[Crítica] «La habitación», una película poderosa y honesta


Nota: esta crítica contiene “spoilers”. Si no quieren saber nada de la película, sugiero leer este texto después de ir al cine.

La Habitación es una película que muy bien pudo haber sido exagerada y melodramática. El tema principal de la historia es complicado y maduro, cosa que, bajo la dirección de alguien con menos talento y poco tacto, pudo haber resultado en una cinta insoportable. Pero felizmente ese no es el caso. «La Habitación» es una película poderosa y cautivante, un filme que explora la psicología de sus personajes con cuidado y que en ningún momento se siente poco creíble o ridícula. Es una historia impecablemente actuada que causará reacciones emocionales muy fuertes en más de un miembro del público en el cine.

La talentosísima Brie Larson interpreta a Joy, una chica de 19 años que es secuestrada, violada, y encerrada en un cobertizo. Después de dos años, da a luz a un bebé al que le pone Jack de nombre. Su padre, el secuestrador (Sean Bridgers) deja que se quede con el niño, a quien Joy decide criar con amor. Pero cuando cumple cinco años, Joy se da cuenta que no se pueden quedar mucho más tiempo encerrados. Es por ello que, después de un par de planes fallidos, le da una serie de instrucciones muy específicas a su hijo: tiene que hacerse el muerto para que el secuestrador lo saque a la calle. Una vez en su camioneta, saltará y buscará ayuda. Para sorpresa de ambos, el plan funciona, y madre e hijo se reúnen en una emotiva escena que me hizo llorar un mar de lágrimas.

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Como le comentaba a mi novia al salir de la sala de cine, una película menos ambiciosa hubiese terminado en dicho clímax emocional: con Joy y su hijo Jack abrazándose en la calle, por fin libres. Pero «La Habitación» decide hacer algo mucho más interesante: el foco de la historia durante los primeros 45 minutos de metraje estuvo en la vida de estos dos personajes dentro del cuarto, eso es cierto, pero el resto de la película se dedica a presentarnos las consecuencias de este tipo de vida. Retornar a la normalidad después de vivir tantos años encerrada no es fácil para Joy; ahora todo le parece extraño, peligroso, oscuro.

La Habitación está basada en una novela del mismo nombre. No he leído dicho libro, pero sí sé que está contado desde el punto de vista de Jack, al igual que la película. Se trata de un acercamiento original e interesante: la mayor parte del tiempo, vemos a Joy a través de los ojos de Jack, como una madre cariñosa y delicada, pero también fuerte y valiente. Para Jack, Joy lo sabe todo, y a pesar de que le cuesta trabajo asimilar la verdad una vez que su madre se la cuenta, eventualmente le cree… porque es su mamá y siempre le dirá la verdad.

Esto se debe a que, durante cinco años de existencia, todo lo que Jack conoció fue el cuarto. Nada más. Para él, el exterior era el espacio y el cielo, los animales y las demás personas eran de mentira (o vivían dentro de la televisión), y el violador de Joy, que entraba a la habitación de vez en cuando para traer comida y víveres y para acostarse con la chica, era el Viejo Nick, una suerte de persona mágica y bondadosa. Una vez que Joy decide contarle la verdad a su hijo, éste la rechaza brevemente, pero eventualmente la acepta. Jack está más fascinado por la verdad (especialmente una vez que vive en el mundo exterior) que por la fantasía.

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roomPredeciblemente, Jack termina por adaptarse más rápido al mundo real que Joy. Los niños siempre aprenden más rápido, siempre aceptan el cambio más rápido… para un adulto, esto es más difícil. Es por ello que Jack tiene que ver a su madre flaquear, ir al hospital por un “accidente”, y en general cambiar; ya no es la misma mamá de la habitación, siempre a su lado, siempre fuerte. Como dicen los dos personajes hacia el final de la cinta: -“No soy una muy buena madre…”, -“…pero eres mi mamá”.

Brie Larson da una actuación magnífica. Es difícil interpretar a una mujer a la que vemos exclusivamente a través de los ojos de su hijo; no puede ser demasiado perfecta, pero tampoco debe demostrar sus debilidades muy evidentemente. Larson encuentra el balance perfecto, dando una interpretación poderosa. Como Jack, Jacob Tremblay logra desarrollar a un niño verdadero, no un “niño de película”. Como todo chico, es carismático por momentos, desesperante en otros; llora, grita, salta, se ríe, se molesta… en fin, actúa como un niño de su edad, por lo que el personaje resulta realmente verosímil y es muy fácil identificarse con él. La escena del escape desborda tensión porque la protagoniza un niño de verdad, por lo que jamás estamos seguros si logrará tener éxito o no.

«La Habitación» es una película fascinante con una gran premisa que logra explotar al máximo. Es emotiva porque realmente llegamos a encariñarnos con los personajes; tanto Joy como Jack son desarrollados expertamente, demostrando lo diferentes que pueden ser una madre y un hijo a la hora de reaccionar a una situación tan extrema y cruel como ésta. Joy termina viéndose como una figura heroica, trágica, pero sin dar pena; y sabemos que Jack, al ser un niño, eventualmente se transformará en una persona común y corriente. «La Habitación» es una película honesta que, aunque por momentos puede ser bastante oscura, finalmente resultó ser más esperanzadora de lo que esperaba.

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3 respuestas

  1. Avatar de Mirta Guelman de Javkin

    Una reflexión sobre el film “La habitación”
    Ver el film “La habitación”, después de 5 décadas de escuchar relatos de infancias trágicas, dramáticas, enajenadas, felices, gratas, cuerdas, exitosas, inevitablemente provoca reflexiones que sería interesante debatir.
    Tal como en la película “La vida es bella”, la imaginación de un padre o una madre (en este caso), que apela al recurso de los cuentos, rutinas y juegos (espacio entre fantasías y realidades como refería Winnicott) desmiente el horror existencial.
    Emma Donoghue quien escribió la novela y guión, intentó ilustrar la vida de la adolescente raptada y violada, durante 7 años. A los dos años de cautiverio nació su hijo y su propio drama pasó a segundo plano. El film enfoca el sublime vínculo gestado entre la madre y el niño, permitiéndoles tolerar cualquier circunstancia.
    En la última parte, en una de las tantas entrevistas a que la someten le preguntan: ¿nunca pensaste darle el niño al padre para que viva en libertad? Me recordó las leyes que también considerarían “padre biológico” a este violador, donador accidental del ADN corporal… Algún día los legisladores comprenderán que la placenta extrauterina tejida con los hilos del apego, las miradas y la palabra maternizada, son más biológicas que los mandatos genéticos, como dan cuenta las múltiples investigaciones y estudios epigenéticos en la actualidad.
    Aludiendo a la mirada fundante, la joven madre impedía al perverso “visitante”, “verlo” y conocerlo. Para evitar los encuentros, encerraba a Jack en un placard con persianas abiertas inclinadas hacia “afuera”. Cuando quedaban solos nuevamente, lo trasladaba a su cama o lo “amamantaba”.
    Ningún espectador dejará de conmoverse ni sentir indiferencia, ante la actuación excepcional de la protagonista (Brie Larson) y Jack de 5 años encarnado por Jacob Tremblay (9 años en la vida real).
    También el director da cuenta de su maestría, cuando subraya la plasticidad y capacidad de adaptación del pequeño al ser liberado, frente a la rigidez de la madre que se quiebra al re-enfrentarse las múltiples demandas sociales.
    Entre los comentarios que despierta la historia, surge el análisis de la tragedia de vivir en un contexto inmóvil y reducido, sin pensar que en la actualidad, muchísimos niños son obligados a permanecer quietos, transitando espacios cada vez más recortados, impedidos de correr (se asombra Jack cuando descubre que esto es posible), jugando en habitaciones estrechas, obligados a aprender en aulas sobrepobladas, balcones- jaulas, pensando y creyendo que la libertad es pasar horas y horas ante múltiples pantallas, que “con-funden” la percepción de realidad y ficción.
    La vida real también influyó en la composición del film: Emma Donoghue se inspiró en la biografía del “monstruo de Amstetten”, a partir del relato de Elizabeth Fritz, a quien mantuvo de rehén durante 24 años en el sótano de su casa. Engendró con ella 7 hijos, fecundados en el abuso repetido…
    La protagonista Brie Larson confesó que durante su infancia transitó el dolor del abandono paterno, obligando a su madre, ella y una pequeña hermana a mudarse de ciudad (me “muré” decía un pacientito…). También debieron adaptarse al encogimiento máximo del espacio cotidiano, con camas desplegadas por la noche (“breve espacio”) y pobrezas materiales de las que escapaban y sublimaban, gracias a los relatos imaginarios de su madre.
    También en la vida real el pequeño Jacob, toleró lo que considero “insalubres” horas de filmación, gracias a Star Wars y los animales que encarnaba para vencer sus propias batallas…
    Sería interesante compartir el film, entre grupos transdisciplinados y analizar juntos ciertas semejanzas, que transitan cada vez más niños rehenes de nuestros desacuerdos legales y legítimos…
    Mirta Guelman de Javkin
    mirtaguelman@hotmail.com

  2. […] La habitación (Room). La guionista nominada es Emma Donoghue, quien adaptó su propia novela del mismo nombre. […]

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