Following (1998)


Following Dir. Christopher Nolan | 69 min. | Inglaterra.

Intérpretes: Jeremy Theobald (Hombre joven), Alex Haw (Cobb), Lucy Russell (Chica rubia), John Nolan (Policía), Dick Bradsell (Hombre calvo).
Guión: Christopher Nolan.
Edición: Gareth Heal y Christopher Nolan.
Música: David Julyan.

Descubrir la ópera prima de uno de los directores más talentosos y sagaces en la actualidad, a estas alturas, es para sorprenderse de veras. Muy por el contrario de lo que se piense, la obra con la que Christopher Nolan se da a conocer al mundo no es lo que cualquier seguidor de su trabajo podría esperar. No obstante, Following posee claros indicios y miles de guiños al estilo que posteriormente desarrollaría con más técnica y precisión, por lo que se vuelve bastante interesante constatar satisfactoriamente cómo nacía un mero talento fílmico de los escombros del film noir, y que se bañaba de lo mejor de éste para introducir astucia y elegancia en un solo título. Y aunque Nolan no logra crear una película perfecta, los errores que comete en Following son tan característicos de un primer larga duración, que hasta resulta gratificante cotejar sus insolvencias, apreciar en que medida estos fracasan y desenredarlos al gusto de uno.

Following

Es muy bien sabido que Christopher Nolan es tan bueno escribiendo como dirigiendo, y con Following demuestra que el talento siempre se impone por sobre la falta de dinero y los problemas técnicos que se presentan en toda obra inaugural de un realizador. Aquí, inmediatamente podemos comprobar la perspectiva que Nolan concedería desde entonces a sus películas: aspectos ingeniosos que se desenvuelven con la trama, la atmósfera, los personajes, y que se van fundiendo junto a todo lo demás en un solo gris de misterio y sugestivas confabulaciones, manteniendo al espectador convencido de que sus tenaces tramas y arriesgados montajes narrativos no son cualquier producto del montón.

Sin embargo, y muy a pesar de lo atractivo que a primera vista pretende ser Following, en su primera incursión al largometraje Nolan ciertamente falla y se equivoca en el típico error que cualquier cineasta entusiasmado por querer contar una historia fascinante y original suele cometer, no pudiendo mantener en el desarrollo de la trama la excelente calidad que nos enseña en su introducción, en la poderosa presentación que nos propone la película desde un comienzo.

Following parte de una premisa poderosamente penetrante y muy bien premeditada. El protagonista (Jeremy Theobald), un joven escritor desempleado, comienza explicando la distracción que lo ha mantenido ocupado este último tiempo, la cual consiste en seguir a diferentes personas sólo por curiosidad, para conocer un poco más de sus vidas, lo que estos esconden, y de esta forma hallar inspiración a la hora de crear los nuevos personajes de su novela. Para ello se habría auto impuesto dos reglas sumamente importantes: la primera consistía en no seguir mujeres en lugares peligrosos, la segunda era no seguir a la misma persona dos veces. El problema, entonces, se presenta cuando el escritor rompe sus propias reglas, y se ve envuelto en un pasatiempo mucho más aventurado que el suyo, invirtiéndose de esta forma los papeles de “(per)seguidor” a “(per)seguido”.

Following

Como dije anteriormente, el inconveniente que juega en contra de Nolan es el desarrollo de la trama. Se nota bastante el atropellamiento de cada una de las escenas que emergen entre sí, todas tratando de explicar una cuestión que en una primera instancia es llanamente simple, avanzando hacia atrás y ubicando en el presente dos tiempos diferentes, que quizás fascine por su intensa exposición visual, pero que en su proceso se queda estancada, tornándose un tanto espesa en cuanto a su ritmo, y produciendo cierta decepción en su desenlace. Fuera de que la parte final nos tome por sorpresa, la encrucijada entre lo que uno va creando en su mente y lo que ocurre en pantalla en cierta forma descoloca, y nos deja la sensación de que el director no ha sido lo suficientemente honesto en la redacción de la película.

Y puede que Nolan haya estado frente a un dilema direccional, considerando que si bien la esencia de la película es simple -rozando además los límites de la verosimilitud- al volverla más compleja podría haber obtenido ampliamente un mejor resultado que contando la historia tal cual es. El problema es que en vez de introducir un desplante más insidioso en la narrativa, donde el intrigado espectador que se deja llevar por la envolvente primera parte del filme continuara sorprendiéndose de la misma forma en su transcurso, lo que hace Nolan es ennegrecer el intervalo de los hechos con algunos superfluos vaivenes, apresurados en aportar una mínima orientación al espectador, y que en vez de lograr esto, paradójicamente despistan a quién esté mirando la película.

Pero no todo está mal puesto en la trama de Following. Cabe destacar la creación de los personajes por parte de un imaginativo Nolan, que se esmera en fabricar caracteres misteriosos de personalidades que esconden más de un secreto. El personaje de Cobb (Alex Haw), posee toda la responsabilidad que detona el quebramiento de la trama. Una elegante actuación y bastante reservada por parte de Haw ayuda a mantener ese sombrío ambiente que se respira en la película.

Following

Asimismo, la frialdad de la femme fatale (una muy bella Lucy Russell) aporta más displicencia en la relación de los personajes, mucho más de lo que debe a causa de su estratégica aparición, acorde al guión de Nolan. Sumado a esto el refinado estilo de filmación y posterior edición que, junto a Gareth Heal, Nolan produce, obtenemos un rescatable trabajo independiente. Recordemos que por entonces el joven director sólo había filmado el cortometraje Doodlebug, en 1997 -que cuenta con la interpretación del propio Jeremy Theobald, y que gracias a Dailymotion, podemos disfrutar en este enlace.

Cuando me refiero a la elegancia que contiene Following, estoy hablando del logro que conlleva filmar una película cuyo metraje está montado espléndidamente en blanco y negro, sin ser prescindible de este gran detalle. Es imposible imaginar esta cinta a colores, y si tuviéramos que agregarlos no sabríamos cuáles escoger. Esto ocurre porque Nolan esclarece desde el epílogo del filme -aquel minucioso primer plano con dos manos y unos euros como protagonistas- hacia donde apunta todo inmediatamente; una opacidad en su intención, un trazado hacia el inminente descubrimiento de la oscuridad mental, un ejercicio de exploración psicohumana con fastuosos tintes clásicos.

Otro punto a favor es la música de David Julyan, amigo personal del director. Ambos comenzaron juntos en la industria del cine, Nolan hacía la película y Julyan ponía la música. Desde Doodlebug en adelante, Nolan y Julyan han trabajado juntos en la dupla director/compositor, y se han complementado a la perfección tanto en esta película como en la banda sonora de Memento (2000), Insomnia (2002), y como no, la gran El gran truco (2006). En esta ocasión, Julyan ocupa un score oscuro, intrigante, que mantiene el constante suspenso elevado con las nebulosas y selectas melodías que selecciona para ello.

Following

Si hay algo que resulta bastante curioso de Following y de Nolan, es la semejanza evidente con Pi, y con Darren Aronofsky por lo demás. Ambas películas fueron estrenadas en 1998, tanto en una como en la otra predomina la indagación mental (obviamente esto se puede apreciar en Pi más que en Following) y el comportamiento social, en un entorno psicosocial de los personajes. Las dos cintas están filmadas en blanco y negro, y por ende, ambas manejan una atmósfera oscura, que se caracteriza por escenas descriptivas en momentos de reflexión y meditación de los protagonistas. Aronofsky tiene aptitud para el cine desde que nació, y lo había demostrado antes en trabajos de menor resonancia, pero con un innegable talento siempre presente; Nolan también hizo lo suyo con el cortometraje de 1997, acaparando la atención de diversos medios especializados. Tanto la cinta de Aronofsky como la de Nolan poseen la virtud de ser los primeros largometrajes correspondientes a la filmografía de cada autor, además de contar ambos con un presupuesto tan bajísimo como las expectativas de la crítica frente a sus primeros trabajos.

Y así es como me gustaría concluir este artículo, esperando ser lo bastante claro con la siguiente consideración; sólo en una cosa se diferencian Pi, de Daren Aronosfsky, y Following de Christopher Nolan, y este contraste se hace notar en los resultados de ambos filmes. El primero logró con creces dirigir una película perfecta, espectacularmente inteligente, desplegada con sutileza y originalidad desbordante, mientras que el segundo no consiguió cumplir su propio objetivo, se embrolló en el intento y careció de garra para conjeturar lo que podría haber sido una excelente película.

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Una respuesta

  1. […] y paranoicos complots, cuales cajas chinas, que había desarrollado Nolan en películas como Following, Memento, o The […]

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