del año. En 2001 estrena 15 días, y consigue 57 galardones para otro corto, todo un récord. La Tv e Internet no le son ajenos, participando en el programa Versión Española en 2001 con la primera y creando diferentes piezas para la Red, también con premio incluido. Premios, que reconoce, son un alivio por lo que supone de ayuda económica al desarrollo de los comienzos de cualquier cineasta.

Listo, nervioso y vivo como pocos, al natural es de respuesta rápidas, como un rayo. Un director que no solo cuenta cosas, sino que explica cosas y usa de las herramientas disponibles, que hoy son muchas, para adentrarse en un alucinante criterio narrativo. Concursarte es todo una muestra de cine español adelantado.

¿Qué hace un chaval adolescente rodando su primer corto en lugar de disfrutar con sus colegas en el botellón?

Cuando rodaba, tenía quince años, pero no había botellón en aquellos tiempos. Que yo sepa. Pero yo qué iba a saber, si rodaba un corto los fines de semana.

Más tarde «Yul» le introduce en los 35 milímetros. Cortometraje que además le bendice con una veintena de premios. Con otro de sus trabajos titulado «15 días» le llueven también los premios, y para colmo con buenas críticas. ¿Tiene usted fijación por los Premios?

Sólo con los premios en metálico. El costo medio de un corto, al menos entonces, era de cuatro o cinco millones de pesetas. Los primeros galardones se recibían con más alivio que alegría…

ConcursanteQueda claro que a la crítica la encandila. En el X Festival de cine Málaga yo le tenía entre mis quinielas de ganadores como dador de calidad al cine español, y se llevó el Premio de la Crítica y el de Mejor Fotografía para su Director de Fotografía, David Azcano. ¿Decepción por no llevarse el de Mejor Película?

Mi planteamiento interno era muy práctico. Estrenábamos durante el festival, y uno nunca tiene la promoción que necesita, así que me ilusionaban los premios en la medida en que pudieran ayudar a la difusión de Concursante. El Premio de la Crítica es codiciado y prestigioso, y el de fotografía me hizo mucha ilusión por David. Me habría gustado aplaudir a Leonardo. Ganarlos todos, incluyendo película de animación, hubiera sido lo ideal.

Usted ya dijo en la rueda de prensa que no sabe como demonios le han producido esta trepidante y cautivadora noria de malabarismos audiovisuales y desordenado orden narrativo que es “Concursante”, un proyecto de locos para locos, destapando algunas esquinas oscuras que se ocultan en el mundo financiero. ¿No será tan simple como que es usted muy bueno en lo suyo?

Eso es seguro, mientras no definamos qué es lo mío…

“El qué es el como y el como es el qué” en esta película. Lo dijo usted. Explique, explique, que soy un poco corta…

Es lo primero (está bien, lo segundo) que aprendí con Scorsese, el rector de mi facultad virtual. Su sentido de la cámara y del montaje iban en paralelo con la energía de sus películas y personajes. Concursante es un película que se va haciendo más y más epiléptica a medida que su protagonista se sumerge de forma fatal en un torbellino emocional imparable. El montaje, cada vez más hostil con el protagonista (como su propia peripecia) golpea inclemente a un personaje dominado por fuerzas que lo exceden. Del mismo modo, la película, de estructura no lineal ni cronológica, se mueve a impulsos eléctricos, porque ésa es la manera en que funciona el mecanismo de la memoria: comenzamos a contar algo, nos damos cuenta de que lo estamos haciendo mal, o hemos olvidado un detalle, y nos retrotraemos a un hecho anterior o saltamos hacia delante buscando un acontecimiento que arroje nueva luz sobre lo que intentamos definir. Los recursos formales de Concursante están al servicio de esa conspiración insólita, ese secreto desvelado, que es el funcionamiento del Sistema Financiero, y al servicio del cerebro en fuga, sacudido y vapuleado, de Martín Circo Martín, su protagonista.

Rodrigo CortesEso de dar vueltas con la cámara, de rodear al estupendo (en todos los sentidos) Sbaraglia lo lleva usted hasta la originalidad en el nombre del “afortunado” protagonista: Martín Circo Martín. Nos marea usted con su pluralidad híbrida. ¿Se ha movido como torero desafiador en una vuelta al ruedo del mundo financiero, utilizando unas imágenes muy atractivas, para amantes de las nuevas tecnologías, para usuarios de Internet?

No lo sé. He hecho una película contemporánea porque la he hecho ahora. No he inventado nada. Me interesan los cineastas que no sólo cuentan cosas, sino que explican cosas, y en eso tienen ventaja los directores que podríamos calificar como “de montaje”: Eisenstein, Welles, Scorsese… Me siento muy atraído por cineastas actuales con evidentes problemas psicológicos, como Paul Thomas Anderson, Gondry, Jonze o Fincher. El actual juego de espejos que es el universo audiovisual ha creado un evidente permeabilidad entre sus diferentes medios (ficción, publicidad, videoclip, documental…), como es lógico y, probablemente, sano; se trata de usar las herramientas disponibles con verdadero criterio narrativo. Pero ningún guardián de la moral debería escandalizarse con los recursos de Gondry, tildándolos acaso de “videocliperos” por sus secuencias de artesanía surrealista, porque Meliés, que yo sepa, no hacía videoclips. O a Thomas Anderson por montar, llegado el caso, “picadito“, porque Eisenstein ya lo hacía hace casi un siglo y le iba más Prokofiev que La oreja de Van Gogh. En ciertos aspectos, el cine español está treinta años por detrás del mundo, como si se complaciera en darle la espalda. Y sí, la película es circular en muchos sentidos, es usted muy perspicaz.

Sin embargo alguna crítica ha sido más tibia. ¿No le dio, quizá, demasiado protagonismo a las herramientas fílmicas? Lo digo porque algún crítico ha dicho que es un filme atractivo que no habla de nada.

Es un comentario que la respuesta anterior, en cierta medida, explica. Si alguien piensa que nos hemos quedado en la forma, y no en el fondo, sólo puedo pensar que eso es exactamente lo que le ha sucedido a él. Es una percepción típicamente reaccionara que responde a un falso debate: “¿qué es más importante, el fondo o la forma?”, como si fueran conceptos antitéticos o excluyentes. Así, si existe uno, no puede existir el otro, ¿no?. Es difícil creer que Concursante no habla de nada sin una buena mochila de prejuicios. Si la película alberga algo de osadía o pretendida valentía, probablemente no sea tanto en su aspecto formal como precisamente en contar lo que cuenta. Pero es sólo mi opinión, todos tenemos una.

También esta entrevista se va a mover por Internet, mundo virtual del que no es ajeno, puesto que muchas piezas suyas creadas para Internet han recibido una buena acogida y muchos aplausos. ¿Lee o sigue algún portal digital? ¿Internet será el dueño de las comunicaciones e informaciones futuras?

Eso de momento, porque acabará siendo la dueña de nuestro cerebro, en letal alianza con la televisión, el teléfono móvil y cualquier chip intracraneal de próxima invención. Lo cierto es que no soy un frecuentador de portales (y me encantaría, porque suena romántico y parisino), uso Internet más bien como fuente de documentación o para trabajo. Algún periódico, emisoras de radios, correo…

¿En mente ya su segundo largometraje? Cuente, que me muero de ganas…

Hace sólo un mes que estrenamos, y no he podido dedicar un segundo, en los últimos años, a nada que no tuviera que ver con Concursante. Pero ya estoy estudiando, documentándome para abordar, tan pronto como se encienda una luz de alarma, un próximo guión. Barajo un par de opciones…

ConcursanteVolviendo a la película. A Leonardo Sbaraglia, que lleva a cabo un múltiple salto mortal actoral, nos lo ha exprimido y dejado casi sin sangre. Por otro lado Luis Zahera está sorprendente. ¿Cuál es su mano con los actores? ¿Cómo les engaña para sacar lo mejorcito de su trabajo?

Prescindiendo de azucarillos y sardinas crudas. Se trata de intentar tener claro qué se quiere. Si se da esa premisa, el mérito es de los actores, porque están locos por recibir la información que se les facilite tocar la música adecuada. Si uno tiene una idea precisa de lo que la película requiere y se las ingenia para explicarlo con claridad, el resto consiste en sentarse y disfrutar. Un actor está dispuesto a lanzarse desde una azotea con los ojos cerrados. Pero tiene que saber que hay una red debajo.

¿Cómo ven los directores, especialmente los que estáis subiendo como la espuma, la nueva Ley del Cine (Español)?

Personalmente, no me la he leído. Voy a esperar a que hagan la película. Pero sí diré que ejercemos muy poca autocrítica. Y esa actitud victimista nos empequeñece e incapacita. La única oportunidad para el cine español comenzará en el instante exacto en que dejemos de llorar. Cuando estemos dispuestos a responsabilizarnos plenamente de nosotros mismos, serán eficaces (porque son necesarias) las medidas más razonablemente proteccionistas. Antes, valdrán de poco.

La música en el cine está adquiriendo cada vez un papel más protagonista. Una buena banda sonora le da a la historia mucha fuerza, al menos en el mundo audiovisual en el que vivimos. Para alguien con experiencia en la realización de videoclips que tiene que decir al respecto.

Me temo que mi experiencia se limita a dos videoclips, pero no creo que la música esté adquiriendo protagonismo en ese mundo actual en el que vivimos. La tiene desde el cine mudo, cuando no había proyección, por modesta que fuera, sin su piano. Hay que comprender que la música no acompaña las imágenes, sino que refleja de forma estilizada la emocionalidad de la acción. Forma parte de la puesta en escena. También es, por tanto, eficaz en su ausencia, si es lo que el director busca; es, una vez más, cuestión de criterio. En lo personal, disfruto enormemente durante esa fase de la posproducción, el trabajo de Víctor Reyes ha sido un regalo imposible de devolver.

¿Cuánto ha contaminado con su primer largometraje? El cine es un medio que está contribuyendo también al cambio climático.

No demasiado, eso es una certeza. Las películas no cambian el mundo, y mi vocación no es mesiánica, ni siquiera aleccionadora. Abogo, eso sí, por un cierto despertar, por abrir los ojos a una realidad que apenas vemos porque el hábito nos ha convertido en ciegos funcionales. Sí creo, no obstante, en las películas útiles. Un poco. Ojalá esta lo sea en alguna medida. Un poco…

¿Nómbreme que cineastas le han entusiasmado, en cuales se ha fijado siempre como referente desde que empezara con una super 8 a rodar?

Scorsese encabeza la pirámide, Goodfellas cambió el mundo y, desde luego, cambió mi mundo. Me sigue impresionando la insobornable genialidad de Orson Welles, y siempre he vibrado con Eisenstein y Buster Keaton. Entro en inevitable resonancia con la frecuencia cínica y envenenada de Billy Wilder, y con la ciencia exacta de Hitchcock. Kubrick, Rohmer, Spielberg, el Coppola de “El padrino” (I y II), “Apocalypse now”, “La conversación”. Y Carpenter. Y Romero. Y Leone. Los contemporáneos mencionados en la sexta pregunta, además de David O. Russell (amo Extrañas coincidencias). Y Fellini. Y Mankiewicz. Y Buñuel. Y Woody Allen. Y el Stone de JFK. Pero el de Asesinos natos no. Y Spike Lee. Tantos… Tan diferentes…

Gracias Rodrigo por este banquete de cine.

Entrevista y texto de presentación: Blanca Vásquez
Fotos: Cortesía de la Página Oficial de Concursante
Edición: Antolín Prieto

4 respuestas a “Entrevista a Rodrigo Cortés”

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