Matador (2005)


MatadorThe Matador
Dir. Richard Shepard | 96 min. | EE.UU. – Alemania – Irlanda

Intérpretes:
Pierce Brosnan (Julian Noble)
Greg Kinnear (Danny Wright)
Philip Baker Hall (Mr. Randy)
Hope Davis (Carolyn ‘Bean’ Wright)
Portia Dawson (Genevive)

Estreno en Perú: 14 de setiembre del 2006

El stress y el aburrimiento existencial es un síndrome tan común en las agitadas vidas de los hombres contemporáneos que no hace distinciones entre ricos y pobres, profesionales o no. Aunque son estos primeros los que se convirtieron en el vehículo más utilizado para representar este mal moderno. La gran guerra en el mundo de los negocios y la supuesta camaradería termina por hacer a sus participantes solicitar unas merecidas vacaciones muchas veces para replantearse el camino recorrido. A todo esto hace alusión esta simpática y por momentos ingeniosa cinta que nos presenta esta casi historia de crisis de edad mediana a raíz del encuentro de dos profesionales opuestos en todo: un ejecutivo caído en desgracia y un asesino a sueldo (el matador del título), quienes entablan una amistad en medio de problemas de carrera y demás.

Matador

Lo mejor de esta película se concentra en la primera mitad. Ahí vemos a los dos protagonistas imbuidos en sus propias rutinas de obligación y diversión casi como las dos caras de una misma representación del mundo laboral. Julian Noble (Brosnan insólito casi parodia de sí mismo) es un asesino preciso en su labor tanto como desorbitado en todo el resto del tiempo tras marcar salida. Danny Wright (Kinnear) es por su parte un hombre bien, casado y con casita de vecindario decente pero asolado por la jungla de asfalto que lo ha dejado a la deriva sin trabajo y con un tímido impulso por el riesgo en los negocios que lo aventurará a tentar la suerte con un proyecto hasta Ciudad de México. Hasta allí llegará el errante Julian para cumplir otro encargo para finalmente encontrarse con este, a su manera, también extraviado y posible compañero de aventuras.

La interacción inicial de este par de compañeros casuales trabaja con interés esa mirada hasta los zapatos que se hacen el uno al otro. El sibarita y fascinante Julian, a los ojos de Danny, también se ve atraído por la idea de un amigo decente, el único que encuentra en la babel de habla hispana casi como alusión insólita a Lost in Translation. Puestos uno al lado del otro comienza su bacanal, inocente por el lado de David quien se ve absorbido por todo el exotismo de su amigo, comparado así mismo prácticamente como un matador de lides taurinas, como los que se encuentran presenciando al momento de conocer la verdad. Verdad que el experto Julian se da el lujo de revelar como concesión para obtener a su vez algo auténtico y quizá duradero en su agitada agenda de profesional itinerante.

MatadorEl juego que se desarrolla entre ambos en toda esta parte del viaje es rauda y divertida como lo pueden ser un par de chicos en busca de juerga. Es el lado culposo y aleccionador que viene después el que resta puntos a la cinta. Después de la fiesta siempre viene el compromiso como el tener que limpiar la casa de colillas de cigarrillos y botellas. Así le sucede al poco acostumbrado Danny asustado de verse involucrado en ese mundo pero más obsesionado con la idea de estas resoluciones sin papeles a los problemas, mientras que el frenético Julian se ve imbuido en la inconsciente picazón del cansancio absoluto casi como síntoma mismo del envejecimiento. En este caso el desbalance es más notorio con respecto al personaje de Brosnan que literalmente se devora a su compañero. Todo lo que sigue es terreno conocido aun cuando el guión intente obviar, en la medida de lo posible la lección y moralina.

La negrura y malicia finalmente termina cediendo ante la amabilidad casi como lo tiene que hacer el mismo Julian acogido en la casa de su bonachón amigo, para pasar las navidades. Si hay algo que sí termina por dejarnos el buen recuerdo de la cinta es un Brosnan que envejece magníficamente y asume sin prejuicios este proceso hasta riéndose de él, soltándonos el dato que esta más conciente que nadie de sus limitaciones y la imagen que se tiene de él. Eso se llama sabiduría.

Jorge Esponda

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Una respuesta

  1. […] hitchcockiana, veremos si eso se concreta en este film dirigido por Richard Shepard, el mismo de The Matador, así que pueden ir imaginando por donde va la cosa. Los dejamos con el […]

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