Críticas de la semana: Bourne, el espía que corre y convence

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En la semana que pasó, casi todas las críticas de las publicaciones se centraron en Bourne: el ultimátum, brindándole una opinión positiva. Con cintas como ésta, La vida de los otros o incluso Paranoia, que también se comentó esta semana, la cartelera no se muestra tan árida como en meses anteriores. Revisemos:

Raúl Cachay de El Comercio analiza las decisiones de Paul Greengrass tras la cámara de Bourne: el ultimátum:

El realizador prefiere que desviemos nuestra mirada del personaje y nos concentremos casi hasta la hipnosis en la acción: por eso filma con creciente nerviosismo, por eso los cortes permanentes, la multiplicidad de puntos de vista, las secuencias fragmentadas. (…) Porque esta fue la trilogía cinematográfica que rompió con el molde: terminó muchísimo mejor de lo que empezó.

En El Dominical, Ricardo Bedoya también se emociona con la voragine acción de Bourne:

Greengrass aplica un tratamiento de reportaje a sus «morceaux de bravoure» y convierte la peripecia de Bourne en una misión acelerada que se mueve de aquí para allá, de Europa a África, y de allí hacia América. Juego rápido, de observaciones tan pacientes e intrusivas como en La vida de los otros, pero con un estilo de «dossier», de expediente abierto, de «caza al hombre» que ilustra una paranoia globalizada.

Alonso Izaguirre de Peru21 se lo toma con calma, y se vacila con la película, difícil dormir con tanta acción:

Bourne: El ultimátum, es sencillamente una diversión. Solo bajo esta condición es un trabajo que cumple con su misión: que el espectador no convierta en cama la butaca para dormir una siesta. La última película de la odisea Bourne viene con la pepa de la saga: revela la verdadera identidad del torturado Jason Bourne.

Y en La República, Fedérico de Cárdenas ve un tema político en el trasfondo de este ultimátum:

Estamos ante un thriller inquietante que toma al espectador y lo conduce sin respiro –al igual que a su personaje central– a lo largo de una trama. Hay en la cinta de Greengrass una visión de la paranoia de una sociedad, (…) Es verdad que aquí el planteamiento es más genérico, pero es lo que lo hace especialmente valioso.

Enrique Silva de Correo escribe sobre otra cinta, Paranoia, que en corto, le ha gustado:

Paranoia funciona porque sus personajes son creíbles y se interrelacionan de manera convincente; y porque el relato se asienta con firmeza sobre su vocación de entretenimiento bien compaginado y apela al juego voyeurístico con inobjetable desenvoltura.

Esta entrada fue modificada por última vez en 14 de septiembre de 2007 11:49

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